Vivencias de un gay

sábado, 31 de diciembre de 2016

181. Una reunión desconcertante


No cabe duda de que Zacarías no es un chico corriente, tiene algo desconcertante, pero reconozco que me atrae volverlo a ver. Cuando le hable a Ángel de él, rápidamente se interesó y mostró mucha curiosidad por conocerlo.
Quedamos en que le llamaría para concertar una nueva cita y Ángel se incorporaría a esta reunión.
Cuando Zaca llegó a la cafetería donde nos habíamos reunidos siempre, le noté mucho más animado que las otras citas, con actitud relajada me plantó un beso en cada mejilla, se le veía con un semblante radiante.
Me ha dado mucha alegría el que me llamarás, no quería hacerlo yo para no parecerte demasiado agobiante, pero estaba deseando que lo hicieras. ¿Verdad  Rafa que es estupendo tener un amigo asícomo somos nosotros?
¡Por supuesto que ! Y hablando de amigos quería decirte que hoy he quedado también con Ángel un buen amigo que cuando le hablé de ti, tuvo mucho interés en conocerte.
¿Me estás diciendo que ahora has quedado con otro amigo aparte de quedar conmigo? – el tono de Zacarías había cambiado radicalmente, su severa expresión me inquietó.
No te preocupes, Ángel es un buen chico y quería conocerte. – trate de tranquilizarle.
Pero yo no quiero conocerlo a él.
Escucha Zaca, es mi mejor amigo….
¡Tu mejor amigo! – me interrumpió – Yo creía que tu mejor amigo era yo.
A ver  - medité unos segundos mi respuesta porque cada vez estaba más desconcertado y la actitud de Zacarías tenia ciertos tintes violentos – tú y yo nos hemos visto apenas tres veces, a Ángel le conozco desde hace varios años. Pero, insisto, no te apures,este amigo es de tu edad y deportista como tú, seguro que os entendéis muy bien.
Nunca me han interesado los chicos de mi edad. Creo que tenías que haber sido más legal y haberme avisado de que ya tenías tu mejor amigo.
No se cuál es tu concepto de “mejor amigo”, todos tenemos amigos aunque en mi caso no demasiados. Nosotros podemos llegar a ser buenos amigos pero con tan solo tres veces que nos hemos visto aún no nos conocemos demasiado.
Eso no es cierto, de  ya lo conoces todo, me embaucaste con tu palabrería y me abrí por completoante ti.
En ese momento de la tensa conversación llegó Ángel a la mesa. Tras darme un par de besos en cada mejilla, le presenté a Zacarías cuya seria mirada pasó desapercibida para el niño que se acercó con la intención de besarlo. La extendida mano de Zaca lo paró, se la estrechó brevemente y acomodándose en la silla que quedaba libre se dirigió directamente  a Zaca con la intención de romper la tensión de la presentación:
No puedes negar que eres baloncestista, tienes una anatomía perfecta para ser un figura en ese deporte.
¿Te follas a Rafa? – la inesperada pregunta dejó mudo a Ángel que tan solo acertó a mirarnos a uno y al otro tratando de comprender el sentido de lo que allí estaba ocurriendo.
Escucha Zaca….. – traté de intervenir.
Cállate Rafa, la pregunta se la hice a él – me interrumpió sin dejar de mirar fijamente al desubicado Ángel.
Mira chaval – habló al fin el niño – no sé a que viene esa pregunta de tan mal gusto pero comprenderás que no te la voy a responder, no tengo la menor intención de ir pregonando mi vida sexual y  menos ante alguien con el que no he cruzado ni una palabra.
Que decepción Rafa – escupió con rabia Zacarías mientras se levantaba violentamente de la mesa – al final has resultado ser como todos, mejor me hubiera ido follándote el día que te conocí  como a uno más de los babosos que pierden el culo porque les meta el rabo. 
Abandono la cafetería con grandes zancadas dejándonos con una ambigua sensación de desconcierto y tranquilidad.
¡Qué tipo tan raro! – acertó a exclamar Ángel – cada vez te los buscas más extraños.
En realidad lo que este chico me provoca es lástima, - le expliqué – pienso que tiene serias dificultades para relacionarse con los demás para cualquier otra cosa que no sea sexo. Cuando le conocí y le dije que yo no quería follar, le rompió sus esquemas y por algúnmotivo se ilusionó conmigo. Su habitual soledad le ha desarrollado un fuerte sentimiento de posesión, de tal forma que el sexo no le importa compartir, pero lo que él considera importante lo necesita para él solo. No quiero ni imaginar lo mucho que va a tener que sufrir este chico en la vida. 
                                                         oooooOOoooo
Cuando llegamos al final de este 2016, quiero daros las gracias por vuestra fidelidad, ha sido un año de Vivencias y experiencias que me ha encantado compartir con todos vosotros.
Para este 2017 que vamos a estrenar, os deseo lo mejor para todos y os invito a seguir curioseando en mis aventuras y desventuras para que sigamos aprendiendo, sorprendiéndonos y disfrutando.
¡¡¡Feliz 2017!!!

sábado, 24 de diciembre de 2016

180. Solo amistad

Sorprendentemente cuando casi había olvidado el curioso encuentro con Zacarías, este sábado temprano,  recibí una llamada suya. 
Hola Rafael, soy Zaca ¿me recuerdas?
¡Por supuesto que te recuerdo! – respondí – Tengo buena memoria y, además, no es fácil olvidar un chico tan diferente de los que se suelen encontrar en Chueca.
Dejamos una conversación a medias, ¿Puedes quedar esta tarde en la terraza del sábado?
Veo que sigues siendo tan directo, pero por mi está bien, nos vemos luego a las siete en la misma mesa.
Realmente no tenía ningún otro plan, durante la semana había reflexionado sobre la conversación que mantuvimos hace siete días, la personalidad de este chico no deja de intrigarme, me pareció una mezcla de rasgos difícil de combinar en una misma persona.  Su evidente inocencia no encaja con su forma directa y simple de relacionarse con los hombres, su despreocupación por los sentimientos tampoco cuadra con ese interés  y con esas preguntas que me hizo en lo referente al amor. Unas únicas amigas del trabajo resulta poco bagaje como para que este chico no se sienta tan solo como a mí me lo pareció. Supongo que en su trabajo y en el equipo de baloncesto poco sabrán de su verdadera personalidad y los tipos con los que se relaciona exclusivamente para un sexo rápido tampoco le servirán de mucho.
Apenas llevaba unos minutos resguardado bajo el toldo del café para protegerme de la lluvia, cuando lo vi aparecer por una de las esquinas de la plaza. Su rotunda figura de fuerte complexión, sus largas piernas musculadas y con su varonil forma de caminar, se acercó hacia mi posición apenas me distinguió. Tras dos besos en la mejilla convenimos en que hoy debíamos renunciar a la mesa en la terraza por la lluvia que no cesaba. 
   - ¿Cómo te fue la semana? – pregunte para romper esos minutos de silenciosa tensión que se creó cuando nos sentamos frente a frente.
   - ¡Bien! trabajando y pensando en las cosas que me dijiste el otro día.- contestó entrando rápidamente en materia.
  - Espero que no te haya molestado algo de lo que te dije.
  - ¡No, no!  Al contrario, me dijiste cosas que me han hecho pensar, y, para serte sincero, estaba deseando volver a quedar contigo. Pero…no pienses que estoy subido a una silla, je je.
  - ¿Subido a una silla? – pregunté tratando de recordar el contexto de su frase.
  - Si,  me dijiste que cuando uno se enamora es como ver las mismas cosas subido a una silla desde otraperspectiva, a eso me refería.
  - J aja, nadie se enamora en apenas dos horas  de conversación, - le respondí divertido con su ocurrencia – eso del amor a primera vista es solo un mito.
 - De eso sabes más que yo, ya te dije que nunca me he enamorado. Las chicas solo me atraen como amigas y a los hombres que conozco solo me los follo.
  - ¿Y ninguno se enamoró de ti? Eres un chico muy atractivo Zaca, después de estar contigo  varias veces, alguno habrá que te lo haya insinuado, ¿no?
  - Nunca repito con ninguno, y es verdad que en ocasiones me dicen que me quieren mucho, pero eso ocurre justo después de haberse corrido, no creo que las palabras dichas en esas circunstancias tengan ningún valor. - Su expresión mostraba un gesto de cierta desilusión. – Tampoco yo les dejo que me conozcan demasiado, solo físicamente.
  -  En eso son más afortunados que yo. 
  No lo creas Rafael,  me has demostrado que me conoces mejor que nadie, me dijiste cosas que ni yo mismo sabía de mi. Si envidias a esos tipos solo porque me han visto la polla y tu no, eso tiene fácil solución. Baja conmigo a los servicios y te la enseño.
Se levanto inmediatamente del asiento e inició el camino hacia las escaleras que llevaban a los servicios. Traté de pararle sin lograrlo. No tuve más remedio que bajar tras él. En los solitarios urinarios, sin prestar atención a mis palabras para que lo dejara, desabrochó su pantalón bajándolo hasta medio muslo mostrando un espléndido e increíblemente grande pene en estado de total erección. Me quedé extasiado ante la visión de esa larga, gruesa y recta polla tiesa de proporciones perfectas. El tenerla a escasos centímetros y ante la soledad del recinto, tuve el impulso de acercar mi mano para agarrar tamaña tentación.
En cuanto Zacarías vio mi intención, reculó hacia atrás, diciéndome mientras se la guardaba inmediatamente en su pantalón:
¡Quieto Rafa, sabes perfectamente que lo nuestro no va por ese camino! Ahora ya conoces todo de mi y no tienes que envidiar a nadie, pero  que si terminamos follando nuestra amistad se termina hoy mismo. Lo nuestro es diferente.
Tienes razón Zaca – admití con la seguridad de hacer lo correcto aunque no lo que me pedía el cuerpo – lo nuestro es distinto, es solo amistad, que ya es bastante.
Oculté con la chaqueta mi erección y tratando de dar un aspecto como si nada hubiera pasado, iniciamos la subida a nuestra mesa.
Bueno Rafa, creo que hoy es mejor que me vaya, los dos estamos un poco descolocados, te llamo o me llamas pronto.  Cada vez nos conocemos mejor y nuestras conversaciones serán cada vez más interesantes.
Cuando me quedé solo en la mesa  me di cuenta de que este chico seguía intrigándome igual que minutos antes de vernos. Supuse que esa noche acudiría a su local de caza y la visión de Zacarías saliendo en compañía de un señor cualquiera, perfecto para ser brutal y rápidamente follado por aquel tremendo pene que acababa de ver, retornó la objetividad a mis pensamientos y me puso los pies en la tierra para pasar el resto del sábado tranquilo.


sábado, 17 de diciembre de 2016

179. El jugador de basket


Por distintas circunstancias hace unos días que no veo a Paquito y este sábado quería tomar una cerveza con él. Al ver que su móvil estaba fuera de cobertura y siendo sábado noche, me acerqué al Blanco y Negro seguro de encontrarlo en este su local fetiche.
No lo vi y decidí esperar un rato. A los cinco minutos de entrar se acercó un chico con la forzada sonrisa clásica de los vendedores.
Hola ¿quieres follar?
Gracias solo estoy esperando a un amigo, no estoy buscando chaperos  - le respondí de forma neutra para que no insistiera.
Yo no cobro dinero – me susurró acercando su boca a mi oído – solo quiero follar y nada más.
Si que eres directo – le dije un tanto sorprendido y ahora con un cierto interés.
No me gusta perder el tiempo. Te invito a un trago fuera de aquí.
¿No debía ser yo el que debía invitar? - pregunté ya un tanto divertido.
No te preocupes, tengo dinero, vamos.
Sin darme otra opción, me empujo del brazo y salimos fuera del local. Nos sentamos en una terraza cercana y el desconocido pagó lo que pedimos en el momento de servirnos para no darme ocasión de dejarme ni sacar el dinero.
¿Cómo te llamas? – pregunté para cortar el silencio tras el primer sorbo.
Me llamo …..Marcos – respondió después de unos segundos de indecisión.
Yo soy Rafa y me gustaría que me dijeses tu verdadero nombre, he notado cómo dudabas en elegir un nombre.
Nunca me apetece decir mi verdadero nombre cuando solo voy a echar un polvo, además es un feo nombre, pero como veo que no tienes ninguna gana de follar conmigo te lo diré, me llamo Zacarías, ya te avisé de que es un nombre antiguo y raro.
Me parece original y distinto, en realidad todo tú eres distinto y original.
¿Así te parezco? ¿qué es lo que ves en mí?
Físicamente veo un chico más alto de lo normal, con ancha espalda, brazos largos y fuertes al igual que tus piernas, tienes aspecto de jugador de básquet.  Me llama la atención tu rostro por la cantidad de ángulos que tiene.
En lo del básquet has acertado, siempre me ha gustado jugar y ahora lo hago en un club de mi barrio. Pero no entiendo lo de los ángulos de mi cara.
Todo tu rostro está compuesto por ángulos, tu nariz vista de perfil es un ángulo recto, tu mentón es un trapecio perfecto  y tus pómulos no son nada redondeados.
Supongo que no tienes mucho más de veintidós años, pero tu aspecto es más maduro, todo tu cuerpo despide un aire muy varonil, esas manos grandes y fuertes que nada tienen en común con los chicos que se ofrecen en el bar donde nos encontramos. Pero lo mejor son tus ojos, miran con una inocencia que desconcierta, y dejan entrever un misterio que atrae.
Me gusta lo que dices, creo que es la primera vez que no me importa no ir a follar.
Follar no lo es todo, ¿crees que con diez minutos de prolegómenos, cinco de ejercicio físico y 15 segundos de orgasmo es suficiente?
Diez minutos de prolegómenos es demasiado, con correrme me vale.
Te pierdes demasiadas cosas buenas. Dime Zacarías ¿Nunca te has enamorado?
No, nunca, ¿Qué se siente estando enamorado?
Cuando te enamoras todo lo ves de repente de distinta forma, es como subirte a una silla y ver todo lo que veías desde abajo desde otra perspectivaSientes que lo importante es estar junto a esa persona de la que te has enamorado, igual te da en qué lugar estáis, solo cuenta estar a su lado en la cama o en el infierno, rozándoos la mano o uno dentro de otro en pleno acto sexual.
Nunca sentí eso. ¿Y cuando te desenamoras es como bajar de la silla y volver a ver todo como antes?
No, entonces ves las cosas desde mucho más abajo
Aparte del gusto de correrme, solo hay un sentimiento que me gusta cuando estoy metiéndosela a un hombre, me siento poderoso, fuerte, dominador al tener  entregado bajo de mí a un médico, o un ingeniero o un político, un tipo que se supone tiene más inteligencia  que yo.
En ese momento de la conversación vi pasar a Paquito.
Mira ese tipo es amigo mío, seguro que ese si quiere follar en las condiciones que  buscas.
No – respondió sin mirar ni siquiera a Paquito – hoy eras tú al que quería follarme. O tú o nadie. Así que será nadie. Pero me alegro haberte conocido, dices cosas interesantes. ¿Podré llamarte y quedar contigo otra vez?  ¡Tranquilo! No lo digo por follarte, únicamente para seguir esta conversación.  No tengo amigos hombres, solo amigas de la fábrica donde trabajo. Se me hizo raro hablar con un hombre sin follármelo pero me gustó la experiencia.
Nos despedimos cada uno con un nuevo contacto en su móvil y yo con la sensación de haber conocido a un chico diferente.

sábado, 10 de diciembre de 2016

178. Anatomía de Greg


Voy muy pocas veces al gimnasio, lo reconozco, estoy perennemente apuntado, cada seis meses aparece el cargo en mi cuenta y yo lo dejo seguir con la auto promesa de que a partir de ese momento seré más constante. Pero, una vez más, todo queda en fallida intención. Luego soy experto en justificaciones, que si ya llega el verano y hay  viajes, que ya esta aquí la Navidad y de nada servirá mi asistencia porque comeré en exceso, que si….
Pero no solo es mi vagancia natural lo que me frena para ir con asiduidad al gimnasio, hay otros factores que influyen. Uno de ellos es la variada “fauna “con la que toca compartir ese espacio. 
Algunos no me molestan, los obsesionados por sus músculos me resultan hasta graciosos, sonrío cuando los veo mirarse al espejo inmediatamente después de hacer cada una de las tablas de ejercicios para comprobar si su volumen se agrandó.
Me llevo peor con los que simplemente acuden cada tarde al gimnasio para poder hablar con alguien, los imagino muy solos en sus casas y en sus vidas, son expertos en buscar cualquier excusa para iniciar una conversación y ya te resulta imposible deshacerte de su compañía, tienen una exquisita habilidad en no dejarte ni un resquicio para que puedas decir algo, cuando mucho menos darte la oportunidad de poner una excusa para largarte. Si son mayores, su conversación suele tener el interés de escuchar esas hazañas que los hombres de aquellas generaciones pudieron realizar por las circunstancias extremas que les tocó vivir. Aunque en estos casos el riesgo es tener que escuchar la misma historia cada vez que caen a tu lado y llega un momento que ya te las sabes de memoria.  En los hombres más jóvenes, los temas son tan banales y aburridos que no te queda más remedio que desconectar mentalmente aunque debes asentir automáticamente con la cabeza de vez en cuando.
Pero donde la cuestión se complica es con los que viven en las duchas como su hábitat natural. Como quieras aprovechar la comodidad de ducharte sin esperar fila, tienes que calcular ir antes de que terminen las clases de la práctica colectiva que esté funcionando en ese momento. Elijas la ducha que sea, siempre el inquilino habitual se situará en la que está frente a la que tu elegiste. Allí hará un repaso detenido de tu anatomía, anatomía que vigilará constantemente para observar si hay algún cambio visible provocado por su presencia delante de ti. Se enjabonará por enésima vez, lentamente, acariciando, supuestamente con gran sensualidad, sus partes íntimas, que de íntimas no tienen nada puesto que ya se encargará él de mostrarlas lo máximo posible, facilitando la posibilidad de que tu las veas y “disfrutes” con tal visión. Si se percata de que con su parte delantera no atrajo tu admiración, automáticamente cambia de posición dándose la vuelta y ofreciendo las latitudes traseras, seguro de que con esas vistas, generosamente mostradas con todo detalle, caerás preso de una sublimación extasiada ante “tanta belleza” a la vista. Imagino que dependerá de la reacción que uno tenga y que es intensamente observada por el aseado narcisista, lo que pueda ocurrir al finalizar la ducha, pero,excepto una vez, nunca ven reacción en mí y cuando termino, rápidamente el duchado perenne ya suele tener localizada otra presa y se cambia de cabina para colocarse ante el recién llegado, con lo que nunca sé si su exhibición tiene consecuencias alguna vez.
La excepción que mencionaba antes ocurrió una mañana, cuando un espléndido muchacho se colocó en la ducha de enfrente, mostrando un impresionante cuerpo digno de ser observado. En una hora, donde los asistentes siempre suelen ser los jubilados, más necesitados de conversación que de ejercicio, la presencia de este efebo resultaba muy llamativa. Reconozco que miré aquella bonita anatomía con cierto deleite aunque sin ninguna otra intención.
Cuando terminaba de arreglarme en el vestuario, vi como el bello muchacho, ya vestido, avanzaba hacia la puerta de salida, no sin antes dejar una pequeña tarjeta encima de mi bolsa de aseo. Tras cerrarse la puerta, tomé la tarjeta donde pude leer:
“Me llamo Gregorio, Greg para ti, si quieres disfrutar de lo que acabas de ver llama al teléfono 6…., Horario: tardes de 6 a 12 de la noche. Solo te costará 120 euros la hora. Espero tu llamada

sábado, 3 de diciembre de 2016

177. Urgencias en el hospital


Estaba a punto de irme a dormir después de estar viendo en tv un programa donde unos famosos compiten entre ellos cocinando, cuando sonó mi móvil. vi que era Ángel quien telefoneaba, lo atendí rápidamente. A esas horas de la noche algo le ocurría, sin duda.
Rafa ¿me puedes acompañar a urgencias? Tengo un dolor bastante fuerte en el vientre y puede que sea apéndice.
Claro que si – le contesté mientras me despojaba de la bata de casa - ¿Dónde estás? 
Voy en un taxi hacia el hospital, estaba en casa pero no he querido decirle nada a mis padres para no preocuparlos.
Cuando llegué y no lo vi, le puse un mensaje y me respondió que ya estaba en un box esperando el resultado de unos análisis que le acababan de hacer.
Encontré fácilmente el box y allí estaba Ángel, tumbado en una camilla con una especie de delantal de plástico que apenas le cubría su desnudo cuerpo.
¿Cómo estás? – le pregunté con cierta preocupación aunque la expresión de su cara no denotaba sufrimiento.
Bastante mejor, me pusieron un calmante y ahora apenas tengo un ligero dolor. 
¿Y que te ha dicho el doctor?
Descartó lo de la apéndice y en espera de los resultados del análisis piensa que puede ser un cólico de aire.
Mejor que sea eso – me tranquilicé.
Yo creo que ya estoy bien, lo malo es que ante la posibilidad de que tuvieran que llevarme urgentemente al quirófano, me desnudaron y me han dejado con esta bata que te deja el culo al aire. – Mientras hablaba se había levantado la bata mostrándome ese precioso culo que siempre admiré y un pene ligeramente amorcillado.
Bueno anda tápate no sea que venga la enfermera. – le apremié.
Tranquilo por aquí no viene nadie, y si llegan se les oye cuando cierran la puerta del pasillo.
No fastidies que te estás tocando la polla – le recriminé cuando vi que se acariciaba el rabo por debajo de la bata.
Estar así desnudo me está poniendo cachondo – comentó mientras se retiraba la plástica tela azul, dejándome ver su pene ya totalmente erecto. – llevo un montón de días sin descargar, anda Rafa se bueno y hazme una mamadita rapidita, porfa.
¡Estás loco! Nos pueden pillar…
Tu tranquilo que si vienen yo los escucho.
Se sentó de un salto en la camilla, me sujetó por detrás de la nuca y me acercó la polla a mi boca. Estaba Ángel tan cachondo que no me quise negar, era evidente que su dolor ya era historia y eso me animó.
Se la chupé con todas mis artes, la tenia dura como un palo pero no terminaba.
Sácate la tuya para que te la toque – me pidió a la vez que alargaba su mano hacia mi bragueta – sintiendo tu rabo me correré antes.
Estábamos los dos a punto de eyacular cuando una leve tos en el marco de la puerta nos paralizó.
Un joven enfermero con una botella en la mano nos miraba con una amplia y cómplice sonrisa en su rostro.
Disculpar – nos dijo sin perder la sonrisa – tengo que recoger del enfermo una muestra de orina, pero comprendo que no es el momento, quizás si fuera muestra de semen lo tendría más fácil.
Me traté de guardar apresuradamente el rabo en el pantalón aunque Ángel continuó allí sentado con su polla en la mano sin importarle que el enfermero estuviera a un metro escaso.
Tranquilos chicos – habló el enfermero – será mejor que terminéis la faena, yo no tengo prisa y puedo esperar.
Veo que tienes un bultazo bajo el uniforme muy atractivo – le dijo Ángel sin apartar la vista de la entrepierna del chico - ¿Por qué no te apuntas?
Ja ja, me encantaría apuntarme – respondió  pero me juego mi trabajo. Es mejor  que me quede aquí fuera vigilando, en cuanto terminéis me avisáis. Os traeré unas gasas para que os limpies y luego vemos de conseguir la muestra de orina.
Muchas gracias – acerté a decir desconcertado.
Me debéis una, no se te ocurra marcharte del hospital sin darme tu teléfono. – agregó dirigiéndose a Ángel
Una hora después abandonamos el hospital riéndonos de lo sucedido, el imprevisible Ángel ya ni se acordaba de su dolor, pero no olvido buscar al guapo enfermero y dejarle su número de móvil para cumplir gustoso con la petición del enfermero y deseando descubrir, cuanto antes, el bulto enorme que el uniforme escondía.

sábado, 26 de noviembre de 2016

176. Por unos segundos de placer

Hacía mucho tiempo que no dedicaba una tarde a un acto pseudocultural, cuando me llegó la invitación para acudir a una conferencia dentro de los actos incluidos en la Semana Europea de la prueba Hepatitis-VIH, no lo dudé.
Convencí Paquito para que me acompañara y no me arrepiento de haber acudido por lo interesante que me parecieron las distintas charlas que se llevaron a cabo. 
Todo lo relacionado con estas enfermedades siempre es un delicado tema, sobre todo para  nosotros los homosexuales, que ya sabéis, somos los más afectados en el mundo occidental.
 David, así se llamaba el hombre de unos 45 años, vestido informal, con barba cerrada y unos ojos grises que se te clavaban como puñales, tomó la palabra para contarnos su historia, “No es tan fácil, - nos contaba - eso surge. Conoces a alguien, quieres tener una relación con él y en un momento dado te fías. La última vez que acudió a hacerse la prueba, que salió negativa, fue tras enterarse de que la persona con la que mantenía una relación estuvo con otra persona sin consultarle, rompiendo así el acuerdo que habían fijado. Esta historia me dejó frío e imagino a muchos pensando igual que yo, ¿Cómo en pleno siglo XXI, con las facilidades que hay para prevenir enfermedades como, por ejemplo, conseguir un condón, haya personas que lo hagan a pelo todavía? David percibe cierta relajación en su entorno sobre las consecuencias del VIH: "Se ve como una enfermedad crónica", asegura.
Y verdaderamente esa percepción la tenemos todos, cada vez encontramos más hombres que exigen hacer el sexo sin ningún tipo de protección. Cuando voy a una sauna y veo las orgías de sexo indiscriminado y sin un mísero condón por ninguna parte, tengo la impresión de que lo del Sida ya es historia pasada. A la angustia de hace unos años ha sucedido una gran despreocupación, es como si ese rayo de esperanza que nos iluminó con la aparición de los retrovirales, se convirtiera en la solución definitiva. Es verdad que la mortalidad ha bajado mucho en los últimos años  gracias a estos retrovirales, pero el riesgo sigue latente, nadie sabe hasta cuándo estos medicamentos serán efectivos, no solo aparecen constantemente mutaciones en los virus, sino que estos también se hacen cada vez más fuertes.
Además estas pastillas son muy tóxicas, están contaminando el cuerpo, dañan la salud, el riñón, el hígado…
Todos abandonábamos el local apesadumbrados, personalmente me parecía una lástima que un hombre tan atractivo como David corriese esos riesgos. La perspectiva es pesimista pero no vale esconder la cabeza estilo avestruz. Tenemos que cuidar la salud, utilizar siempre el condón y si se tiene alguna sospecha hacerse el test. 
Comprendo que este tema no es lo habitual en este blog, muchos de vosotros me criticarais por incluir este escrito, pero en conciencia, y a pesar de lo impopular del tema, he sentido la responsabilidad de dar este toque de atención, no me parece justo desaprovechar esta vía de comunicación para que no bajemos la guardia. Esta vida es muy bonita como para arriesgar nuestra felicidad por unos segundos de placer.
Gracias por entenderme y por tener que aguantar este chaparrón sin previo aviso.

sábado, 19 de noviembre de 2016

175. El alumno aventajado

El mismo lunes por la tarde quedé  con Ángel para que me contara si hubo encuentro con su profesor y como se había desarrollado. Conociendo a mi amiguito sabía que no dejaría pasar una ocasión así.
Naturalmente que hubo encuentro, toda la semana estuve pensando en esa cita y cuanto más se acercaba el día más calentorro estaba. Durante todas las clases que tuve con él en la semana casi ni me miró. Me pareció especialmente esquivo y eso era una señal clarísima de que pretendía tenerme caliente. Hasta el viernes no pude tener acceso a él en solitario. Directamente le anuncié que el sábado a la misma hora que el anterior estaría en su casa.
Aunque podía llegar puntualmente a su casa, decidí tardar una media hora para ponerle nervioso y que se fuera excitando en la espera.
Toqué el timbre de su puerta y entonces el que me hizo esperar fue él, la idea de que me diera plantón me hizo coger un cabreo que desapareció inmediatamente cuando se abrió la puerta y apareció Cirilo con pantalón de pijama y con el pecho descubierto. Esa visión fue todo un regalo para la vista, a pesar de su edad, la musculatura de su pecho y su vientre era absolutamente perfecta, el pantalón ligeramente bajo dejaba ver los arcos del final de su abdomen que marcaban el prometedor camino de sus caderas al centro, donde una primera fila de vello oscuro contrastaba con su cabello canoso y brillante.
Apenas cerró la puerta y sin pensármelo dos veces decidí tomar la iniciativa, le pasé la mano por detrás de la nuca y junte mis labios con los suyos. Tuve que insistir con mi lengua para que finalmente abriera su boca.
Caray Ángel  vienes muy decidido – acertó a decir cuando nos separamos.
No soy persona que le guste perder el tiempo y los dos estamos aquí para algo muy concreto.
Esa impaciencia de la juventud para estos menesteres no es muy apropiada, - alegó el profesor alejándose del recibidor.
¿No te ha gustado el morreo que te he dado? – le pregunté un poco desconcertado por la diferencia de pasión que el buenorro del profe tenía conmigo.
Preferiría tomar un trago antes de pasar al dormitorio, ¿tú que tomas?
Me da igual, pero mira como estoy – le dije agarrándome la polla a través del pantalón ya totalmente tiesa.
Nos tomamos el whisky, yo con impaciencia, el profe demasiado lentamente, según mi percepción.
Cuando me pareció que ya estaba bien de prolegómenos, le cogí de la mano y me dirigí a la  alcoba. En el momento que tropezamos con la cama, le empujé ligeramente para que cayese en posición supina sobre la sábana. Inmediatamente le baje el pijama hasta las rodillas. Frente a mi cara apareció un grueso pene, carnoso, ligeramente hinchado y con el capullo a medio descubrir. Me lo llevé a la boca sin darle a tiempo a ninguna objeción. Poco a poco notaba como aumentaba su volumen gracias a mis sabios movimientos y a mi inquieta lengua que hacía bien su trabajo. Mientras le chupaba los testículos incluyendo algunos ligeros mordisquitos, me fui quitando la ropa hasta quedar totalmente desnudo. Le ayudé a desembarazarse del  pantalón del pijama enredado entre sus pies y le empuje tal como estaba, boca arriba, al centro de la cama. Me subí encima de él sentado sobre su pecho, de forma que mi polla le quedara a la altura de su rostro.
¡Vaya aparato que gastas muchacho! – exclamó mientras miraba mi pene – nunca tuve un rabo tan largo frente a mí.
Pues no lo mires tanto y cómetelo que está deseando pegar en tu garganta. – le respondí a la vez que le introducía la polla en la boca.
Me encantaba sentir los labios y la lengua de mi profe jugueteando con mi capullo, pero también me moría de ganas de comerme el grueso pene de Cirilo. Sin sacarlo de su boca, me giré y me tumbé sobre su musculado cuerpo para agarrar su miembro. Lo encontré inesperadamente blando, pero empecé a desplegar todas mis artes seguro de que aquello volvería a tomar la dureza y el tamaño del principio. Cuanto más empeño ponía, más mustia me parecía encontrarla. Llegó un momento que Cirilo se separó de  y con gesto compungido se excusó:
Lo siento, Ángel, estas cosas nos pasan de vez en cuando a los que ya hemos cumplido ciertos años. 
¿No te gusto? – le pregunté desconcertado  Si es así, no pasa nada, me visto, me voy.
Me encantas, pero hoy la fuerza no ha querido acompañarme. Será mejor que te marches, alargar estas situaciones no es agradable para ninguno de los dos.
Imagínate, Rafa, lo frustrado que abandoné aquella casa.
Le pregunté a Ángel si lo volvería a intentar y su respuesta fue tajante:
Con todo lo bueno que está ya no sería capaz de estar con él, se me esfumó el morbo y lo único que temo es que durante las clases que aún me quedan con él, lo vea desnudo y con el pito caído y no pueda concentrarme en sus enseñanzas.