Vivencias de un gay

sábado, 17 de septiembre de 2016

166. La muerte del romanticismo

Cuando junto a Paquito abandonábamos la sala del Kinépolis tras ver una decepcionante película que nos recomendaron, vi unos metros adelante la silueta  lenta y ligeramente encorvada de un hombre que me resultó familiar. Me adelanté y reconocí a Gaspar, un viejo conocido del ambiente que tras su última separación, se alejó de nosotros y perdimos su contacto. Le saludé con alegría porque le recordaba como una persona culta, amable y de trato muy agradable.
Su abrazo me pareció tan sincero que, inmediatamente, propuse tomar algo en un lugar tranquilo. El café Viena de Argüelles nos acogió con ese aire intelectual que nunca perdió. Los setenta y cuatro años que Gaspar nos confesó, han dejado su huella en el cuerpo, pero su mente sigue siendo despierta y brillante.
- ¿Que has hecho en estos años que te perdimos la pista? - le pregunté con sana curiosidad.
- Hice pareja con mi soledad, a mis años es una opción que , si bien no es demasiado satisfactoria, al menos excluye nuevas decepciones .
- Pero un hombre interesante como tú no tendría dificultades en conocer gente. - le reproché.
- Francamente Rafael, prefiero cultivar mis recuerdos, que son muchos y , a pesar de sus claroscuros pertenecen a mi vida, o mejor dicho, a la mejor parte de mi vida. No me gusta como es hoy el ambiente y prefiero recrearme con mis vivencias de juventud.
- No me dirás que con Franco estabais mejor que ahora. - interpelé con la intención de buscarle la lengua.
Gaspar me miró con una sonrisa que me indicaba haber captado mi propósito y comenzó a hablar agradeciendo nuestra atención.
- La España de Franco tiene demasiadas interpretaciones, pero son siempre las negativas las que más éxito tienen a la hora de hacer historia. Os aseguro que la Ley de Vagos y maleantes que tanta fama obtuvo de aquella época, tenia muchos resquicios para que los homosexuales fuéramos tan felices como lo son ahora. Cierto es que el escenario era distinto, las maneras también diferían mucho de las actuales, pero todo tenía un encanto aumentado por la emoción de trasgredir incluso leyes para lograr los acercamientos. Los locales donde nos reuníamos eran ilícitos, pero solo en teoría, los servicios secretos franquistas eran, sin lugar a dudas, los mejores de Europa, el dictador sabía absolutamente todo lo que ocurría en esta País. Y también sabía que los homosexuales no harían nunca peligrar su poder, no era ese área lo que ocupaba su preocupación.
Eran locales con dos caras, una por el día como bar de copas abierto a todos y otra por las noches donde nos juntábamos los de siempre, aquellos que no temíamos a las sistemáticas redadas que nos llevaban a pasar el resto de la noche en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, sabiendo que antes del amanecer nos soltarían tras la correspondiente moralina del inspector. En esos establecimientos, mientras escuchábamos de fondo las coplas que hablaban de nosotros en femenino, nos conocíamos, hablábamos e iban surgiendo los acercamientos entre unos y otros. Primero el juego de miradas marcaba tu objetivo, un, aparentemente casual, encontronazo daba lugar al dialogo hasta llegar a cogernos las manos, que era lo máximo que podíamos llegar dentro del local. Quedar para el siguiente sábado solía ser el camino habitual, un paseo, no por los parques vigilados perennemente por los desaparecidos guardas de parques y jardines, podía dar lugar a un primer beso tras una solitaria esquina, para , en una tercera cita acudir nerviosos a una pensión del centro especialistas en citas prohibidas y sobre unas sábanas de dudosa limpieza, conocer lo que se escondía tras aquellos serios trajes de chaqueta.
- ¡Nada que ver al sistema actual, donde por las fotos explícitas de Internet ya sabes como es tu contacto en todas sus intimidades mucho antes de conocerle en persona! - exclamé ante la comparación que surgió en mi cabeza escuchando las palabras de Gaspar.
- Bueno también nosotros teníamos un lugar para los conocimientos  rápidos ante las urgentes necesidades de sexo. Era el famoso cine Carretas que , seguramente, habéis oído nombrar. Todo el mundo sabía lo que allí ocurría y también teníamos conocimiento de la impunidad que este cine tenía por parte de las autoridades, nunca fue objeto de ninguna redada y jamás fue cerrado por esos desordenes. Cerró por intereses comerciales ya en la época de la transición. El local que tenia sesión doble desde las diez de la mañana hasta la media noche, tenia tres zonas muy diferenciadas: las primeras filas las ocupaban las putas mayores que por cinco pesetas descargaban a los heteros urgidos. La zona media era para el acercamiento entre homosexuales más prudentes. El sistema consistía en visualizar el chico elegido y sentarse en la butaca de al lado, si iban abriendo las piernas hasta contactar con la rodilla del deseado. Si el vecino retiraba inmediatamente la pierna, suponía un intento fallido, si se mantenía la presión se podía seguir avanzando colocando la mano sobre tu pierna de forma que la parte exterior de tus dedos contactaran con su pierna. La continuación podía variar según las características del elegido, si era lanzado podía ,incluso, tomar la iniciativa, el objetivo final era sacar ambos penes del pantalón y llegar como mínimo a la masturbación y como máximo a sendas felaciones. De estos encuentros raramente surgian relaciones posteriores, lo que ocurría en el cine Carretas quedaba en el cine Carretas. La tercera zona era la más sucia y , para algunos la más morbosa, la ocupaba las últimas filas e incluía un amplio pasillo al final de la sala, allí ocurría lo que más tarde se llamó "el cuarto oscuro" de tantos locales y saunas que siguen triunfando.
Gaspar siguió deleitándonos con las narraciones de su juventud durante el resto de la tarde, eran historias cargadas de un romanticismo hoy día totalmente desaparecido, la aparición de los teléfonos móviles y las nuevas tecnologías de comunicación lo mataron para siempre.

7 comentarios:

  1. DAME PENA LOS SEÑORES MAYORES QUE QUEDANSE SOLOS Y POR SER COMO NOSOTROS NO PUEDEN TENER LA COMPAÑIA DE SUS HIJOS QUE NO TIENEN. AHORA QUE DEBIERA SER LA EPOCA DE MAS FELICIDAD PARA LOS GAYS RESULTA QUE SOLO SEXO ES LO QUE TODOS QUIEREN Y NADA DE SENTIMIENTOS, ASI ROMANTICISMO HABER NO PUEDE, SOLO PENES Y CULOS CUENTA.
    GUSTAME LO QUE CONTO ESE SEÑOR AUNQUE IR A LA CARCEL NO PARECEME JUSTO SOLO POR ESTAR EN UN BAR CON OTROS GAYS AUNQUE SOLO UNA NOCHE SEA.
    MI PADRE SIEMPRE HABLA MAL DE FRANCO PORQUE TAMBIEN TRATO MAL A LOS MINEROS Y SUS TIOS LO ERAN. AHORA LOS QUE MANDAN NO SE METEN CON NOSOTROS PERO LA GENTE DE LA CALLE AUN ES COMO ERA FRANCO CON LOS GAIS

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  2. Lo pasado pasado es. Nuestros abuelos lo pasaron mal si eran gais y a Óscar Wild lo encerraron en la cárcel y en la edad media los quemaban. Todo es pasado

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  3. Qué bonitos recuerdos me ha traído este artículo. YO no tengo la edad de ese señor Gaspar pero conocí aunque en la época última el cine carretas y allí fue mis mejores momentos cuando era chaval relacionados con el sexo y conocí a gente allí en el cine con el que después tuve bastante relación e incluso tengo un amigo ahora hoy día 40 años después con el que mantengo amistad aunque no sexo. Yo era muy joven cuando Franco todavía gobernaba pero recuerdo una España feliz sin maleantes,sin corruptos, sin impuestos,sin atascos....

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  4. Me encantó esta entrada, muy interesante, instructiva y se nota que el autor es un buen periodista de profesión. Deberían copiar tantos editorialistas de la prensa impresa para dar calidad a sus artículos

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  5. ¡El romanticismo ha muerto!
    ¡Viva el puteo!
    Quiero tu leche en mi boca
    Y deja mi corazón tranquilo.
    Ya quiero a mi papá y a mi mamá
    Ahora solo rompeme el culo.
    No quiero anillo de oro
    Quiero tu verga en mi culo
    Si quieres amar,amate tu
    Pero a mi solo follame
    Entierra el romanticismo
    Y bájate los pantalones

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    Respuestas
    1. Muy bueno este poema que bien lo hubiera podido firmar Baudelaire

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    2. Por favor Baudelaire jamás incluyó tacos en su poesía. Le ruego que no llame poema a lo que no deja de ser una grosería. Si realmente le ha gustado"eso", hagaselo mirar con urgencia. Si quiere le puedo dar algunos números de psiquiatras.
      Por cierto aprovecho para dar las gracias al autor del blog por su buena calidad, tanto en ingenio imaginativo como en su redacción.
      Soy profesor de Lengua y Literatura y le confieso que me gustaría poder escribir con su soltura, su ritmo y su esquematización, algo realmente difícil para escribir un relato corto con éxito.

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