Vivencias de un gay

sábado, 13 de junio de 2015

99. Cama revuelta


He tenido una semana tranquila y de aburrimiento paliado únicamente por las charlas telefónicas con el niño. Se han reunido Jesús y él con sus respectivos padres para formar una sociedad en la que trabajen los dos. Con buenos respaldos los principios siempre son más fáciles y el fracaso bastante improbable.


Hoy viernes los padres de Ángel no estarán en su casa y hemos quedado en vernos allí. No es que él ponga pegas a que vaya a su domicilio y me vean sus padres, no; soy yo el que prefiero no cruzarme con ellos, así voy más tranquilo, pues su padre, no sé por qué, me pone nervioso; su fuerte personalidad se traga todo a su alrededor y yo me siento como un insecto a punto de ser aplastado. A su hermana, probablemente, no podamos sortearla, pero Ángel ha pensado decirle, si me viera, que vamos a hablar de su proyecto por si en un futuro yo podría estar incluido como colaborador.

Para el sábado y domingo tendré que buscarme la vida por mi cuenta, ya que su familia ―donde se incluye a su novia ¡que aún no se ha muerto!― lo tendrá ocupado.

Veo que sigo siendo solo un apéndice más en la vida de Ángel y seguramente, debería estar contento de tener aún un hueco en su vida pero se me queda corto en todos los terrenos, en el sentimental, en el sexual y en el de implicación personal. Vale que ahora su accidente y el aparato que lleva lo complica todo, pero es que siempre hay algo que lo complica todo.

En fin, de momento hoy el día pinta bien, luego... ya veremos lo que pasa.

Fui con toda la ilusión del mundo a casa del niño. Mi imaginación me presentaba idílicas escenas entre los dos: cuidándole su hombro roto, sirviéndole como a mi señor y amándonos en la intimidad de su habitación.

Apenas llegué, Jesús me abrió la puerta de la casa. Estaban los dos solos pasándoselo de maravilla, jugando videojuegos sobre una cama demasiado revuelta. Tuve que esperar un buen rato a que terminaran la partida, allí parado, como un tonto viendo cómo gritaban y se reían como los dos niños que son. Aparte del «hola» que me dijo al entrar, Ángel únicamente se refirió a mí para decirme al cabo de un rato de acalorada partida:
―¡Rafa, vete a la cocina a por algo de beber y, de paso, tráenos algo también a nosotros!

Me senté unos minutos en la cocina para ver si les extrañaba mi tardanza, por comprobar que eran conscientes de que yo estaba en la casa, pero os aseguro que allí podría haber estado toda la tarde escuchando sus gritos y risas sin que se acordaran para nada de mí. Hay momentos en que la diferencia de edad es terriblemente patética. Los niños con los niños y los hombres con los hombres, es la ley de la naturaleza y tratar de ir contra ella puede dar situaciones tan ridículas como la que yo estaba padeciendo en esa tarde. Estuve un rato sopesando la posibilidad de marcharme, discretamente, para no interrumpir su juego, pero esa actitud me pareció tan infantil que solo me pondría a su altura y, además, no me gustaban las consecuencias que intuía.

Cuando por fin terminó el jueguecito, la conversación sobre su resultado y lo que cada uno pudo hacer y no hizo, siguió dejándome fuera de contexto. Poco a poco el tema se fue extinguiendo y sus proyectos futuros ocuparon el protagonismo de su charla.

Cuando ya la tarde empezó a tener pinta de noche, surgió un tema de conversación diferente, sin saber cómo, nos encontramos hablando de sexo y de gustos específicos.

―Yo creo que en esta vida hay que probarlo todo ―conjeturaba Ángel― para no quedarse con dudas y no crearse mitos sobre lo que no has vivido.
―¿A ti, Rafa, qué te falta por probar? ―me preguntó Jesús―.
―En el terreno sexual, prácticamente, lo he probado todo.
―¿Orgías y tríos también? ―en este caso la curiosidad era de Ángel―.
―Pues sí, en el mundo gay eso es muy habitual.

Les conté algo sobre las reuniones de Vallecas y el niño se entusiasmó con la idea de conocerlo. Jesús, sin embargo, estaba cada vez más callado.

―¿A ti, Jesús, ¿también te gustaría estar en esas reuniones? ―le pregunté directamente para meterlo de nuevo en el debate―.
―Pues no estoy seguro. Para mí el sexo tiene mucho de vivencia razonada y no solamente física o pasional. No niego que me gusta ver cuerpos bonitos y que me erotiza ver escenas explícitas de sexo, pero de eso a practicarlo con gente desconocida hay mucha distancia.
―¿Quiere decir que tú nunca follarías con alguien que acabaras de conocer? ―se interesó el niño―.
―Nunca es demasiado decir. Quizá lo que debería especificar es que prefiero hacerlo con gente conocida y, si encima siento algo como amistad, admiración y, por supuesto, amor por esas personas, mucho mejor.
―Eres un poco pardillo aún ―replicó Ángel―, a ver si te enteras de una vez que sentimientos y sexo no siempre tienen que caminar unidos. Vamos, que si alguna vez quieres hacer un trío, va tener que ser con Rafa y conmigo, ¿no?

El rostro de Jesús se sonrojó de forma instantánea ante la observación de su amigo. Reconozco que yo también me sentí igualmente turbado por ese comentario que no parecía hecho de forma inocente, ni mucho menos, como lo demostraba la sonrisa pícara con que el niño nos miraba a los dos alternadamente, manteniendo un silencio como si esperase una respuesta con o sin palabras.

Comprendí que Jesús no sería capaz de reaccionar y me tocó echar mano de mi mayor experiencia haciendo un pase torero cambiado:

―¿No os parece que va siendo hora de cenar algo?

Jesús se levantó de un salto exclamando en un tono de evidente liberación:

―Sí, es la hora de ir a por las pizzas, ¿de qué la quieres. Rafa?

Al parecer lo tenían hablado de antes e intuí la mano de Ángel en ello, porque apenas escuchamos cerrarse la puerta de la casa, el niño retiró la sábana que medio lo cubría y mientras me señalaba su abultado pijama me pidió:

―Ayúdame a bajarme el pantalón que mira como me ha puesto la conversación de cachondo.

Efectivamente, fue una de las más breves mamadas que hemos practicado entre nosotros y, aunque Ángel me aseguró que no tuviera prisa, que no le preocupaba el regreso de su amigo, yo no estaba muy de acuerdo en alargarlo y, sobre todo su calentura, precipitó las cosas haciendo que su polla explotase casi inmediátamente.

La parada del bus está frente a la casa del niño, por lo que no tenía sentido que me acompañase Jesús como me hubiera gustado, más que nada, por si este chico tuviera algo que decirme. Y así se terminó el viernes: juntos estaban cuando llegué y juntos se quedaron cuando me marché. Tampoco tenía sentido quedarme mucho más tiempo por los horarios del autobús y porque sus padres y hermana no tardarían en llegar a la casa.

Ni el sábado ni ayer domingo hablé con ninguno de los dos. Sus familias y sus novias los ocupan demasiado como para acordarse del mariquita que estuvo el viernes entreteniéndolos y que a uno, inclusive, le hizo una mamada.

14 comentarios:

  1. Nos ha salido mandon y prepotente el angelito. Y con papas ricos para que te pongan un negocito en un momento que te saque del apuro.

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  2. ANGEL LIAR QUIERE TODO. GUSTALE ENREDAR. JESÚS SE DARA CUENTA QUE RAFAEL ES MEJOR PERSONA Y TAMBIEN LO QUERRA PARA EL. ANGEL PASA DE TI SOLO QUIERE SACAR SU LEFA CON TU BOCA. PARECEME QUE CON ELLOS ESTAS FUERA DE LUGAR.PERO NO DIRE YO QUE TIENES QUE HACER

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  3. Ja ja lo q tiene q hacer es irse contigo ja ja y q te saque la leche a ti. Perdon le lefa. Yo tambien necesito un tip perp yo lo necesito con más caracter este Rafael es muy blandito
    Me voy a ver algo de porno para hacerme la paja q hoy el escrito no me ha calentado

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    1. tío si no quieres trabajar avísame y voy a donde me digas y te hago yo la paja me encanta hacer pajas es lo que me gusta a mí me da igual cómo sea el tío el caso es tener una polla en la mano y menearla hasta ver la leche salir esa es mi afición bueno si me pides que te la mame pues quizá también pero sobre todo una paja

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  4. efectivamente sexo y sentimientos no siempre van unidos pero cuando ocurre el milagro y se juntan entonces ocurre la más maravillosa experiencia que puede vivir el ser humano

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    1. Si tienes menos de veinte años entiendo tu mensaje. Pero si ya pasaste esa edad !!!!bajate de la nube!!!!

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  5. dónde está la cama revuelta? una mamada y además breve no es ninguna cama revuelta yo creía que ibais a montar los tres una orgía pero bueno no pierdo la esperanza

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  6. Y el tipo mayor canoso, dónde fue a parar, me gustaría verle

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  7. hABEIS BORRADO MI COMENTARIO EN EL QUE OS REÑIA PORQUE UNA MAMADA NO ES UNA CAMA REDONDA. EL TITULO NO CORRESPONDE CON LA ACCION DE LA ENTRADA. HAY QUE SABER SOPORTAR LAS CRITICAS Y NO BORRAR LOS COMENTARIOS QUE NO OS GUSTEN

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    1. Totalmente deacuerdo, el autor tiene que saber admitir las criticas tanto a favor como en contra

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    2. Por un lapsus técnico desapareció momentáneamente tu çomentario. Ya está resuelto. Todos los comentarios nos vienen bien, todos nos ayudan a mejorar y todos, los favorables y los contrarios, son respetados porque esa es nuestra filosofía. Disculpa por el lapsus y gracias por formar parte de esta aventura.

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  8. admitida la disculpa y lo único que siento es que no puedo estar de acuerdo contigo en que formó parte de esa aventura. ojalá pudiera estar yo en tu aventura con esos dos chicos jóvenes con todo ese mundo tan increíble en el que vives me gustaría pero desgraciadamente sólo leo tu aventura no estoy en ella

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    1. Buenas tardes, he leído varios capitulos de este blog y me asaltan una curiosidad, por si alguien me puede explicar o decir algo al respecto; porqué tanta obsesión con los jóvenes, cuándo en realidad el protagonista pierde la cabeza con los maduros

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  9. estoy muy de acuerdo con este último comentarista es cierto que los que leemos habitualmente este blog sabemos que el protagonista se Pirri a por los maduros a tenido la mala suerte de caer en manos de estos jóvenes universitarios y creo que le han cambiado el rumbo de todas formas yo al protagonista lo veo cada vez más perdido

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