Vivencias de un gay

sábado, 27 de agosto de 2016

163. El consolador del placer

Como os decía la semana pasada, siempre recordare la habilidad y la morbosidad con que Rod el exjugador de rugby tuvo conmigo hasta la madrugada, tras practicar ese oportuno juego de cartas que mi amigo Víctor rescato del pasado, llamado “juez y reo”.
Tras desaparecer en el dormitorio Ángel con Gaspar, su novio Ciro y el recién aparecido amante, nos quedamos en el salón, bien ligeros de ropa, Víctor, su pareja Rod y yo. 
La aparición de Gaspar con su amante en el piso nos dejo un poco fríos y desconcertados, pero, una vez solos los tres en la amplia sala, Rod abrió un armario y saco un gran estuche. 
Amigo Rafael, prepárate a pasar una buena noche.Tu solo debes relajarte, dejar tu trasero a mi disposición y gozar.- fueron sus palabras mientras abría el estuche donde aparecieron una increíble colección de dildos de todas las formas y tamaños.
Mire con cierta prevención a Víctor que sonreía y me guiño el ojo para tranquilizarme. Mi amigo y yo nunca desde que nos conocíamos hicimos nada entre los dos, aunque bien es verdad que juntos habíamos estado en saunas y fiestas cada uno por su lado. La atracción físicaentre nosotros era nula, quizás por eso Víctor permaneció al margen, tan solo como mero espectador, al menos de momento, de todas las maniobras que Rod inicio inmediatamente.
El irlandés coloco una sabana en el amplio sofá y me indico que me tumbara boca abajo. Víctor le acerco un gran bote de lubricante y empecé a sentir los grandes dedos de Rod manipulando mi ano para llenarlo del espeso líquido. 
Siempre he preferido lo natural al plástico para recibirlo en mi cuerpo, y aunque la verga del irlandés no la habíavisto en erecciónparecía de un tamaño suficiente como para preferirla a cualquier dildo. Pero era evidente que se trataba de un nuevo juego, algo especial que  a esta pareja le gustaba practicar y yo me sentía muy a favor de seguirles en esta iniciativa.
El maestro de ceremonias era Rod, mi amigo Víctorparecía que solo iba a ejercer de ayudante. Este trajo una almohada que me coloco bajo el vientre para que mis nalgas quedaran más levantadas y mi agujero abierto. El irlandés era muy hábil con sus dedos y pronto las sensaciones comenzaron a ser muy agradables. El primer dildo que ocupo el lugar de su pulgar era de un tamaño pequeño y, aparentemente, con la tradicional forma de pene. Cuando la dilatación era suficiente, cambio de aparato por otro de mayor tamaño, sus lentas entradas y salidas me estaban excitando cada vez más. Con el rabillo del ojo veía como Víctor también estaba excitado y mantenía su erección con la mano mientras no perdíadetalle de las manipulaciones con que su pareja me obsequiaba. Hasta el cuarto dildo no empezaron las dificultades, su tamaño ya era considerable, no creo recordar que nada tan grueso y largo haya seguido ese camino con anterioridad. Con extraordinaria maestría Rod logro su empeño de introducirlo todo, la presión se fueconvirtiendo en una fuerte excitación que me impedíaretener los suspiros que brotaban de mi boca. Cuando la superficie del aparato rozaba todo mi interior en las entradas y salidas, la sensación de no poder retener laeyaculacion fue tan intensa que no tuve más remedio que pedir a Rod que parase para no manchar la sabana. Fue en ese momento cuando Víctor relevo a su novio en el manejo del dildo y Rod se coloco frente a mi para que albergase en mi boca el rosado pene semierecto que,inmediatamente, empecé a saborear. Esta nueva actividad no pudo sustraerme de lo que tras de mi estaba ocurriendo, este nuevo operador movía el gran falo de resina con mayor rapidez y la eyaculacion vino sola sin freno posible. Tras unos segundos de reposo, puse mis mejores artes en la felacion que Rod me estaba exigiendo hasta que sentícomo retiraba del interior su polla de hierro blanco y cubría mi cara con su semen brotado violentamente entre suspiros y exclamaciones en ingles. Víctor, tras de mi, acelero su movimiento manual hasta derramar su leche sobre mi espalda.
Después de ducharnos nos servimos nuevos tragos en espera de que los ocupantes del dormitorio dieran señales de vida. Cerca de la madrugada apareció Ángel ya vestido y arreglado, pero con las evidentes huellas en su rostro de haber pasado una noche movidita. Nos despedimos de nuestros anfitriones agradeciéndoles su insólitahospitalidad y pidiéndoles que saludaran a  Gaspar y sus acompañantes que permanecían en el dormitorio, según Ángel, profundamente dormidos los tres.
Durante el trayecto hacia mi casa me contó que pronto se definieron las parejas allí dentro. Tanto Ciro como el aparecido amante le resultaban demasiado jóvenes a mi amigo como para mantener su interés y puso toda su atención sobre Gaspar, con el que tuvo un poco de todo pero sin profundizar demasiado, debido, sobretodo, a la constante atención que su compañero de sexo dedicaba a la actividad de  los otros dos.

sábado, 20 de agosto de 2016

162. El juego del deseo

La llamada de Víctor el pasado jueves no me sorprendióporque todos los Agostos suele venir a Madrid  y nos vemos. Víctor vive y trabaja en Irlanda desde hace varios años, atrás quedaron aquellos años de Facultad donde nos conocimos e iniciamos una amistad que paseamos por Chueca hasta que encontró trabajo en Dublín. 
Me contó que vino con su actual pareja Rod, un exjugador de rugby que ya conocí el año pasado. Me cito para cenarel sábado en su casa, donde acudirá también otra pareja que me quiere presentar. Como no me apetecía estar solo entre dos parejas , llame a Ángel para que me acompañara, ya que estos días sabia que estaba en Madrid.
A las ocho en punto tocaba el timbre del agradable áticoque Víctor tiene en el barrio de La Latina, tanto ël como su chico estaban igual a como los recordaba hace un año.
Poco después llegaron Gaspar y Ciro la otra pareja invitada. El primero español y venezolano el otro, entre ambos una diferencia de quince años y también diferencia de aspecto, Gaspar, el mayor, con unos cuarenta y cinco años muy maltratados, de tez repleta de arrugas aunque su cuerpo mantenía un equilibrio en el umbral del sobrepeso. Ciro con la belleza de una juventud cuidada, resultaba un chaval con mucho atractivo. Así lo vislumbro Ángelcuando llego, ya con la cena iniciada tras avisar su retraso.
La cena resulto animada y la sobremesa muy regada de gin tonic que Víctor prepara primorosamente. Gaspar y yo fuimos los mas prudentes a la hora de tomar, no así los demás que por momentos elevaban su grado de animaciónde forma ostensible.
     -¿Qué os parece si jugamos al juez y reo?
La propuesta de Víctor nos dejo  expectantes al resto.
Se trata de repartir tres cartas, el que tenga la puntación mas baja es el reo y el que sume mas es el juez. Este manda un castigo al reo en cada jugada.- nos termino de explicar el anfitrión.
Inmediatamente saco las cartas y empezó el juego, Ciro y Ángel estaban entusiasmados con la idea. El primer Juez fue Rod y el reo Ciro.
Tu castigo es quedarte en calzoncillos- sentencio Rod
El venezolano, ayudado por los gin tonic se despojo de la camiseta y el pantalón en un segundo. Un suave cuerpo lampiño y canela ilumino la habitación. 
Poco a poco todos nos íbamos despojando de la ropa exterior, hasta que Víctor como juez ordeno a su pareja quedarse también en calzoncillos. El irlandés se quito sus ropas y todos vimos que no llevaba esa prenda interior. Se mostró totalmente desnudo con su pene lacio rodeado de un rojizo vello pubico.
Lo siento, nunca llevo ropa interior – nos aclaro – y Víctor lo sabe.
Ángel fue el siguiente en quedarse desnudo por orden de Ciro que estaba encantado con lo que veíaÁngel tambiénparecía muy feliz como lo demostraba su pene con una evidente semierccion.
Otros castigos fueron bajar los cuatro pisos de la finca en calzoncillos para tocar el timbre del portal, hacer un baile tipo boys de discoteca, o, con los ojos tapados, tocar el culo de todos y reconocer el de su pareja….
Un momento elevado fue cuando Ángel quedo como reo y el juez Víctor le mando conseguir una erección completa a Ciro …con la boca.
Fue un momento muy divertido, Ángel tomo aquel moreno pene circuncidado y se metió sin dudar todo el capullo en su boca, unos segundos después un triplicado pene en su tamaño surgió de la boca de mi amigo, húmedo, brillante y tieso pegado al vientre del venezolano por encima de su ombligo.
Todos estábamos jaleando el trabajo del reo divertidos. Todos menos Gaspar que mostraba un gesto demasiado serio . Cuando Ciro agarro la polla de Ángel tan tiesa como la suya propia diciendo:
Ja ja yo también logre la erección del reo y sin tocarlo!
Gaspar se puso de pie, se puso la camisa y dirigiéndosehacia la puerta grito:
¡Te has pasado Ciro! Ya que estas tan entusiasmado con el jueguecito quédate pero yo no voy a soportar tu golfería ante mis ojos.
Todos quedamos como estatuas sin reaccionar, todos menos Ciro que abrazándose a Ángel le contesto:
Si no sabes aguantar un juego pues te vas, yo me lo estoy pasando muy bien y si me quisieras estarías feliz al ver como me divierto.
Solo el portazo recibió como respuesta. Sin inmutarse y sin que su erección bajase lo mas minino, nos aleccionó a seguir jugando. Todos comprendimos que si el muchacho no estaba afectado, los demás teníamos que seguir la velada. 
Cuando ya estábamos todos desnudos, midiéndonos los tamaños, rozándonos entre todos con nuestros penes como sables en luchasonó el timbre.
Cubriéndose con una toalla Víctor abrió la puerta. Gaspar y otro chico aparecieron en el marco. Pasaron sin decir nada, el primero en hablar fue Ciro:
¿Que hace tu exnovio aquí?
Mi exnovio y también mi actual amante.- respondió desafiante Gaspar – tu actitud me da derecho traerlo y follar delante de ti. Si me quieres estarías feliz viéndome divertirme
Ciro se adelanto a la pareja recién llegada, los tomo por los hombros y haciendo un gesto a Ángel entraron todos juntos al dormitorio a la vez que decía:
Vas a tener la mejor noche de sexo de tu vida.
Ellos en el dormitorio y el resto en el salón, tuvimos, efectivamente una lujuriosa noche de la que siempre recordare la habilidad y la morbosidad con que Rod el exjugador de rugby jugo conmigo hasta la madrugada

sábado, 13 de agosto de 2016

161. En tu ducha o en la mía



Tengo que deciros algo a todos aquellos que siguen este blog desde hace tiempo, algunos me habéis preguntado por Jesús  y por fin ya he sabido su recorrido desde que desapareció de Madrid. Tras estar unos meses en una de las casas de meditación que tiene la organización de Opus en Aragóndecidió que La Obra no colmaba sus inquietudes personales, al parecer su espíritu de ayuda a los demás no podía desarrollarlo en esta organización con la libertad que Jesús necesitaba en esa búsqueda de la felicidad que siempre le resulto infructuosa. 
Al fin encontró su destino y, con la forzada bendición de sus padres, hace unos meses partió hacia la India tras los pasos de su admirada Madre Teresa. Tras bastantes penalidades, algunas escalas equivocadas y pasar unas fiebres dañinas para los no oriundos del país, recalo en una ciudad del sur llamada Bangalore donde, al fin encontró su lugar en una de las casas que Santa Teresa de Calcuta abrió pero que su muerte dejo inconclusa. Jesús ha tomado la dirección de este lugar y , según las noticias que me han llegado a través de Ángel que esta en contacto con los padres de Jesús, su gestión esta siendo espectacular y , lo mas importante , nuestro amigo es plenamente feliz lejos de este mundo occidental que, sin duda, no era el suyo.

Cambiando de tema, me gustaría contaros la experiencia imprevista que el pasado martes tuve en el gimnasio. Se nota el verano en la poca afluencia que acude a cuidar, o maltratar, su cuerpo. Entre los pocos asistentes me fije en un señor cuyo cuerpo resultaba bonito por lo bien trabajado que estaba, el equilibrio entre todos los músculos resultaba aleccionador. Probablemente esta mas cerca de los cuarenta y cinco de lo que su físico indica, su piel morena y los rasgos de su rostro me hacen pensar en Sudamérica como su tierra natal. Cuando me senté en la bicicleta estática, observe que inmediatamente se colocaba en la que estaba junto a mi. Tras un saludo cortes empezamos a charlar de nuestras vidas, algo habitual cuando los gimnasios están medio vacíos. Me contó que venia de Miami, aunque su origen era Colombia, que estaba hospedado en el mismo hotel en cuyos bajos esta ubicado el gimnasio, que se dedicaba a representar artistas del otro lado del charco para conseguirles contratos y galas en Europa. Le hable de mi, y ambos notamos pronto que había empatia entre nosotros. Cuando termine mi tiempo de pedalear, le comente:
Bueno yo termine por hoy, voy para la ducha
En mi habitación, justo aquí encima, también hay ducha y seguramente mas limpia y cómoda que las de aquí, 
Reconozco que aquellas palabras me pillaron por sorpresa, era una invitación en toda regla. Acepte ducharme en el hotel, subimos por una escalera interior hasta su lujosa habitación. 
¿Te duchas tu o yo primero? – pregunte
¿Has visto el tamaño de la ducha? Cabemos los dos de sobra.
Me quite mi ropa deportiva dentro del baño antes de que el colombiano entrara, pase con cierto nerviosismo a la ducha. La situación me parecía morbosa y mi miembro estaba de acuerdo en lo que estaba pasando, sin mi permiso comenzó a agrandarse y de nada sirvió la temperatura fría del agua. En cuanto escucho mi anfitriónel ruido del agua, entro medio desvestido y a los pocos segundos ya estaba junto a mi bajo el chorro de la  gigante alcachofa.
¡Vaya lo que se escondía debajo de ese short ¡ - exclamo mientras tomaba en su mano mi polla y lo que le alcanzo de la bolsa escrotal. 
Nos enjabonamos mutuamente, el deteniéndoseespecialmente en mi trasero y yo en su tremenda verga morena totalmente erecta, marcando desde el principio nuestros gustos.
Nos aclaramos  y nos secamos apresuradamente, los dos pensamos en la cama como el siguiente destino. El colombiano besaba como solo los latinos saben hacerlo, sin limitaciones, ofreciendo sus labios gruesos para que pudiese disfrutarlos con pasión. Nos abrazamos de tal forma pegados que ninguna parte de nuestro cuerpo quedaba separada del otro, nuestros mástiles enhiestos se clavaban en el vientre del otro. Nuestra respiración sofocada nos indico que era hora de tomar posiciones. Busque su polla hasta poderla meter entera en mi boca, apenas el de Miami la notbien lubricada, se coloco un preservativo, me dio la vuelta y comenzó con delicadeza a penetrarme. Aquel tamaño hizo que resultaran difíciles las primeras embestidas, pero en cuanto su capullo cruzo el esfínter todo resulto más sencillo y muy placentero. El señor latino cabalgo con ganas, casi diría yo con furia. Empapados en sudor y sin resuello apenas le escuche su aviso de eyaculacion, pero lo que si oí fueron los ruidosos suspiros que acompañaban los espasmos de su terminación. Sin quitarse el condón, se tumbo en la cama y me indico que me pusiera sobre el para que terminara regándole su pecho con mi semen.
Tras darnos el teléfono y un simpático abrazo, nos despedimos, volví a bajar por las escaleras al gimnasio y nuevamente me duche, esta vez en las reglamentarias  del local.