Vivencias de un gay

sábado, 12 de septiembre de 2015

112. Juegos en el ancensor


A las cuatro ya estaba en mi casa esperando la llegada de Ángel. Tenía preparado mi discurso lleno de reproches por todo lo malo que, en mi opinión, está haciendo últimamente. Pero quince minutos después sonó mi teléfono.

―No me esperes ―me decía Ángel―. Hemos tenido que venir Jesús y yo a ver una oficina en alquiler que nos ha buscado el abogado de mi padre para ver si nos parece bien para nuestro proyecto. A mí me gusta, pero creo que no la vamos a alquilar. Jesús no opina como yo. ÉL quiere que sea por la zona norte, ya sabes, Las Rozas, Pozuelo... y yo creo que Madrid centro o Castellana tiene más vida. ¿Quieres decirle algo a «tu amigo» Jesús? Lo tengo a mi lado.
―No es el momento de decirle nada a «mi amigo». Será mejor que atendáis a lo que os interesa.
Casi me alegré que no viniera; no soy persona que busque la confrontación nunca, odio las peleas no solo físicas, también las verbales me molestan y Ángel es un chico de muchos recursos y por tanto un contrincante difícil.

Yo lo que tenía en la cabeza era a Fabio y, después de tener el número del venezolano reflejado en la pantalla de mi móvil en varias ocasiones, al final no me decidí por apretar la tecla verde que me comunicaría con ese bello muchacho.

En vez de eso, tomé la decisión de ir a comprar y me metí en el supermercado para reponer mi semivacía nevera. Tengo un centro comercial cerca de casa, pero me gusta ir a otro algo más lejano para ver un dependiente del Ahorramás que me encanta. El tipo es absolutamente hetero, pero tiene un buen rollito conmigo; nunca hubo ninguna señal de la más mínima posibilidad, pero yo creo que el tío sabe de mis aficiones y le gusta hacerme sufrir con una extraña actitud ambigua que nos divierte a los dos. Al principio tenía mis fantasías con él y más de una masturbación ha sido en su honor, pero ya es solo cuestión de colegas. Está casado y cada día le pregunto por su esposa, pero siempre con tonos medio subidos de tono:
 ―¿Qué tal tu mujer?
 ―¡Bien, muy feliz! ¡En casa como una reina!
 ―No me extraña que esté feliz, con un marido así...
 ―¡Ja, ja, ja! ¿Pos que tengo yo de especial?
 ―Que le puedes dar toda la «fruta» que quiera...
 ―¡Sí, claro! ¡Sobre todo plátano! ¡Ja, ja, ja!...

Esto es un ejemplo de conversación en mi relación con este hombre. En vez de estar catando el plátano venezolano, me tuve que conformar con comprar los de Canarias, ¡vaya mala vida que llevo!

Ayer a media tarde, cuando menos lo esperaba, me llamó Jesús:
―Estoy en Madrid. He venido a ver una oficina que seguramente nos quedaremos. ¿Tienes algo que hacer? Lo digo por si quieres acompañarme. He bajado solo y siempre es más interesante la opinión de más personas.
―Pues no tengo ningún plan para esta tarde ―realmente no lo tenía, pero, creo que lo hubiera cancelado si hubiera existido, porque en el momento que me llamó estaba, precisamente, pensando en este chico―. ¿Dónde quedaríamos?
―Yo tengo que recoger la llave en la inmobiliaria que está en Ríos Rosas, pero como no he traído el otro casco, será mejor que quedemos cerca de la oficina.

Se me dio fatal el metro y llegué veinte minutos tarde al lugar de la cita. Cuando no lo vi me quedé chafado, pensé que tenía una hora prefijada para ver el local y no me pudo esperar. Sonó el móvil y era él.
―Cruza que estoy viéndote, por el semáforo de tu izquierda.

Con la chaqueta de cuero roja y negra, y su corto pelo, estaba francamente atractivo el chaval. El edificio estaba junto al estadio del Real. Subimos hasta una planta muy alta y encontramos pronto la puerta de la posible futura sede de trabajo de los niños.

En un momento dado me encontré junto al chico, apoyados sobre el cristal de la amplia ventana y pegados el uno con el otro. Estábamos comentando lo que veíamos, pero mi mente y mi ser solo estaban pendientes de aquel calor que penetraba en mi piel por los puntos donde conectaban nuestros cuerpos. Rápidamente noté los dos síntomas que denuncian mi excitación en momentos especiales: mi corazón se embaló y mi polla tomó un incomoda dirección hacia abajo impulsada por una súbita erección, y guiada por el caño de mi pantalón. Pensando mucho mi siguiente movimiento, le pasé el brazo por detrás rodeándole la cintura. Aparentemente no pareció notar mi gesto y siguió nombrando las calles y edificios que desde esa altura se veían. Para mí no era tan fácil seguir el hilo de la conversación, me hubiera gustado poder ver si su bragueta tenía alguna modificación, pero al estar tan juntos era imposible tal comprobación.

De pronto, pareció percatarse de nuestra cercanía y se separó suave pero decididamente.

―Bueno y ¿qué te parece? ― me pregunto unos pasos más allá.
―Bien, bien, la ubicación es impresionante, pero claro, yo no sé lo que necesitáis.

Su mantenida mirada a los ojos me impedía bajar la vista para ver si adivinaba algún síntoma de excitación en su pantalón. Salimos del local sin que yo pudiera encontrar el medio de retenerlo, parecía súbitamente nervioso, sobretodo, después de percatarse del bulto que mi pantalón vaquero no era capaz de disimular. En el ascensor, a pesar de su amplitud, me coloque descaradamente pegado a él.

―Me parece que estás un poco gamberro, ¿no? ―me dijo con una fingida cara de mal genio―.
―¿Tú no? ―tanteé con un gesto rápido su entrepierna―.
―¡Por favor, Rafa, que estamos llegando al bajo! ―dio un respingo cuando sitió mi mano, como si lo hubiera pinchado. Entre su rapidez y mi mala puntería no pude cumplir mi objetivo de notar, aunque fuese, una ligera inflamación―.
―Es que la vista desde esa ventana era tan romántica que ha creado un ambiente perverso ―dije por justificar mi lanzamiento―.
―¡Venga ya! Un paisaje totalmente urbano no tiene nada de romántico, tú lo que querías era aprovechar la ocasión.
―¿Y te parece tan mal esa pretensión? ―puse mi mejor gesto de chico malo para nada arrepentido de lo hecho―.
―No es el momento, Rafa. Tengo que confesarte que a veces yo también pienso en «esas cosas», y en alguna ocasión tú estás metido en esos pensamientos, pero no estoy bien. Lo de Begoña me está afectando más de lo que parece; ando también nervioso por todo esto del trabajo que vamos a iniciar, tengo muchas dudas sobre cómo va a salir. Ángel está eufórico y eso me ayuda a no pararme, sin embargo, yo no lo veo nada claro, ni nuestra dinámica personal, ni el resultado de nuestro trabajo. Carecemos de contactos propios, solo podemos partir de los que nuestros padres no van a proporcionar y, supongo, que la mayoría por compromiso.
―Tranquilo, Jesús, que no te daré más la lata. Perdona mi atrevimiento, solo quiero que sepas en estoy dispuesto a cualquier cosa contigo y, por supuesto, que siempre acataré tu decisión sea la que fuese, si es lo bueno para ti.

Con esto zanjamos la conversación y con un tono más relajado en todos los aspectos nos fuimos a un bar de tapas donde cenamos. Hablamos mucho; en realidad, habló sólo él, repasó los problemas que le rondan en la cabeza ―excepto del tema sexual, sobre el que pasó de puntillas― y a las diez, él en su moto y yo en mi metro, nos fuimos a nuestras casas.

Ya sé que soy un tanto repetitivo, y que las pajas no se deben contar, pero la que me hice en su honor ayer resultó gloriosa y necesaria para conciliar el sueño.

10 comentarios:

  1. GUSTAME LA FORMA DE HACER DE JESUS. SI NO QUIERE CON RAFAEL DECIRSELO ASI LO MEJOR ES. RAFAEL QUITAR SU ILUSION CON JESUS DEBERIA
    .UNA DUDA TENGO EL DEPENDIENTE QUE HABLA BRUTO ES GAY O NO?

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  2. Tan largo el escrito para dejarnos calientes pero sin que pase nada.. En esa oficina tenia que haber ocurrido algo entre los dos.. Mepone Jesus vestido de motorista

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  3. Darle un toke por encima del pantalón en el ascensor ,¿,a eso llaman juegos? Eso es nada. Pensaba que habia un gran polvo en el ascensor que es un lugar muy comprometido y con la cercania de los cuerpos uno siempre fantasea cuando bajas o subes con el compañero de trabajo que te tiene loco.

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  4. Yo igualmente me hago una paja todas las noches antes de dormir. Es lo mejor y no lo cambio por nada. Salgo todos los sabados y ligo con dos o tres tios , lo primero que van es dar el beso, yo los regateo porque no me da la gana recibir en mi boca las babas de nadie, Mucho menos tener sexo con tipos que ni se si estan sanos o son limpios. Con mis pajas me imagino al tio que me da la gana, al mas buenorro del mundo, no tengo que estar luego acojonado por si he contraido cualquier enfermedad, tanpoco los tengo luego que aguantar tras de mi con sus llamadas y sus enamoramientos pesados. Las pajas es lo mas guay que existe, te vas controlando la corrida hasta que quieres, y no tienes que esperar a que el otro tipo se corra ni que te pringe con su leche ni soportar su hedor a lefa y sudor. Lo mejor de lo mejor mis pajitas diarias que me dejan satisfecho y relajado cada noche.

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  5. Un saludo desde Mexico D F

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  6. Como me joden estos niños de papá a los que todo se lo dan hecho. Uno aún no trabaja y ya tiene moto. ¿Con qué puto dinero van a montar una empresa? Con el de sus papas que son ricos. Estas injusticias son las que le dan a Podemos tantos seguidores a pesar de que ninguno de los dirigentes son simples obreros. Mañana mismo me voy a los edificios cerca de Bernabeu a preguntar por esa empresa para que me den trabajo. Como no soy hijo de papá seguro que ni me reciben. He terminado mi carrera con notable y ya llevo casi dos años buscando curro, ahora ya de lo que sea. Fui en Abril a Londres y lo unico que consegui es pasar hambre y humillaciones y eso que mi nivel de ingles es bastante alto aunque no perfecto.

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  7. Estoy harto de estos niños de papá que lo tienen todo sin merecerselo. Todo se lo dan hecho y encima se permiten el lujo de no ser felices. Uno sin empezar a trabajar ya tiene moto y seguro que es una buena moto. Con que dinero se van a montar una empresa? Pues con la pasta de los papas. Oficina de lujo sin tener ni un cliente, aunque eso no sera problema porque papa le enviara clientes que tendran que aguantar la incompetencia y la inexperiencia de estos nenes mimados.
    Yo termine la carrera hace mas de dos años y aun estoy por encontrar un curro que no sea de becario, osea trabajar de lo que nadie en las empresas quieren hacer y encima sin sueldo. Fui a Londres en Abril y a los 40 días me tuve que volver porque alli como no tengas conocidos ( que casualidad igual que aqui) no encuentras curro ni de enterrador y eso que mi inglés es bastante bueno.
    Por eso cuando leo que estos imbeciles que se les da todo se quejan de la vida me agarro unos cabreos imponentes. Y seguro que desaprovecharan la ocasion y fracasaran porque "son infelices" porque romper con su novia les afecta (¡Claro que tienes que romper con la novia! ¿es que no te habias dado cuenta de que eras gay? Hay que ser falso para mantener a una tia ilusionada sabiendo que quien te pone es tu amiguito del alma.Pero por lo que se ve los ricos pueden ser todo y pueden tener oso que los porculeen y novias que les mimen a la vez.
    Asi que yo tengo la vida bien jodida porque soy pobre, mi papa no tiene ni un euro y por tanto tampoco tiene amigos influyentes, además soy gay y FEOOOOOOO

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    1. De nada vale lamentarse y morirse de envidia Este mundo es de valientes y parece que lo tienes todo en tu mano para lograr el exito tienes una carrera, eres gay con lo cual no te lastrarn los hijos en tu progreso y lo de feo nunca se es porque los feos para unos son bellezas para otros

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  8. Esto es un foro para hablar de sexo. No para quejarse de las diferencias sociales que siempre han existido. Enhorabuena por el blog

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  9. Parece que este blog es para todas las opiniones PorqueEn este portal hay mucha libertad para que cada uno diga lo que quiera

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