Vivencias de un gay

sábado, 23 de mayo de 2015

96. La fruta de la pasión


Nuestro primer aniversario desde que se creó este blog.

Es el momento de daros a todos las gracias por vuestro apoyo, por vuestros ánimos, por vuestros comentarios, siempre interesantes e instructivos.

Todo esto me impulsa a seguir en esta aventura literaria que supone contaros mis historias, mis aventuras y desventuras, mis amores y desamores, las soledades y anhelos que me tocan vivir, los triunfos y fracasos que encuentro en el camino y también, ¡¿cómo no?!, la forma de entender y practicar mi sexualidad.

Os confieso que nunca imaginé que cada entrada tuviera tantos lectores de todos los rincones del mundo y a cada uno de ellos le quiero mostrar mi agradecimiento, aunque solo sea por ese trozo de su tiempo que dedicaron a molestarse en buscar «Vivencias de un gay» y leerlo. De alguna forma, al desnudarme en todos los sentidos ante vosotros, os considero mis amigos, mis colegas en el devenir de mi existencia. E igualmente siento que me correspondéis de la misma manera no solo a través de vuestra lectura, sino también en esos consejos, en esas opiniones, en vuestros reproches y aplausos que me hacéis llegar en los comentarios.

Mi deseo es continuar y mejorar cada día este blog para que siga interesándoos. Me gusta escribir, pero esto no tendría sentido sin vosotros al otro lado de la pantalla.

Empieza una nueva etapa con la intención y la esperanza de que los habituales y los que se incorporen a nuestro grupo de seguidores se diviertan, disfruten y sean partícipes de esta historia.

¡MUCHAS GRACIAS!, así en voz bien alta y sabed que sigo contando con vosotros.

Y dicho esto, os dejo con el relato de hoy…

****

Cada año nos pasa lo mismo, creemos que nunca va a llegar el buen tiempo y de pronto aparece un día con un clima espléndido y llega para quedarse.

He sacado mi tumbona, la coloqué en el ángulo discreto de mi pequeña terraza y embadurnado de crema protectora quiero sentir en mi desnudo cuerpo los primeros rayos de sol de este anticipo de verano que hoy el tiempo nos regala. Me traje de la nevera un plato con rojas cerezas para complementar el momento.

Y precisamente estas cerezas han sido las culpables para traer a mi mente aquel encuentro, no muy lejano, en la frutería del barrio de Malasaña.
Lo conocí en un bar que ni siquiera era de ambiente. Esa forma de mirarnos que tan bien conocemos los que estamos siempre en alerta nos hizo iniciar un diálogo con la premeditación habitual y que, superada la primera barrera de precaución, nos llevó a concertar el acuerdo buscado.
―Me gustaría estar contigo ―me susurró conteniendo el tono por la cercanía de otros clientes del bar―.
―También a mí me gustaría ―respondí con sinceridad tras haber valorado sus grandes manos y su cabello canoso que enmarcaba un agradable rostro de gesto amable―.
―¿Tienes sitio?
―Vivo bastante lejos de aquí ―lamenté―.
―Yo acabo de cerrar mi frutería que está aquí al lado. No es una suite pero podríamos pasarlo bien.
Nunca había hecho sexo en una frutería; el lugar se convirtió en un aliciente más.
Lo primero que me agradó de aquel local fue la explosión de olores a todas las frutas juntas.
De manera instantánea me llevé aquella cereza que estaba a punto de comerme en mi terraza a la nariz para intensificar aquel recuerdo.
Mi atractivo frutero me sacó del éxtasis en que aquel espectáculo de color y olores me tenía atrapado al tomarme del hombro y mostrar un ancho y limpio mostrador de madera, invitándome con un gesto a tumbarme allí. Me dejé quitar la ropa observando cómo a la vez se quitaba también la suya. Pude apreciar un físico rotundo, ni alto ni bajo, pero con unas proporciones exactas, un pecho en el cual se adivinaban fácilmente todos los músculos dorsales a pesar de rondar las cinco décadas de existencia; un falo grueso y rosado iniciaba una erección que prometía ser gloriosa en colaboración con unas manos mucho más grandes de lo normal. Aquellas grandes manos mostraron su habilidad con el cuchillo al partir por la mitad una naranja que inmediatamente me llevó a la boca, alternándola con su propia boca, mezclando su lengua y el zumo de la fruta con un erotismo extremo.
Al igual que aquel día en la frutería, mi pene empezó a templar carpa de circo pobre, y mi mano, ayudada por la crema solar, comenzó a recorrer mi cuerpo con el recuerdo cada vez más intenso en mi mente.
Tumbado en aquel mostrador vi como de un cajón cercano tomaba unas cerezas y las restregaba por mis pezones que se endurecieron al instante. Aquel olor de la fruta rota aumentaba mi excitación que llegó a límites insospechados cuando mi canoso frutero lamió con su lengua los restos de cerezas que quedaron por mis tetillas.
Antes de que se tumbara a mi lado, le pedí un puñado de fresas que descubrí en un estante cercano. Cuando tuve su cuerpo a mi alcance, imité sus gestos y le esparcí las fresas por toda su piel incluyendo la zona donde un duro y erecto miembro que hacía la competencia a los plátanos verdes esperaba para ser lamido. No tardé en poner a trabajar a mi lengua con gran deleite por mi parte.
La temperatura en mi terraza era más interior que exterior. Tomé una de las cerezas que aún quedaban en el plato y la rocé por mi enardecido glande cuyo jugo mezclado con el aceite solar me producía una indescriptible sensación placentera.
Pronto el cuerpo del tendero y el mío se juntaron sobre aquel insólito lecho, moviéndonos uno contra el otro con pequeños restregones, embadurnándonos con los fluidos de las frutas en una apasionante lucha llena de aromas cítricos y dulzones tan excitante que nos llevaron al inevitablemente clímax entre sonoros suspiros, en una explosión de placer con sensaciones, olores y líquidos mezclados que nos dejó relajados, empalagados y satisfechos.
En la terraza, el sol de esta primavera con vocación de verano es testigo de la calentura que este recuerdo ha obrado sobre mi pene. Pronto el sudor, los restos de cerezas y el aceite se mezclan con mi semen que surge furioso provocado por los movimientos de mi mano para unirse al cóctel creado en una tarde de excitados recuerdos y realidad onanista.

Al guapo frutero nunca más volví a verlo, pero tanto aquel día como hoy cumplió para saciar mi deseo y ser esa vía de escape para aliviar las necesidades que no cubro por otros lados.

17 comentarios:

  1. ¡OLÉ! ¡ENHORABUENA! Estoy un poco desaparecido de acá, pero eso no quiere decir que no lea las entradas. Justo entro y veo lo del primer aniversario. ¡MUCHAS FELICIDADES! ¡LA PERSEVERANCIA DEL AUTOR SEA PREMIADA CON ÉXITOS COPIOSOS!

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  2. caray con el frutero será cuestión de darse una vuelta por Malasaña a ver si me veo al tipo canoso y que haga conmigo también una ensalada de frutas como esa qué rico pero qué es eso de templar carpa del circo pobre que quiere decir que estás caliente nunca había oído una expresión así a lo mejor no quiere decir eso alguien tenía que explicarlo

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    1. Templar carpa de circo pobre significa tener una erecsión eso es un dicho de Bogotá creo que él autor del blog o tiene mucho contasto con colombianos o es colombiano yo soy de Medellín ¡ viva Colombia!

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  3. GUSTAME QUE OLVIDARTE DE LOS NIÑOS QUE CASI NO TE HACEN CASO. YO TAMBIEN ME VOY SOLO AL MONTE Y QUEDOME DESNUDO FRENTE AL SOL. PIENSO COSAS Y HAGO ALGO CON MI MANO PERO DECIR EN QUIEN PIENSO NO DEBO. FELICIDADES POR UN AÑO QUE ESCRIBES Y LEO.

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  4. un año del blog debéis ser los blogueros más viejos y más antiguos de toda la red nadie aguanta tanto un blog tengo que ponerme al día cuando haya vacaciones que sabe leer los primeros enhorabuena

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  5. buenos días que largo es este mensaje primero me asusté creí que no iba a haber nada de nuestra historia está bien que un año es bueno pero yo me quedé un poco chafado con lo de la celebracion.Luego se arregló la cosa está entrada de la fruta muy bien

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  6. FELICIDADES. Es muy difícil aguantar un año manteniendo el interés tan alto como tú lo haces es verdad que tu nivel literario es muy elevado la prueba es este capítulo último donde ese juego de intemporalidad entre pasado y presente se soluciona magistralmente ya que es una forma difícil de escribir y sin embargo tú lo has perfilado perfectamente.

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  7. Según dices te fue muy bien en la frutería pero al final pones que nunca más volviste a verlo¿ eso cómo se come ?si te gustó lo pasaste tan bien como a todos nos lo has hecho pasar a leerlo porque no volviste a la frutería? sabías dónde estaba eso no es complicado de recordar hay algo ahí que no me cuadra. Enhorabuena por el primer aniversario

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  8. magnífica la fuerza con que escribes la realidad

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  9. Felicidades administrador escribes muy bien y eso salva muchas veces lo soez de los temas, aunque ya se que muchas personas no son capaces de distinguir una buena literatura y solo buscan lo er{otico sin más.

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  10. Me da mucha nostalgia la forma de ligar en el bar cerca de la fruteria. Era como antes, usando la intuición, a base de miradas, de gestos arriesgados. No como ahora con solo mirar el Grindel ya ves cuantos tienes alrededor, antes de dirigirles la palabra ya sabes si son pasivos que les gusta hacer, y hasta si le huele el aliento o no. Pero no reniego de la informatica, gracias a ella tenemos blogs como este que tanto nos ayudan en nuestros momentos de soledad. FELICIDADES POR EL PRIMER ANIVERSARIO.

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  11. A quién le haya gustado esta entrada les recomiendo que lean la novela El perfume de Patrick Swayze es también de este estilo donde los olores se mezcla con la acción

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  12. Preciosa la imagen elegida para ilustrar esta entrada. Enhorabuena al ilustrador que supongo será el própio autor

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  13. Me acabo de hacer un pajote a la salud del frutero

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  14. Felicidades por este primer año, encontre este blog de casualidad y me esta enganchando, este capitulo del frutero es el mejor que he leido hasta ahora por su perfecta literatura y ese punto erotico tan preciso. Muchas gracias y a por el segundo año

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