Vivencias de un gay

lunes, 26 de mayo de 2014

3. Cuando uno está caliente y no descarga, se le olvidan todos los riesgos

Ayer estuve en la sauna. Fui sin ninguna intención, pero, claro, aquello está lleno de tíos y las buenas intenciones desaparecen en cuanto ves un buen rabo en las duchas. Cuando vi a este tío, de unos 40 años, con un cuerpazo macizo, marcado, pero como si no fuera de gimnasio, ya no tuve ojos para ningún otro. Cuando entró en el vapor, me coloqué a su lado. Me extrañaron dos cosas: una, que no se le acercase ninguno de los que allí estaban a la espera, y otra, que rápidamente me prestó toda su atención. Cuando me dijo para ir a la cabina me pareció de perlas. Salió primero él y cuando yo me disponía a hacer lo mismo, me paró un señor y me dijo al oído:

—Supongo que te lo dirá, aunque a veces no lo hace, pero tienes que saber que ese tipo es seropositivo. Si tú no lo eres, ten cuidado.

Comprenderéis mi acojonamiento. En vez de seguirle, me escondí y en cuanto pude me vestí y salí de allí casi corriendo. Total, estuve quince minutos pero ya tengo el trauma encima. ¿Creéis que por tocarle la polla (mejor sería decir el pollón) con la mano tengo algún riesgo? Yo creo que no, aunque me pareció que le salía mucho líquido preseminal. Como había muchos tíos en la cabina de vapor, me dio corte mamársela y no lo hice de milagro, aunque pensaba hacerlo en cuanto lo pillara solo. Menos mal que ese señor me avisó. ¿Se imagináis si no me dice nada? Parecía buena persona, pero quizá lo hizo para joderme la tarde. Aunque si no me conoce de nada, ¿por qué me iba a odiar tanto como para decirme una cosa así?

Sé de sobra que a las saunas no se puede ir porque es terreno peligroso, pero cuando uno está caliente y no descarga, se le olvidan todos los riesgos y entra como un corderito.

Esta tarde voy al cine con Roque, espero que no me lleve a la chorrada de la Guerra de las galaxias.

Estoy un poco sugestionado con el sexo. Apenas me cae algo bueno una vez cada seis meses, y aunque solo sea para eso, me considero aún joven y con necesidades fisiológicas. Me masturbo de vez en cuando, pero me da rabia pensar que, mientras otros hacen realidad sus fantasías sexuales, yo me tengo que conformar con imaginarlas a base de pajas. Vale, no soy guapo, pero veo a tipos más feos que yo con unos hombres que para mí los quisiera. ¿Será que tienen encanto personal?, ¿son más lanzados?, ¿se les nota la simpatía en cuanto abren la boca? o ¿será (y apuesto por esto) que estoy maldito y me ha mirado un tuerto? Eso sin contar con los caribeños que aquí en España tenéis un éxito acojonante, por vuestro color de piel, por vuestro hablar meloso y porque soléis tener unos cuerpazos de impresión. Pero eso lo comprendo y sé que contra eso no puedo competir; por lo demás, pienso que soy del montón, bastante normal.

Te juro que no me explico lo que pasa conmigo, luego te contaré lo de Roque, pero para eso tienes que estar sentado, no sea que te dé un mareo, porque es la ostia.

Bueno te lo cuento: como sabes, quedamos el viernes para ir al cine, y tal como me temía, nos metimos a ver la Guerra de las galaxias. Debo reconocer que me la esperaba peor, no es la película de mi vida, pero pasé el rato entretenido. Lastimosamente no había ni un tipo que me llamase la atención, el que hace de maestro del chaval que se convierte en villano, si en vez de rubio hubiera sido moreno, me hubiera dado morbillo. A Roque le entusiasmó, es seguidor fiel de esta saga de películas y se lo sabe todo de Lucas, su director. Salió del cine abducido por los galácticos. Fue después de cenar cuando ya me harté de esta situación y le pregunté directamente:

—¿Te gusto físicamente?

—Ya sabes que lo físico es lo de menos, —me contestó— yo no lo valoro. Me gustas por la forma de ser, no por tu cuerpo y si vienes conmigo por mi físico, creo que no es la dirección apropiada.

¡Imagínate, decirme que si voy con él por su físico! Tendrías que verlo, la barriga le llega desde el cuello hasta las rodillas. Pero aún hay más, cuando le pregunté que si él no tenía necesidades sexuales me dijo:

—Sí, como todo el mundo, pero lo soluciono alquilando un chaval por una hora y me olvido de esa necesidad para dedicarme a las cosas importantes como estar contigo.

Cuando le digo que no entiendo una relación así, que me gusta que todo vaya en la misma persona, me contesta:

—Yo creía que tú tendrías tus rollos sexuales con otros y nunca me preocupé de ese aspecto. Lo que no imaginaba es que te apeteciera acostarte conmigo. Nunca he estado con nadie si no es pagando.

Y ya me remató cuando me dice:

—No creo que el sexo entre tú y yo salga bien. Me he acostumbrado a cuerpos adolescentes y perfectos, seguro que el intento entre nosotros dañaría nuestra bonita amistad.

En definitiva, ¡es un putero! Un usuario de chaperos, los polvos se los compra y a mí me quiere tener para escucharle. Estoy seguro que no lo escucha ni Dios por lo plasta que es. Me armé de valor y, ayudado por el cabreo que tenía, le dije claramente: esas relaciones no me gustaban, que aspiro a un señor como pareja que me haga feliz en todos los terrenos, incluida la cama, y cuando la gente paga a críos para utilizarlos sexualmente, me parece horrible.

6 comentarios:

  1. Joder con en Roque de los cojones

    ResponderEliminar
  2. Lo de la sauna me abre los ojos. Nunca he ido a una, pero iría aunque sea una vez por curiosidad. En cuanto a Roque, qué va. Una gente así no sirve, es una relación enredada y disfuncional.

    ResponderEliminar
  3. Los serio+ no somos monstruos pero entiendo tu temor. Yo lo pille en una sola mamada en la estación de bus de Moncloa

    ResponderEliminar
  4. No era mi intención ofender a los seropositivos. De hecho tengo varios amigos seropositivos que son maravillosos simplemente el protagonista del relato se asustó

    ResponderEliminar
  5. yo tambien teno sida I from Corea Sur debo ir from Madrid in Julio ¿tu dejar tu casa para mi? I Shay Arangho 46 anos viejo tu dices el telefhone?

    ResponderEliminar
  6. TAMBIEN ME GUSTA --MAÑANA SIGO LEYENDO

    ResponderEliminar