Vivencias de un gay

sábado, 4 de febrero de 2017

86. Albergue del sexo

Ayer domingo quedé con Ángel para tomar unas cervezas en uno de esos bares situados en La Latina que únicamente se llenan los domingos. Ni siquiera sé si abren los otros días de la semana, pero este día se llena de tal forma que llega un momento en que es materialmente imposible entrar.
Ángel no llegó. Luego, dos horas más tarde,  supe que me llamó para avisarme pero en ese local no hay cobertura. La culpa de mi permanencia en ese atestado bar durante dos horas la tuvo un muchacho venezolano que tomaba su cerveza junto a mí y que estaba tan solo como yo. El dialogo surgió casi por necesidad y fue al escuchar su tono de voz cuando descubrí su origen latino puesto que por su aspecto hubiera podido ser perfectamente de Albacete.
Me contó Marcelo que llegó hace quince días a Madrid en calidad de refugiado político. Su abierta oposición al presidente venezolano Maduro, le obligó a dejar su país precipitadamente cuando entendió que su vida corría serio peligro.
El Estado español lo ha admitido y le ha dado alojamiento en un albergue perteneciente a la Cruz Roja donde deberá permanecer hasta que se apruebe su expediente y puedan documentarle para que pueda buscar trabajo.  En este albergue le proporcionan, no solo una habitación, también le dan manutención completa, algo de ropa e incluso cincuenta euros al mes. 
El primer día me dieron una habitación con dos camas – me contaba Marcelo – y esa noche estuve solo. Pero en la segunda noche, un joven ucraniano ocupó la cama vecina, me lo presentó el encargado como mi compañero de cuarto. El primer problema con este chico fue de comunicación, no habla nada de castellano ni tampoco inglés, tan solo habla en ruso, con lo que nuestro dialogo era absolutamente imposible. 
Durante todo el día siguiente estuvo con el grupo en las distintas actividades que nos obligan a hacer, más que nada para tenernos entretenidos; cuando nuestras miradas coincidían nos devolvíamos una amable sonrisa sin más.  Después de cenar fuimos juntos a la habitación, se desnudó y en calzoncillos se enzarzó en unos ejercicios de gimnasia que me permitió ver su fornido cuerpo, blanco como la harina y sin apenas vello a la vista. Cuando su rojiza cabellera comenzó a humedecerse por el sudor, entró al cuarto de baño para ocupar la ducha que yo acababa de dejar. Al terminar su aseo se acostó e inmediatamente apagó la luz de la lámpara que tenemos cada uno en la mesilla de noche. Para no incomodarle con mi luminosidad, dejé de leer y también apagué la lámpara. Unos segundos después pude escuchar cómo se levantaba y me pareció que se acercaba a mi cama. Efectivamente, sin mediar palabra, levantó mi sábana y manta y entró sobre mi colchón obligándome a dejarle sitio.  Inmediatamente me incorporé y encendí mi lámpara. Cuando me disponía a pedirle una explicación, me colocó su pulgar sobre mis labios en el clásico gesto para que guardara silencio. Alargó su mano para dar al interruptor y dejar nuevamente la habitación a oscuras. Me empujó suavemente para que volviera a acostarme y me indico con sus movimientos que le diera la espalda. Amoldó su cuerpo al mío y fue entonces cuando me percaté de que estaba desnudo. Cuando me bajó el pantalón del pijama pude sentir el calor de su pene que ya antes había percibido duro como una piedra. La situación era muy extraña, me debatía entre levantarme y dejarle continuar. Comprendí que de alguna manera averiguó mi tendencia sexual y como nuestro distanciamiento verbal impedía cualquier flirteo, decidió arriesgarse. Para cuando noté como humedecía mi ano con sus dedos ensalivados,  yo ya había decidido seguir su juego. Hacía mucho tiempo que no tenía sexo y ya me estaba haciendo mucha falta. Me tranquilizó sentir como rasgaba con los dientes la funda de un preservativo y con bastante impericia comenzó a penetrarme. Debía estar más urgido que yo porque en unos cuantos movimientos llegó al orgasmo entre contenidos suspiros.  Sin mediar ni una palabra ni un gesto amable hacia mí, se levantó dirigiéndose al cuarto de baño. Observé como hacia un nudo al condón repleto de semen, escuche el agua de la ducha durante breves minutos y se acostó. Segundos más tarde el sonido rítmico de su respiración me indicó que ya estaba dormido. Al día siguiente apenas nos cruzamos un par de veces siempre intercambiando las mismas sonrisas y con la frialdad de la primera jornada. Esa noche repitió exactamente igual la misma liturgia y así está ocurriendo todas las noches desde que este silencioso ucraniano pernocta en la misma habitación que yo. Seguimos sin dirigirnos la palabra y desde hace unas jornadas solo le veo hablando con una chica rumana en ruso con la que se le ve muy contento.
Me pareció un relato curioso el de este chico venezolano y hubiéramos hablado más rato, pero a las diez debía estar para la cena en el albergue y se marchó con cierta prisa para no llegar tarde. Quedamos en volvernos a ver en el mismo lugar aunque esas quedadas casi nunca se suelen cumplir.

9 comentarios:

  1. Por favor yo quiero ser refugiado interesa te dan alojamiento dinero ropa y encima por la noche un chulo te la mete de verdad yo tambien soy opositor a Maduro a quien más hay que ser opositor yo quiero que me den una plaza en un albergue de esos

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  2. Albergue de sexo? Primera vez que lo oigo. Luego cuando leo más parece de refugiados políticos. Y porque haya un ruso salido y un venezolano contemplativo no me parece que se tilde de sexual.Eso deforma la integridad de las instituciones benéficas.Este episodio de sexo parece muy puntual, distinto sería en un albergue estudiantil donde el sexo es algo diario y generalizado.

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  3. COMO PUEDEN HACER SEXO CONTIGO SIN TU PROPIO CONSENTIMIENTO? NO PARECEME NORMMAL LO QUE LE HACE AL DE VENEZUELA.
    DECIRLO AL JEFE DEL LUGAR DEBERIA HACER. ESTAR ASUSTADO DEBE PARA ADMITIR ESA VIOLACION DIARIA. RAFA DEBERIA AYUDARLE DEBE IR A ESE COLEGIO Y DECIR LO QUE PASA AL DIRECTOR.

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  4. Anda que no estamos alimentando parias con la excusa del rollo politico

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  5. Vaya morbo que tienen esas escenas de que se te meta en la cama sigilosamente y no te puedas defender es una escena de verdad absolutamente caliente y muy bien hecha y muy bien escrita e enhorabuena por este blog

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  6. Con muchos de los capítulos de este blog siempre he pensado que se podrían hacer cortos cinematográficos con mucha calidad en el guión. Pero este último es perfecto. Requeriría unos actores capaces de dotar a los personajes de un montón de matices muy difíciles que se reflejan de forma maestra en el texto.

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    1. Yo no preciso de q hagan cortos
      Siempre me imagino todo lo que aquí se escribe, está escrito q resulta fácil imaginarlo
      Además a los personajes les pongo el aspecto q yo quiero.

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  7. A ti te pareció un relato curioso,pues a mi me parece un relato muy caliente y morboso. Nunca estuve con un venezolano pero se que son guapos, como aquel que tenía un bar y tu Rafael tuviste algún encuentro que nos erotizo a todos. Y los ucranianos aunque fríos y machistas tampoco están nada mal.
    De todas formas me ha parecido que Rafael y este venezolano no han tenido mucho atractivo entre ellos pero claro uno teniendo a Ángel que lo lleva a fiestas donde se folla a caballo a unos cuantos en corto y el otro bien servido por el ucraniano, no necesitan más sexo entre ellos.

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  8. Joder ha caído en mi móvil este relato y me la ha puesto dura como palo de escoba. El que escribe esto es un puto maestro, con dos palabras te pone iracundo perdido. Me hice un buen pajote. Y otros días leeré más que he visto que hay ciento y pico de relatos

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