Vivencias de un gay

sábado, 30 de abril de 2016

146. Experto en sadomasoquismo

¿Te acuerdas de nuestro amigo Simón? – me preguntaba Paquito mientras tomábamos café el viernes en la plaza Zerolo.
Como no, un buen tipo sin duda, – le respondí -hace unos meses que no nos vemos, a ver si le llamo y quedamos. Supongo que seguirá con ese chaval alemán que tan buena pareja formaban.
Si, continúan juntos, lo sé porque ayer hablé con él y me lo confirmó.
Que bueno, me gusta que la gente encuentre estabilidad en este mundo tan complicado.
Pues me temo que las cosas no son tan buenas.
La expresión de Paquito al decir estas últimas palabras se había ensombrecido y su mirada seria me dejaba entrever que tenía algo que contarme.
Suéltalo ya Paquito, se que tienes alguna noticianueva respecto a esta pareja y que estás deseando contármelo.
Pues si, efectivamente. No es algo que pueda sorprendernos porque en este mundo de Chueca ya pocas cosas nos pueden pillar de improviso.
Como intuí que la narración sería larga por la forma de acomodarse en el asiento, pedí otro café deseando que no fuese algo malo para el bueno de Simón, un joven veterinario de Badajoz instalado en la capital y que hace unos meses formó pareja con un estudiante alemán, más joven, de aspecto inteligente, algo tímido y muy educado y discreto en su actitud. 
Antes de nada – comenzó Paquito – dime si te acuerdas de aquella tarde que salimos los cuatro a tomar unas cervezas y de retirada pasamos por la puerta de aquel local en Lavapies de la puerta morada.
Por supuesto que recordaba esa salida, en realidad no han sido muchas las ocasiones en que coincidimos de marcha los cuatro. Con el puntito alegre de tres o cuatro cervezas se nos ocurrió entrar en aquel bar para terminar la noche de forma diferente. Este local tiene la peculiaridad de ser nudista pero solo en las noches de luna llena, algo que incidía justamente aquella noche. Simón, Paquito y yo estábamos de acuerdo en tomar la última en aquel lugar. Paquito parecía el más interesado porque, como me confesaría después, tendría ocasión de ver al joven alemán desnudo, cuyo cuerpo se intuía agradable y estaba bien formado, sobretodo, con la ayuda de su juventud y así poder constatar lo que nuestro amigo Simón se beneficiaria cada noche.
Antes de entrar Simón le explicó a su enamorado las características del lugar. Cuando el teutón se enteró de que debía desnudarse por completo, la expresión de su rostro de aterrorizó. “No Simón, no. No Simón no” repetía con espanto. “ Tu sabes Simón que yo soy contrario a este tipo de locales donde impera la promiscuidad, soy fiel guardián de mi intimidad y no podría mostrarme de esa forma tan indecente ante los demás”.
No me extrañó demasiado su actitud porque concordaba con esa imagen de timidez que el muchacho siempre había mostrado. 
Paquito se quedó con las ganas y Simón, en el fondo, se mostró satisfecho con la forma de ser de su pareja que no hacía mas que confirmar sus virtudes.
Además la llegada al local fue una serendipia, no estaba rompiendo ningún plan establecido, podíamos buscar otro lugar o, simplemente, cerrar la noche en aquel momento.
¿Qué tiene que ver aquella noche con lo que me tienes que contar?
No nada, solamente quería estar seguro de que recordabas como es este muchacho alemán – me aclaró Paquito. 
¿Y que te contó Simón?
Poca cosa, que seguían juntos, al parecer les van bien las cosas a pesar de que su chico está ahora muy ocupado trabajando con otros compañeros de facultad en una tesis conjunta y le toca reunirse con ellos en cualquier momento.
Pues si, eso suele ocurrir cuando estudias. 
Bueno ahora quiero que veas algo que encontré el otro día trasteando por Internet – me decía mi amigo mientras sacaba una tablet de la tremenda bolsa que siempre le acompañaba.- Precisamente lo que vi fue lo que me impulsó a llamar a nuestro querido Simón.
Tras estar manipulando el aparato un buen rato, me mostró en la pantalla la fotografía de un chico únicamente vestido con un correaje que le unía los hombros con su desnuda cintura, exhibiendo de frente sus excitados genitales , mostrando una fusta en una mano y unas esclavas policíacas en la otra. Tardé unos segundos en descubrir, tras aquella insinuante sonrisa,el rostro del alemán, pareja de Simón.
Pero… ¿Donde hás encontrado esta foto? – pregunté intrigado a Paquito.
La encontré en esta página  Me mostró nuevamente la pantalla donde se podía leer en un sugerente logotipo: “Chaperos.com”
Tiene que haber un error, esto que me estás enseñando es muy fuerte.
Pues mira el mensaje que este chico da en el pie de su foto explicando sus especialidades: “Experto en técnicas sadomasoquistas, si quieres gozar sufriendo llámame, soy tu amo.”
Una inquietante  pregunta me sobrevino de pronto:
¿Le hablaste de esto a Simón?
¿Cómo se te ocurre? – el gesto de Paquito mostraba una mezcla de asombro e impotencia – Las palabras de Simón no dejaban lugar a dudas: él no tiene ni la menor idea de las actividades “extraescolares de su pareja, solo había que escuchar la veneración y el entusiasmo que hablaba del alemán.
La gran duda sobre cual tendría que ser nuestra actitud hacia nuestro amigo quedó colgada en el aire: ¿Deberíamos decirle y abrirle los ojos? ¿O deberíamos callar y no hacerle daño?

sábado, 23 de abril de 2016

145. La aparición de Jesús

         

No se me va de la cabeza mi niño Ángel, creo que esta amistad puede llegar mucho más lejos, estoy pensando en dar un paso adelante y proponerle algo importante entre él y yo.
Ya sé que no es mi tipo físico, ya sé que deberemos mejorar nuestras relaciones sexuales, no se me olvida la diferencia de edad entre nosotros, ni su entorno social tan poco cercano al mío, pero a pesar de todos estos condicionantes, creo que es el momento de centrar mi vida en una sola persona, y no me va a importar tenerlo que compartir con su novia Isa. Sobretodo ahora que ya conocemos las debilidades de esta chica y su afición a ponerle los cuernos al niño. La suya es una relación que está condenada al fracaso y yo contribuiré a que eso ocurra lo antes posible.

Hoy he hablado con Ángel y me ha puesto al día de lo ocurrido con , ni Londres, ni Irlanda, ya lo han localizado en ese pueblo cercano a Huesca donde el Opus tiene una casa de retiro. Su guía espiritual avisó a sus padres y ya están todos más tranquilos. También les informó de la resolución que ha tomado Jesús para encauzar el resto de su vida: quiere dedicarse a la vida religiosa, ha pedido a la organización que le facilite las cosas para entrar a un Monasterio de frailes y poder dedicarse a la búsqueda de Dios en la soledad y recogimiento de esos lugares. Al parecer sus palabras han sido contundentes, o sus padres le dejan seguir esa vocación, o desaparecerá por completo de sus vidas. La organización ya le ha prometido su colaboración, su madre también se ha puesto a su lado, supongo que su padre tendrá que claudicar y cambiar sus planes para el futuro de su hijo, claro que ahora que ya sabe como es realmente , la vida monástica la verá como una digna salida.
Jesús ha escrito una carta a sus padres en la que les explica las razones que le han llevado a tomar esa decisión. En ella explica que el mundo que ha conocido no le gusta, ni en una orilla ni en la otra ha encontrado nada que le pudiera hacer feliz sin tener que sacrificar su capacidad espiritual. Entiende que una persona que no es feliz, difícilmente puede hacer feliz a los demás. Quiere estudiar Teología en la paz de un Monasterio y encontrar el camino para el que, piensa, está preparado.
Tanto Ángel como yo estamos de acuerdo en que la decisión de Jesús es la apropiada y, a pesar de perderlo, estamos contentos.

Luego le he pedido al niño que venga a verme esta tarde para hablar de algo muy importante, le voy a hacer la propuesta de juntarnos como pareja definitivamente.
Entiendo que su carácter  está sin formar, que su curiosidad tiene límites infinitos , pero tarde o temprano se hará un hombre y yo le guiaré para que se vaya pareciendo a ese ideal  que yo deseo y cuyo modelo lo podremos conformar entre ambos
Ya no estoy para andar de tío en tío solo para revolcarme en la mierda, necesito urgentemente un hombre que me quiera, que viva para mí y yo para él. Me creo capaz de olvidarme de venezolanos guapos, de dominar esa tendencia, innata en mí, de buscar nuevas aventuras, de pasar definitivamente  la pagina en que la promiscuidad era mi ambiente natural de desarrollar y calmar mis necesidades sexuales.
La decisión de Jesús ha supuesto una liberación en mi mente, me ha abierto las puertas en una sola dirección que, me parece, tiene que ser la buena y la definitiva. 
Si ahora no lo intento con Ángel siempre me lo reprocharé, me quedará la duda eternamente de no haber rechazado una vida feliz sin otro argumento que la pura indecisión.
Cuando hablo de vida feliz no olvido lo difícil de este argumento, no me importa que esa vida se limite a unos años, pocos o muchos pero a los que no tengo porqué renunciar.

sábado, 16 de abril de 2016

144. Masajista a domicilio



Tomando café con Paquito me estuvo contando las maravillas que le reportaban los masajes que de vez en cuando se permitía para premiar su maltrecho cuerpo.
Luego en casa le estuve dando vueltas a la posibilidad de emular a mi amigo y darme un lujo que mvendría muy bien para mitigar el stres que los últimos acontecimientos me está produciendo.
Me puse a buscar en Internet porque no me apetecíamucho compartir el masajista de mi amigo, no se que grado de confianza tienen entre ellos y Paquito es tendente a chismorrear.
La oferta es tremenda, pero la mayoría de los masajistas anunciados no me daban confianza, prefería que viniesen a casa y no tener que acudir a un lugar desconocido sin saber que encontrarías realmente. Me decidí por una casa de masajes en general que tenía aspecto muy aséptico y formal. Marqué el teléfono y la voz de un hombre respondió de forma muy profesional. Eso me tranquilizó  y concerté la cita para este sábado por la mañana.
Me levante temprano para asearme con especial cuidado y me dispuse a esperar la llegada del masajista cubriendo mi cuerpo con un albornoz y dejándome únicamente puesto el slip que consideré más apropiado, es decir uno que no fuera ni muy tradicional ni muy sexi.
Diez minutos antes de la hora sonó el timbre. Al otro lado de la puerta apareció un chaval de unos veinticinco años, con una pequeña melena negra y muy fornido, típico musculoso de gimnasio.
Buenos días señor, soy el masajista que han pedido para hoy. – se presentó.
¡Ah si! Pasa, es por aquí, será mejor en el salónque hay más espacio.
Dijo llamarse José y era de Andalucía, aunque con solo escuchar su acento esa aclaración no hacía falta. Traía dos maletas, una pequeña y otra más aparatosa, de esta salió un camilla que desplegó en unos segundos, de la otra sacó unos paños y frascos que colocó cerca de la camilla montada.
El chico me indicó que me pusiera cómodo:
Quítese el albornoz y túmbese en la camilla boca abajo.
Una vez en posición horizontal quedé a su merced. Lo primero que hizo fue quitarme el slip, eso si, con mucho cuidado y sin rozarme ni un ápice de piel. Puso una toalla blanca que me tapaba desde la mitad de los muslos hasta las caderas.
José se frotó las manos con aceite de eucalipto, según me informó, y comenzó a frotarme los pies, las plantas, laspantorrillas, la cara interna de las rodillas de una manera suave pero firme. A veces pellizcaba la carne y otras la amasaba, pasaba sus dedos suavemente y otras los nudillos con fuerza. Todo esto hizo que sintiera una relajación que a punto estuve de quedarme dormido. Así estuvo el masajista durante un rato, recorriendo cada parte de mi cuerpo, la espalda, el cuello, la cabeza, los brazos…..Pero cuando le tocó el turno a las nalgas reconozco que ya no era dueño de mi, note como al otro lado de mi cuerpo, el que se aplastaba contra la camilla , una excitación incontrolable hizo acto de presencia.  José deslizó suavemente sus manos embadurnadas por debajo de la toalla que me cubría. Sus manos sabias amasaban mis glúteos y de vez en cuando algunos dedos se escapan por el interior de la ranura rozando como sin querer el sensibilizado escroto.
En un momento dado dejó mis nalgas y se puso frente a mi ladeada cabeza para dedicarse a mi espalda. Así pude ver con claridad que el chaval estaba excitado, no lo podía disimular, su miembro formaba un bulto demasiado identificable en la fina tela de su pantalón blanco. Volvió a prestar atención a mi trasero después de un tiempo que se me hizo muy largo. Retiró la toalla, ahora todo mi cuerpo quedaba libre para él, estaba a punto de pedirle que se abalanzara sobre mi pero dejé que hiciera su trabajo. Sus dedos se movían entre mis nalgas, noté como uno de sus pulgares se detuvo en el ano y lubricado como estaba le resulto fácil entrar levemente en mi culo, al ver que no había resistencia, lo introdujo totalmente moviéndolocircularmente, cambiando de ritmo, acelerando y parando, entraba y salía. Pronto supe que ya no era un dedo sino tres los que excursionaban por mi interior, sin dejar de moverlos noté como se inclinaba para besarme la espalda. Se cambió de posición sin sacar sus dedos y se puso frente a mi rostro. Se arrodillo y me besó en la boca, creí morir de placer, atrapé su lengua y jugueteé con ella queriéndola no soltar. Se incorporó  y desabrochándose el pantalón sacó aquel inmenso miembro moreno y lo puso frente a mi boca. Lo engullí como lo hacen las fieras hambrientas, lo succionaba, lo lamía, lo devoraba Me agarró por el pelo con brusquedad y me sujetó para dar una embestida con su rabo hasta el fondo de mi garganta, mis nauseas eran frenadas por el ritmo de sus empujones. Creí que iba a vomitar pero él seguía con frenesí metiendo aquella descomunal polla en mi garganta.
Quiero incorporarme pero no me deja, intuyo que tiene algo preparado para el final. Vuelve a colocarse tras de mi, coloca su polla frente a mi ano y tras colocarse en un movimiento rápido un preservativo que apareció en su mano, sin contemplaciones se hunde en él. Ya no es el chico educado, ya no es el chico atento, es un animal en celo, me folla, me folla con auténtica pasión, me folla con la fuerza de un oso, agarrándome del pelo me muerde el cuello, sigue embistiéndome con fuerza, me duele el cuello, sus mordiscos me hacen daño, quiero dejar de sentir dolor pero no quiero que pare. Me da la vuelta me levanta las piernas resbalosas por el aceite y las coloca sobre sus hombros, vuelve a colocar su polla frente a mi ano lo introduce sin piedad. Noto que se está rindiendo, le hago señas como puedo para que no se corra dentro, me ignora, solo soy un juguete para él, aumenta el ritmo, trato de desacoplarlo de mi, hago una fuerza increíble pero me ha dejado sin fuerzas. De pronto se queda rígido, agarra mi pene y con dos sacudidas me sobreviene la eyaculación al tiempo que noto su inmediato estallido… se corre.
Consigo sacar fuerzas para incorporarme, nuestros fluidos están por toda la camilla. Con la toalla limpia todo inmediatamente, guarda sus frascos, toma mi albornoz y me ayuda a ponérmelo.
Mirándome a los ojos, regalándome una sonrisa cómplice, tomo el dinero del servicio despidiéndose:
- Espero que haya sido de su satisfacción. Ya tiene mi teléfono así que hasta la próxima vez.


sábado, 2 de abril de 2016

142. Desaparecido


Llamé a Ángel para ver si habían surgido novedades en la desaparición de Jesús. No ha pasado nada nuevo. Me contó que habló con su madre, pero que está tan destrozada que apenas le pudo sacar dos palabras. Al parecer, los padres ya han puesto la denuncia por la desaparición.

Además, estaba junto a Isa y no pudimos apenas hablar. Al menos sé que se ha vuelto a reconciliar con la zorrita (y ahora ya se le puede llamar zorra sin tener que mentir).