Vivencias de un gay

sábado, 14 de marzo de 2015

86. El tamaño importa



Ayer hice una cosa de la que no sé si arrepentirme o no. Por un lado, creo que no debiera tener cargo de conciencia, pero por mucho que quiera convencerme de eso, no lo estoy logrando del todo.

El niño se olvidó de mí hasta ayer al mediodía. Me llamó y, como no podía ser de otra manera, me encontró serio y con pocas palabras.

―Te noto extraño ―me dijo al notar mi poca alegría en la conversación―.
―Desde el domingo creo que has tenido tiempo suficiente para llamarme, pero, bueno, si tú no lo has creído conveniente o no te apeteció, pues me aguanto y ya está.

No se habló más de ese tema ni de cualquier otro. Lo más significativo de lo que me dijo es que seguramente se iría con su hermana unos días a Londres para que no vaya sola; habían planeado su hermana y su madre ir de compras a la capital inglesa, pero su madre al final no puede escoltarla.

Fue una conversación fría y de compromiso, ninguno de los dos teníamos ganas de hablar y la despedida en tono cariñoso por su parte apenas sirvió para suavizar el ambiente enrarecido que se respiraba entre ambos. Claro, que para entonces yo ya había puesto en marcha la acción que me remueve la conciencia.

En vista de que Ángel no llamaba decidí abrirme de nuevo al mundo aunque con escasas esperanzas de nada.

Me pasé la mañana con el móvil conectado a una de esas aplicaciones de redes para conocer gente. Tras los consiguientes tonteos con esa gente que lo único que valora es perder el tiempo, vi en la lista de los conectados a uno con una foto sugerente y el siguiente nombre de usuario: sierra37act, lo de sierra no sabía lo que era aunque luego me enteré, lo de 37 me venía un pelín escaso y lo de activo fue lo que me interesó.

Quedamos a las seis en Moncloa y allí me tienes con mi calzoncillo nuevo esperando a ver qué me deparaba el destino. En este tipo de citas por medio del chat siempre vas mosqueado y con la presunción de que te van a dar calabazas, pero aun así, paseando de la puerta al semáforo y con mi periódico El País en la mano, según lo convenido para identificarme, allí estaba yo cuando lo vi acercarse: desde luego, de 37 años nada de nada, el señor había pasado por esa edad hace ya bastante tiempo; de rostro nada especial, pelo canoso y rizado, mejillas redondas, ojos pequeños y nariz afilada. Pero de cuerpo estaba fenomenal, varonil, alto con buenas piernas y fuertes brazos, con unas manos grandes y bastas tras las que se me iban los ojos.

Después de las palabras de rigor y decirme que se llamaba Antonio, me llevó hasta su coche aparcado cerca del lugar de la cita. El coche resultó ser un taxi, con lo que su profesión quedó clara desde el principio. Era su día libre y me sugirió ir a tomar algo fresco cerca de su casa por si luego nos apetecía estar juntos. Fue bastante directo y sincero desde el principio, me dijo que durante unos días podía disponer de su casa ya que su mujer y sus tres hijos permanecían de vacaciones en un pueblo de Badajoz con sus suegros.

El recorrido fue largo pues su casa está en Villalba a 40 km de la capital. Entramos a tomarnos la cerveza a un local. El tal Antonio es un buen conversador, como les ocurre a casi todos los taxistas. Me contó que apenas tiene vida homosexual aunque le gusta de toda la vida, y que tan solo tiene un amigo gay con el que de vez en cuando se encama. Se trata de un chico que vive en Villalba, cerca de su hogar familiar.

Cuando consideró que era el momento de ir a la acción, me llevó de nuevo en su taxi a un chalet en las afueras del pueblo y desde el garaje accedimos al interior. La casa nada lujosa, con unos muebles muy machacados, prueba inequívoca de la presencia de niños, con un marcado desorden propio de quien no está acostumbrado a estar solo.

Le propuse ducharnos juntos con varias intenciones ocultas: poder disfrutar de la visión de su cuerpo desnudo que sirviera de inicio erótico y asegurarme de que lo pillaba limpio. Encantado accedió a mi petición y aquí es donde comenzó mi gran decepción de la tarde. Su cuerpo estupendo pero con un pequeño y un gran inconveniente. El pequeño, su excesiva pilosidad que ocultaba sus buenas formas, y el grande, el tamaño de ese apéndice que resulta tan vital para nosotros los gais. No recordaba una polla de tamaño tan diminuto desde que era niño. Se empalmó rápidamente, con lo que la esperanza de que aquello agrandara con la excitación se difuminó al instante. En la ducha y con el jabón apenas se la apretaba con la mano se me escurría como una lombriz. Continuamos la faena en el tálamo matrimonial. El señor era cariñoso y sus masajes en el culo lograron excitarme. Él tenía un buen trasero, nada que ver con la escasez delantera. La naturaleza a veces es muy irónica. Este tipo hubiera triunfado como pasivo pero sus maneras no dejaban lugar a dudas y además desde el principio se había jactado de su condición de macho activo, tal y como anunciaba en su nombre de usuario del chat. Supongo que con el condón colgando -no quise ni mirar; creo que no hacen preservativos tan pequeños- me penetró con su ruidoso goce y con mi ligera esperanza decididamente frustrada. No sentí absolutamente nada. Te juro que dedos más gruesos me han metido con los que he disfrutado mucho más. Estuve por pedirle que reemplazara el pito por alguno de sus maravillosos dedos, pero estaba seguro de que dañaría su autoestima de manera grave. Aunque en ningún momento se refirió al tamañito de su polla, estoy seguro de que algo de complejo tiene que tener. Yo mismo lo debo triplicar en las medidas. No sé si de manera inconsciente, me di cuenta de que mientras el buen señor me estaba follando, yo permanecía con el culo lo más apretado que podía para que el coito llegase a buen puerto y, una vez más en mi triste historia sexual, su orgasmo resultó una liberación que, afortunadamente, no se hizo esperar mucho. El buen hombre se mostró afligido al ver que yo no me corría, el calor -estábamos chorreando de sudor los dos encerrados en aquella habitación con las ventanas y persianas cerradas y la calefacción a tope- y alguna otra excusa que alegué, lo convencieron para dar por terminada aquella «fiesta erótica».

Con amabilidad se brindó a traerme hasta Madrid, pero al final lo pude persuadir de que lo mejor es que él se quedara ya en su pueblo y yo bajaría en autobús. En la estación nos despedimos e intercambiamos los teléfonos, aunque estoy seguro de que ninguno de los dos los marcaremos nunca.

Y ahora no me digáis el rollo consabido de que el tamaño no importa y esas paparruchadas. Todos y todas sabemos que el tamaño sí importa y además importa mucho, sobre todo cuando se trata de un polvo ocasional donde no hay sentimientos que justifiquen estar en la cama con un pene infantil. Está claro que tan solo por una foto o chateando con la gente te puedes llevar muchas sorpresas.

Por una parte, pienso que lo del inesperado tamaño de este hombre es como un castigo por haber tomado la decisión de burlar al niño, aunque tampoco tengo ninguna garantía de que él no tenga sus excursiones, al menos voyeristas, por las playas de Santander.

12 comentarios:

  1. ya estamos con las putas medidas 15 centímetros he tenido toda la vida y me va de madre me río de los que hay más de 100 los 20 casi todos es mentira

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  2. tío si por lo menos el Señor tenía buen cuerpo no te quejes yo siempre que he ligado por internet he pillado auténtica porquería bien es verdad que yo también engañó pero a mí nunca me ha funcionado nada de Internet todos mentimos Este por lo menos tenía buen culo haberle dado la vuelta y que se hubiera hecho pasivo le interesaba dada su mini pene

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  3. AYER ESCRIBIR NO PUDE PORQUE ESTABA CASTIGADO SIN ORDENADOR POR LAS NOTAS MALAS
    HOY SIGO PERO MI PADRE NO ESTA
    NO GUSTAME QUE RAFAEL ESTE CON PADRE DE NIÑOS. CLARO QUE YO TSMBIEN MIRO DUCHARSE A PADRES PERO SOLO MIRO LUEGO YO SOLO ME DESAOGO. ALGUIEN ME DIGA COMO SE MIDE LA PICHA DESDE DONDE AUNQUE YO PREFIERO CORAZON GRANDE Y PICHA NORMAL. PERO EN MADRID YA SE QUE TENERLA MUY GRANDE ES NECESARIO

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    1. Niño con esas palabras del corazón grande me has ganado para siempre. Gente fresca y sana es lo que necesita el mal ambiente actual. Que sepas que yo ya estoy enamorado de ti

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    2. Midela desde donde empiezan los pelitos rizados hasta la punta del capullo pero cuando la tengas bien parada justo unos segundos antes de venirte. Tengo curiosidad

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    3. YA LA MEDI PERO NO ENTIENDO PORQUE TENER QUE ESTAR PARADO PONES, ES DIFICIL MEDIRSE ESO EN MOVIMIENTO. VENIRTE ES COMO CORRERSE? DEPENDE DE COMO APRIETE EL METRO DONDE LOS PELOS MIDE 17 CM O 18 CM. ¿PARA MADRID ESTA BIEN? HOY TOCA LECTURA

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  4. Me podéis llamar falo rata o vicioso pero a mi si no la puedo agarrar con las dos manos y que sobresalga el capullo no me vale. Pollas pequeñas para las tías que si son aguantadoras ya les valen

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  5. lastimosamente el tamaño importa importas muchísimo eso de que no importa que sea pequeña si la sabe manejar es una bobada hay que tenerla grande yy por supuesto saberla manejar también este detalle para un gay es primordial siento. Lo siento por los asiáticos. Yo 19 cm pero pasivo de corazón

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  6. tío no estés tan mosqueado con tu niño si le vas poniendo los cuernos con el primer taxista que te surge al paso no esperes nada especial de él además en esta época en Santander en la playa no hay nada que ver sólo frío niebla y mal tiempo creo que te estás perdiendo algo interesante en tu vida y ocasión que pasa ocasión que no vuelve.

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  7. Dejen de ser crueles con los que la naturaleza nos ha castigado con un pene pequeño. Si encima de tener un apéndice reducido eres homosexual, te puedes tirar a las vías del tren directamente. Comprendan el sufrimiento que he tenido toda la vida por ser doblemente estigmatizado. Primero cuando uno se da cuenta de que le gustan los chicos y le dejan indiferente las chicas sufres un ciclón en tu cabeza hasta que logras aceptarte después de conocer a otros desgraciados por el mundo. Pero cuando te olvidas del mundo heterosexual y te centras en los que sienten como tu, vuelves a ser rechazado por tus mismos congéneres por el tamaño de tu pene. El caso es que siempre estas al margen del mundo, es imposible no coger complejos cuando el que tienes enfrente se queda chafado o se parte de risa al comprobar tus insignificantes medidas. Ni pensar en enamorarse de nadie, sabes que cuando te desnudes cualquier ilusión se irá al traste. Esta comprobado, cuando estableces una relación con otro hombre y comprueba tu minusvalía fálica, automáticamente se cree con poder sobre ti, por poca personalidad que tenga inmediatamente se coloca en una posición dominate que no deja lugar a dudas. Hay un rango no escrito que establece el orden de categoría en función del tamaño de tu pene.También en la heterosexualidad el tamaño importa, las mujeres desde un punto de vista reproductor piensan que cuanto mayor es el miembro más posibilidades de ser un buen semental tienes. Disculpen mi rabieta pero es que nadie se imagina el calvario que sufrimos los que no damos la talla. Gracias por dejarme participar.

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  8. Lo siento mucho pero hay cosas con las que no puedo, no puedo con los niños, no puedo con los afeminados, no puedo con los penipeques, no puedo con los lampiños....no depende de nada moral ni social, cada uno es como es, soy hombre de aspecto rudo y misteriosamente me gustan asi como yo soy. Me ponen la gente madura o mayor, los peludos, los bastos, los feos, y los bien dotados. Siento mucho el drama del comunicante anterior pero no puedo sufrir por todos los afeminados, por todos los penipeques por todos los guapitos de cara por todos los delicados. En esta vida hay que buscar lo que te guste y aseguro que hay gustos para todos por muy raros que sean. Estoy convencido que los penipeques tienen su publico, solo hay que buscarse cada uno la vida y encontrar el complemento.

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  9. Me gusta eso de penipeques, a mi no me importa mucho el tamaño, soy activo pero me gusta mamarsela al contrario y me pone que se corran en mi cara pero yo todas las veo bonitas y apetecibles. Las unicas que o soporto son las que tienen el requeson cuando les bajas la piel. No comprendo a un colegita que eso le pone a tope, eso de que huelan a polla y tengan el capulle blanco del requeson es lo que mas le gusta de los tios, Cuando nos conocimos tuvimos sexo algunas veces antes de ser colegas y me pedia que el dia que quedaramos no me lavara y no le podia hacer caso porque a mi que me huela la polla me desagrada. Le encantan los ingleses porque dice son los que mas requeson tienen y si le sale uno circuncidado lo deja sin tocarsela. Bueno tambien le gusta que le meen pero menos. A mi que me meen encima no me va pero me gusta ver a los tios cuando estan orinando.

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