Vivencias de un gay

martes, 30 de septiembre de 2014

54. Costumbres del pasado

Ángel no se quedó a pasar la noche en mi casa porque no podía; bueno, o quizás no le apetecía, pero yo se lo propuse. Sus relaciones familiares son un poco misteriosas, al menos son como un algo aparte de lo que mucho no habla y sobre lo que yo no pregunto. Por otro lado, comprendo que si vive en el seno de una familia, tenga sus reglas y sus compromisos. Es muy diferente a cuando ya estás totalmente independizado que no tienes que dar explicaciones por todo lo que se salga de la rutina, y no ir a casa a dormir es algo distinto a lo que el niño hace habitualmente y menos en un día laborable. Supongo que en fin de semana tendrá más posibilidades.

viernes, 26 de septiembre de 2014

53. Feliz sexual y emocionalmente

Ya de regreso a Madrid, pienso que este niño me está gustando más de lo que yo creía, es un sentimiento un poco raro porque sigo pensando cuando lo hago fríamente que físicamente no es en nada lo que yo siempre he buscado, pero me gusta estar con él y ahora también hacer sexo con él, aunque sea sexo suave. Está muy claro que mucha experiencia en la cama no tiene, él mismo me ha reconocido que experiencias homosexuales solo ha tenido dos o tres y nunca en una cama completamente desnudo y con alguien que le gustase y mucho menos que tuviera sentimientos hacia esa persona; me dijo que han sido toqueteos en los servicios de la facultad, otra vez en el autobús en una excursión cuando tenía 14 años y lo único más importante, según él, fue una pequeña relación de hacerse pajas juntos con un chico que luego se hizo novio de una prima suya y por iniciativa de Ángel lo dejaron por respeto a su prima, creo que al final me dijo que se casaron pero no estoy seguro de eso.

domingo, 21 de septiembre de 2014

52. Noche casi perfecta

Tras esa especial ceremonia de aseo, paseamos por el bonito paseo marítimo de Santander y cuando vimos un restaurante que nos gustó entramos a cenar. Como no encontramos después ningún local de copas que nos atrajese, nos dirigimos al parador con la sensación de que era lo que ambos queríamos aunque ninguno lo mencionara.

Todo fue muy bien hasta que nos vimos nuevamente en la habitación. El ambiente estaba tenso. Ninguno de los dos estabamos dispuestos a dar el primer paso.

martes, 16 de septiembre de 2014

51. Excitante ducha

Pasó el fin de semana y pasó lo que tenía que pasar. Vamos por partes:

El viernes a las diez me encontré con Ángel en la cafetería California, cada uno con su mochila (él me dijo que iba a llevar mochila, así que yo, para no ser menos y parecer más de su edad, me busqué otra mochila y metí malamente lo que pensaba llevar en mi maleta. Como comprenderéis, tuve que dejar un montón de cosas). Al poco rato enfilábamos la carretera de La Coruña en su pequeño coche. Bastante entusiasmados, hablando por los codos los dos y con una ilusión del carajo.

viernes, 12 de septiembre de 2014

50. Sexo ardiente

La luz de la tarde palidecía tras las ventanas de mi habitación. La penumbra dominaba el ambiente pero no me impedía observar aquel hermoso muchacho que por una carambola del destino había accedido a llegar hasta allí. Su mirada directa a mis ojos y su sonrisa cargada de mensajes, nos fue acercando hasta juntar nuestros labios. Sentía como se despojaba lentamente de su ropa y yo lo imité tratando de controlar mis movimientos para que nuestra desnudez surgiera a la vez. Con el bóxer como única indumentaria, el muchacho rodeó mi cuerpo en un abrazo intenso, sus fuertes manos rodearon mi cintura traspasando la frontera para llegar a mis glúteos. Para entonces nuestro beso era pura explosión, los labios abiertos dejaban que nuestras lenguas chocaran entre sí y se fundieran con fuerza ahogando nuestros quejidos de deseo y pasión. Notaba su sexo erecto y me apretaba aún más para no dejar de sentirlo en una batalla de sables ardientes.

lunes, 8 de septiembre de 2014

49. La sombra de la ex

Anoche cenamos juntos Ángel y yo. A punto estuve de pedirle que se viniera a dormir conmigo a mi casa. No lo hice porque está muy ilusionado con la noche en el parador de Santander que, según él, va a ser nuestra gran noche para el recuerdo. Y lo malo es que toda su ilusión a mí me acojona un poco por si ocurre algo que no funcione y se lleve la gran decepción del siglo. Ya he decido no tocármela ni para mear y así evitar tentaciones de masturbaciones para llegar el viernes con el saquito lleno y con necesidades como para poder funcionar aunque solo sea por instinto, ya que cuanto más lo miro, más nenito se me hace.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

48. Proyectando ilusiones

Hay algo de razón en eso de que traté a Ángel como si fuera mi pareja cuando le pregunté sibilinamente por lo que hizo tras las carreras, y sé que no tengo derecho para hacerlo, pero era más curiosidad que otra cosa, nada que ver con algo ni parecido a los celos. Es evidente que tenemos que hablar más de la rara amistad que se ha creado entre nosotros; a veces tengo la impresión de que está por mí, pero eso se me hace muy difícil de aceptar porque no sería nada lógico que un chaval que está en la flor de la vida y que para la gran mayoría es guapísimo, tuviera interés por un tipo de lo más corrientito como soy yo.