Vivencias de un gay

sábado, 10 de octubre de 2015

116. Goloso encuentro


Al final, ante la pregunta que le hice a mis partes bajas si celebraba San Fabio o no, la respuesta fue un sí inmediato y rotundo.

Y no me arrepiento de haber seguido tal indicación. Lo pasé muy bien, aunque demasiado agotador. Nos juntamos a las nueve de la noche y nos separamos a las siete de la mañana, durante este periodo hubo algún descanso, pero ni un minuto de sueño.

Ya en la ducha inicial me dio un masaje bajo el chorro de agua caliente que casi me hace correr. Utilizaba sus manos, su pecho, su pubis, su boca, sus dientes... su polla mientras la tenía dura, que no era siempre. Es curioso, pero este chico que se le ve constantemente excitado apenas se erecta de vez en cuando; eso sí, cuando esto ocurre tiene una polla hermosísima, no excesivamente larga, pero con un grosor imponente y una forma perfecta, vamos, lo que se conoce como la polla ideal.

Ya me extrañó la primera vez que estuve con él esa contradicción entre su ardor y su laxitud en el pene, pero, en realidad, no resulta inconveniente porque tiene unas manos geniales, una dedicación hacia la otra persona que yo nunca conocí en nadie antes, un afán por lograr el placer del otro increíblemente generoso. Supongo que ese entregarse a los demás hace que la escasa dedicación a sí mismo provoque la tranquilidad de su polla. Envidio a su pareja porque debe ser la persona más atendida del mundo. Es, además, un provocador nato; te va narrando con esa dulce y varonil voz todo lo que te está haciendo y lo que te va a hacer, y eso hace que te pongas a mil grados de excitación. Domina una técnica que logra retener tu eyaculación cuando él ve que te llega el orgasmo, tocando ciertas partes del pene y apretando en lugares muy precisos del escroto y del prepucio. Aun así, me corrí dos veces y media. La media es porque la tercera vez sentí placer pero no me salió ni una gotita de leche, mi depósito estaba agotado, cosas de la edad porque yo recuerdo que cuando era joven siempre estaba con algo en la reserva.

Vino con una gran mochila de la que, de cuando en cuando, sacaba algún artilugio para dar variedad a la tórrida sesión.

Solo hubo dos momentos en que no lo pasé bien: el primero fue cuando se entretuvo metiéndome por el ano unas bolitas de madera unidas entre sí por un cordel. Supongo que son las llamadas bolas chinas que en alguna ocasión alguien me ha mencionado. Me aseguró que eso era muy excitante, pero la única sensación que tuve me recordaba cuando era pequeño y mi madre me ponía supositorios para quitarme la gripe. Cuando las tuve todas dentro, en nada se parecía lo que por boca de Fabio debía sentir a lo que en realidad notaba; las ganas tremendas de hacer de vientre me preocuparon seriamente, y cuando el venezolano empezó a tirar de la cuerda para ir sacándolas poco a poco, me aterró no estar seguro de lo que verdaderamente estaba saliendo. Para colmo de males, algunas veces la expulsión de alguna bolita iba acompañada del ruido que la salida de aire acumulado en el ano producía con una sonoridad humillante. Afortunadamente, a Fabio parecía no importarle absolutamente nada aquellos sonidos que me resultaban tan azarosos como inevitables.

El otro momento jodido resultó cuando de su mochila sacó un pene de látex negro de casi medio metro de largo y grueso como su propia polla. Nada más verlo, antes de que mi boca pronunciase un no, mi cabeza ya negaba cualquier posibilidad de que «aquello» se convirtiera en el arma homicida que terminara con mi vida empalado como un pollo para asar. Me tranquilizó pidiéndome que, con la ayuda de la crema que tenía en la otra mano, se la fuese introduciendo por aquel oscuro y misterioso agujero que me ofrecía por primera vez en la noche. La labor resultó trabajosa, sucia y nada excitante ―al menos para mí―. Mi impericia era tanta que puedo adivinar el escaso goce que mi generoso contrincante recibió en esa práctica por mucho empeño que puso en enseñarme. Me sentí mal y en deuda con él, pero no recibí ningún reproche, todo lo contrario, sus palabras fueron de ánimo y su sonrisa no desapareció de su rostro en ningún momento. Inmediatamente pasamos a otra cosa, ignorando cualquier referencia a penetraciones para el resto de la sesión.

De los momentos buenos, que fueron todos los demás, podría estar hablando toda la noche, pero hoy no quiero parecer pornográfico y porque, supongo, que de eso todos sabéis tanto o más que yo. Tuvimos, también, nuestro momento sado, pero sin los resultados espectaculares del primer encuentro.

De madrugada, mientras nos vestíamos, Fabio me enseñó la imagen de su pareja ―una cuidada foto de estudio en la que el muchacho que se reflejaba parecía sacado de una orla universitaria―. Es español, bastante menos agraciado que Fabio, con visibles entradas y unas gafas de muchacho listo.

―Si un día quieres conocerlo ―me dijo Fabio―, verás que es un tipo estupendo. Ya le he hablado de ti.
―¿Sabe que has pasado la noche conmigo? ―le pregunté tratando de dar a mis palabras un aire despreocupado y moderno―.
―Sí, ya te dije que nuestra relación es muy sana, basada en respetar nuestras parcelas individuales y que en algunas ocasiones nos gusta juntar.
―Creo que los dos sois personas inteligentes y, seguro que sabéis muy bien lo que hacéis.

Con esta respuesta neutra quise cerrar el tema, ni la intempestiva hora, ni mi ánimo estaba predispuesto a entrever nuevas posibilidades.

Del chico de la foto puedo prescindir; de este venezolano tan entregado y generoso ya no estoy tan seguro.

10 comentarios:

  1. GUSTAME QUE TE OLVIDES DE LOS QUE CASO NO TE HACEN. FABIO ES EXTRAÑO PORQUE TIENE PAREJA PERO EN MADRID Y PARIS ESO NO MIRARLO TIENEN POR COSTUMBRE. GUSTARIAME QUE FABIO Y REFAEL ESTUVIERAN MAS VECES JUNTOS. QUIXAS CAMBIEN SUS COSTEMBRES

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  2. Tienes razón chaval. Las historias con el venezolano son mas divertidas y calientes.

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  3. Siento mucha envidia de como llevan la relación la pareja del venezolano. Llevo con mi hombre cinco años ya noto que no hay pasión en nuestra actividad sexual. Si yo me atreviera a hablar con el de la posibilidad de incluir a alguno seria muy feliz pero sus gustos son tan definidos y tan diferentes a los mios que ni vale la pena intentarlo. Gracias por este blog.

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  4. Las relaciones que duran y se mantienen vivas son las que se basan en la sinceridad. Aunque a veces esta sinceridad sea dura de aceptar.

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  5. Me pueden decir si alguna editorial publicara el libro completo en México?

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  6. Encontre una tarjeta de promocion pero no viene esta informacio

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  7. Enhorabuena por haber encontrado a un tipo tan generoso como este Fabio. Por lo regular todos los amantes son egoistas, van a pasarselo bien ellos y utilizan al de al lado como complemento para lograr su placer.

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  8. Alguien me puede explicar como se puede tener sexo con laxitud en el pene? Que es lo que te hace ese Fabio con las manos como para que no te importe que no se le levante la pija. Yo hay días que no se me levanta por el trabajo, el trafico,el puto jefe.....y mí pareja se enfada conmigo por mucho que le toke por todo su cuerpo.

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  9. No conoces el sexo tantrico?

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  10. A QUE HORA ENTRA EL SIGUIENTE ESCRITO? ESPERO SIEMPRE EL SABADO. GUSTAME MUCHO LO QUE ME CUENTAS.

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