Vivencias de un gay

sábado, 6 de febrero de 2016

134. Fantasmas en cada esquina


Tras la angustiosa carrera en moto y la reveladora conversación con Jesús quedé bastante impactado y apenas podía asimilar todo aquello. Al menos en el interior de aquel aparcamiento público pudimos estar tranquilos y nadie nos interrumpió. La salida fue menos aventurada, pero más incómoda para mí. Él salió en la moto y yo debía esperar un tiempo prudencial ―tan solo aguanté cinco minutos en la oscuridad del aparcamiento― para salir andando. Desde la salida hasta mi casa, incluyendo el trayecto en el metro, estuve obsesionado mirando hacia atrás por ver si pillaba a un sospechoso de estar siguiéndome. ¡Lo que me faltaba para alimentar mis paranoias! Antes de entrar en mi portal, recordé que el día que estuve con Jesús y lo acompañé a coger un taxi, al regreso vi a un tipo mirando hacia la casa que me mosqueó. No quiero relacionarlo porque, lo más probable, es que no tenga nada que ver, pero creo que, a partir de ahora, voy a ver fantasmas en todos los sitios. ¡Vaya consecuencias que me están trayendo mis relaciones infantiloides por las que me he aficionado últimamente!

Antes de este azaroso encuentro con Jesús ya había pensado en la posibilidad de que podían haber investigado mi casa. Estaba casi seguro de que mis cosas estaban tocadas y no era ninguna paranoia mía. Estoy muy afectado con esto, me siento ultrajado en mi intimidad, me he pasado dos días lavando toda mi ropa para ver si se me pasa un poco el sentimiento de aprensión que tengo cada vez que debo coger algo de mi armario. Y lo peor de todo es que ahora es cuando de verdad estoy paranoico perdido, todos los tipos que se cruzan conmigo o que están cerca de mí me parecen vigilantes. Cuando hablo por el móvil, escucho unos ruidos muy sospechosos que me coartan cualquier conversación. He hablado con mi amigo el abogado y me dice que sin pruebas muy determinantes no serviría de nada poner una denuncia, sería una manera de tirar mucho dinero.

Llevo ya unos días que de los niños no sé nada y casi no quiero saber mucho. Lo estoy pasando tan mal con lo de los detectives que, a pesar de comprender que Jesús no tiene ninguna culpa, es como si le estuviera cogiendo un poco de manía, aunque si lo pienso fríamente, comprendo que es injusto. Cuando pase todo este lío, volveré a verlo con los ojos de siempre pero, de momento, quiero estar al margen de él.

El martes me hubiera gustado llamar a Fabio, pero al final, con la duda de si me vigilan o no, decidí pasar del tema y guardar castidad una semana más. Me asusta lo que me está afectando todo este follón. Lo malo es que cuando me decida a llamarlo, lo más probable es que el venezolano ya ni se acuerde de mí.


Han pasado unas cuantas jornadas desde el encuentro con Jesús y de mi primera experiencia como paquete en una moto de gran cilindrada. Poco a poco se van borrando de mi memoria esa angustiosa sensación, que no me abandonó durante todo el trayecto, de estar a punto de salir despedido de la máquina, notando cómo mis manos se escurrían en cada giro, por mucho que yo apretara alrededor de la cazadora de cuero que tan bien le quedaba a Jesús.

Con el paso de los días me estoy hartando de sentirme perseguido y vigilado. O lo hacen muy bien o creo que se han olvidado de mí, porque soy incapaz de detectar a nadie tras mis pasos. Y también voy a pasar de tener miedo: que hagan lo que les salga de las narices, en definitiva, no estoy haciendo mal a nadie con ser como soy. Y si me amenazan o quieren aprovecharse de la información que han obtenido por su ilegal actividad, entonces podría denunciarlos, e, incluso, pedirles pasta por daños y perjuicios, que ya me estoy asesorando.

En momentos así es cuando mejor le vienen a uno los amigos del tipo de Paquito, personas a las que les puedes hablar y contar tus inquietudes, aunque nunca tengas la certeza de que están escuchando. Personas con las que poder zambullirte en el fango sin tener que justificarlo, ni siquiera sentir la necesidad de comentar nada, tan solo dejar que te acompañen a esos lugares donde la gente aplasta su soledad a base de sexo indiscriminado y sucio.

10 comentarios:

  1. NO GUSTAME PAQUITO PERO SI PARA ENTRETENER SIRVETE PARECEME BIEN QUE SALGAS CON EL. POCO A POCO DEJAR A LOS NIÑOS DEBES AUNQUE CREO QUE ANGEL YA ENCONTRO OTRO PARA SUS HECHOS SEXUALES. BIEN PIENSO QUE JESÚS NECESITA AYUDA PERO COMPROMETERTE HARA SI ERES TU EL QUE SE LA DA. YO TAMBIÉN NECESITO AYUDA CON MI PADRE PERO A NADIE TENGO. SOLO MI PERRO ME ESCUCHA Y TODO SABE

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me caes súper bien chico. Me gustaría ocupar el lugar de tu perro,pero creo que vives en la sierra o en un pueblo y yo soy muy de ciudad. Un beso

      Eliminar
    2. MI PERRO NADIE PUEDE SUSTITUIRLO. ALGUN DIA YO TAMBIÉN VIVIRÉ EN LA CIUDAD. AGRADEZCO TU BESO PERO SIN QUE MAL SIENTETE YO ME BESARE CON MI PAREJA SÓLO PERO AGRADEZCOTE LO QUE DICES

      Eliminar
    3. ja ja tio eres la bomba

      Eliminar
  2. Que tiempos aquellos en que uno se masturbaba leyendo este blog, ahora ya empieza a aburrir desde que el Jesús se ha convertido en protagonista beato.

    ResponderEliminar
  3. Si tienes la certeza de que han entrado en tu casa tienes que denuciarlo. Para eso no tienen atribuciones los detectives y la policía necesitaría una orden judicial de registro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No pierdas el tiempo con denuncias, la policía nunca iniciaría una investigación por un presentimiento y menos sin delito por medio. Muchos policías son también detectives en sus horas libres. Y no dudes de que han entrado en tu casa y en tu trabajo también habrán husmeado, el que haya encargado el trabajo ya sabe de ti hasta cuantos callos tienes. Lo mejor que puedes hacer es olvidarte o facilitarles las cosas a cambio de que respeten tu intimidad en tu casa o tu trabajo si es que estas armarizado. Enhorabuena por tu blog no me lo pierdo ningún sábado aunque es la primera vez que intervengo.

      Eliminar
    2. Yo hace unos años estuve follando con un detective privado. Salimos ,bueno en realidad no salimos solo nos veíamos para follar durante unos cuatro meses. Lo dejé por lo mal que le olía la boca recuerdo que era una mezcla de olor a tabaco unido a olor de putrefacción.

      Eliminar
  4. Creí q eran los fantasmas del Carnaval jjjjj

    ResponderEliminar
  5. Aqui hay mucho fantasma pero poco sexo, osea exactamente como yo, los sabados les cuento a mi pandilla los muchos polvos que heché durante la semana con tios morbosos y buenisimos que me encuentro por ahi y caen rendidos a mis encantos, pero en realidad lo unico que hago en la semana es matarme a pajas (una diaria por lo menos). Cuando el sabado me dicen mis amigos que pille alguno de los bombones que vemos en las discos de chueca pongo la excusa de que ya estoy satisfecho de estar follando toda la semana antes de hacer el ridiculo ante ellos cuando los tios me rechazen como casi siempre me ha ocurrido. Y es que lo de ligar se me da fatal, no se como lo hacen los sudamericanos pero son los que se llevan siempre a los mejores tios y encima son estos los que les entran porque los doraditos se hacen los importantes y hasta que no les ruegan mucho no se dejan besar y algunos despues de poner cachondos a los tios se van con sus amiguitos . Yo y mis amigos entre los que hay bastante molones lo de ligar negados. Me cuentan que por la red pillan cosas entre semana pero si son igual de mentirosos como yo seguro que no prueban ni papa. De todas formas veo que ya ni el blog se folla ja ja . Otro dia escribo mas, me mola escribir aqui

    ResponderEliminar