Vivencias de un gay

sábado, 9 de julio de 2016

156. Sexo libre en la playa

Sois  muchos los que me habéis pedido una mayor información de este singular lugar de veraneo, Cap D’Age y creo que, contando mis experiencias del primer día que estuve, se mucho más grafico y para los que no lo conozcan les quedará una imagen mucho más precisa.
Yo sabía que me encontraría un camping nudista, en la costa española ya he vivido experiencias de este tipo y siempre me han resultado agradables, pero, en principio, me sorprendió su gran extensión.
Una vez pasado el control de entrada donde te proveen de una pulsera que te identifica como integrante del lugar, recorres calles y plazas con edificios de apartamentos y hoteles por las que circulan todo tipo de personas con la naturalidad de cualquier otra calle de todos los  pueblos costeros, solo que sin nada textil encima. 
En las oficinas de recepción del camping repletas de gente haciendo sus correspondientes gestiones de inscripción o de pago de salida, resulta un poco complicado de gestionar la dirección de tu mirada porque, casi sin querer, se desvía al festival de genitales que pululan a tu alrededor en la estrechez del habitáculo.
Una vez instalados en la cabaña que nos han designado, nos toca desvestirnos y mostrar nuestras intimidades al resto, tratando de contagiarnos con la naturalidad y despreocupación de todos nuestros vecinos. La primera actividad que nos toca, es ir a la zona comercial para proveernos de todo aquello necesario para empezar las vacaciones al sol. Los primeros pasos con el pene suelto te limita la velocidad y los movimientos. Ver como a cada paso tu polla va pegando de una pierna a la otra incluso con chasquidos ruidosos, te frena en la marcha para que “aquello” se mantenga en perpendicular, como péndulo de reloj de pared, pero quieto. Las personas con las que te cruzas te sonríen, y en esos primeros instantes de desnudez, dudas si lo hacen por amabilidad o porque se están riendo de ti. Involuntariamente te paras ante cualquier escaparate para comprobar que no hay nada raro en tu aspecto, pero lo único que te ves más extraño es que vas totalmente en pelotas, como todos los que caminan a tu lado y eso te tranquiliza. En la frutería hay que tener cuidado para no ir dando pollazos a la fruta expuesta en los estantes que están precisamente a esa altura. En el supermercado cuesta encontrar las cosas y si lo que buscas esta en un nivel bajo, esperas a que nadie pase por el lugar porque, al agacharte para cogerlo, imaginas la visión que muestras a los que están tras de ti. La mayor atención debes ponerla en la fila para llegar a la cajera, mantener la distancia exacta es primordial, ni muy lejos para que no piense el señor de adelante que te molesta su cercanía, ni muy cerca para que tu capullo no golpee las nalgas del que te antecede. Recuerdo que en la panadería el espacio era muy pequeño y los clientes esperando su barra de pan eran muchos. Todos estábamos a milímetros unos de otros. Yo tuve la desgracia de tener a mi lado a un hombre bellísimo, un galán de cine con un cuerpo perfecto y una magnifica polla que en reposo lucía enorme y que, con la mayor despreocupación por su parte, recorría de cuando en cuando mi cadera y parte superior de mi desnudo traserosin que el galán fuera consciente de los recorridos de su miembro. Cualquier otro día posterior ni lo hubiera notado, pero en ese momento empezó a provocarme una incipiente erección que yo trataba de parar mentalmente con ningún éxito. Se que algunos de los presentes vieron lo que me estaba ocurriendo, pero a nadie parecía importarle lo más mínimo. Al fin salí de la panadería con las dos barras, una en la bolsa y la otra cimbreando a la altura de mi ombligo.
En la playa todo parecía más normal. O eso creía yo. Recorrimos la orilla para ir conociéndola, abandonamos una primera parte en la que abundaban las familias y nos instalamos allí donde las parejas mixtas y unisexuales eran mayoría. Apenas extendimos nuestras toallas pude observar unos metros más allá como rápidamente se formaba un gran corro de gente. Avisé a mis compañeros: “creo que han debido sacar a algún ahogado, mirar el bullicio que se ha montado allí, vamos a verlo”.  Según nos acercábamos vimos que otras personas nos imitaban. El conglomerado de gente que formaba la circunferencia era compacto, tanto que tuvimos que esforzarnos para tratar de ver a la victima del ahogamiento. Cuando antes que nada vi a un hombre en la parte de enfrente del círculo con la vista fija en el epicentro masturbándose, sentí rabia por la crueldad de la escena. Pero pronto empecé a comprenderlo todo en un grado de asombro absoluto. No había ningún ahogado, dos mujeres y tres hombres estaban haciendo sexo en grupo a la vista de todos, uno le comía el coño a una rubia, la morena estaba siendo penetrada por un chico de color, mientras no soltaba de su boca el rabo del tercer tipo implicado. El espectador masturbador no era el único que practicaba el onanismo público, otros muchos de la primera fila hacían lo mismo e incluso vieyacular sobre la arena a más de uno. Lo que me dejó más alucinado fue el aplauso final de los espectadores cuando el moreno sacó su miembro del coño de la rubia y se corrió en su vientre.
La actividad de los corros no paró en toda la tarde, apenas terminaba uno empezaba otro un poco más allá. Luego descubrimos la parte de la playa gay, algo más apartada de la orilla donde ocurría lo mismo pero aumentado y sin aplausos.
Lo que allí pasa es para verlo porque contado es difícil de creer. Paseando por la zona gay pude ver, por ejemplo, a un tipo atado a un árbol con un látigo a sus pies para que cuando pases le hagas el favor de pegarle unos cuantos latigazos.
En la noche lo importante ya no es la desnudez sino los trajes que tanto ellos como ellas se ponen para ser más provocadores y originales, se pueden ver tipos con calzón de cuero con un hueco atrás para mostrar todo el culo y otro hueco adelante para llevar fuera el pene y los huevos, al hombre que arrastra tirada por un collar de perro a su mujer… en la noche lo más decente es ir simplemente en pelotas.

9 comentarios:

  1. Alucinante lo que cuentas tio. Sí todo eso es tal como dices no me lo quiero perder. En esta vida hay sitios que al menos una vez tienes que ir y sin duda ese lugar está entre ellos. Que super divertido me ha resultado leerlo me moría de risa con lo de la frutería agachándote para coger las cosas y que te vean todo el trasero bien abierto. Me lo he pasado fenomenal leyendo esto de verdad qué está muy divertido enhorabuena por haber estado allí y gracias por haberlo contado

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  2. Cuando he leído el título he pensado bueno otra vez cruising pero luego me llevado la sorpresa de encontrarme con uno de los relatos más divertidos que has escrito en los últimos meses me ha encantado aunque para ir a ese sitio hay que tener mucha pasta y muchos huevos

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  3. ja ja ja para escojonarse, pero francamente no me lo creo. Yo estado en sitios nudistas pero todo esto es demasiado fantasioso ja ja

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  4. NO GUSTAME LOS LUGARES QUE RAFAEL ELIGE PARA VERANEAR SON TODOS MUY GUARROS. CERCA DE MI PUEBLU HAY UNA PLAYA QUE LOS HOMBRES TAMBIEN DESNUDANSE MAS YO NUNCA IRE MI CUERPO DESNUDO SERA SOLO PARA MI PAREJA. GUSTARIAME SABER DEL CHICO JESUS BUENA PERSONA PARECIAME SER. ALEGRAME QUE DE ANGEL OLVIDESE NO ERA BUEN CHICO. OJALA RAFAEL ENCUENTRE UN AMIGO BUENO PORQUE YO APRECIOLE MUCHO MAS NO CREO PODER CONOCERLE PORQUE SU EDAD ES MUY DISTINTA A LA MIA

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  5. Lo de menos es sí esta historia es real o no. Lo importante es lo entretenida que es. Está contado todo con un sentido del humor francamente exquisito yo he visualizado todas las escenas y me lo he pasado en grande por mí que sigan en esta línea buenísimo gracias

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  6. Tengo que decir que es verdad lo que se cuenta aquí una vez conocí un francés en la zona de cruising en la playa del Rebollo en Benidorm y me habló de esta isla donde pasa todo eso me he acordado porque los detalles del Corro y de la gente aplaudiendo me impresionaron bastante cuando el francés me lo contó aquí en España solo tenemos el clásico cruising de los pinos en las playas de los lugares gays

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  7. Hoy e la panadería me imaginé que todos estábamos desudos y me he partido el culo de lo que me he reído. Luego a entrado un tipo muy atractivo y entonces la risa se ha vuelto rabia por no poderlo ver en pelotas y saber cómo gastaba el pollon

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  8. No entiendo tanto valor por el nudismo, he comprobado miles de veces que los hombres y las mujeres desnudos pierden muchísimo. Donde esté la intriga y la emoción de lo que existe debajo de la ropa que se quiten las formas feas a veces groseras que se ven en los campos nudistas. Prácticamente todos los hombres son casi iguales desnudos los hay de gimnasio que son de anatomía perfecta pero que a la hora de mirarle los genitales son como los de casi todos aunque ellos por la desproporción del cuerpo siempre se les ven más pequeñas y quitando los atletas el resto de mortales todos tenemos una grasita en un lugar inapropiado a todos nos falta culo o nos sobra barriga o nos falta barriga y no sobra culo .La verdad es que la gente vestida es mucho más interesante

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  9. Boinas noches yo soy nacido en Lille y conoso muy bien ese pueblo de la costa. Con tres parejas de mi Yo ha viajado a Cap Dage un verano varios anos. Era muy bonito antes. Aora es mucho gente pero sige pasando todo igual de bien
    También están mucho espanoles pero nunca dicen en Espagne que si están allí espanol no gusta que sepan que cede su pareja para otras personas.

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