Vivencias de un gay

sábado, 24 de octubre de 2015

119. Disfrutar del amor y el sexo a la vez


Amigos seguidores, sabed que os leo y escucho todas vuestras opiniones y comentarios, pero tengo que hacer un alegato a favor de mis últimas actuaciones. Las cosas en este mundo son mucho más complicadas de lo que se puede ver a simple vista. Lo de los niños reconozco que es algo infantil, que Ángel es un manipulador y bastante golfo. Pero un chaval que tiene que llevar una doble vida en un ambiente tan complicado como en el que él se mueve con unos padres poderosos y una novia muy enrevesada, o es un hábil manipulador o está pillado y muerto al instante. Y sí que es puto, pero no más que el noventa por ciento de los chicos de su edad, a todos los que conozco en esa edad, son curiosos con el sexo y tienen ganas de probarlo todo y de follarse hasta el guarda de la esquina.

Jesús es muy diferente. Sus circunstancias son muy distintas, está saliendo de un desconcierto personal importantísimo, está rompiendo con un parámetro de vida que lo acogió durante toda su existencia. Sus gustos sexuales están bastante indefinidos y pienso que no le puedo meter presión para que, inmediatamente, tome una decisión tan delicada como para que se decida a ser mi pareja, cuando ni siquiera está muy seguro de que yo le atraiga físicamente.

Quizás debería mandarlos a la mierda a los dos inmediatamente y olvidarme de ellos. Pero soy humano y débil y les he tomado cariño a los dos; nunca había conocido a gente así: jóvenes listos como Ángel nunca estuvieron entre mis conocidos, y chicos inocentes como Jesús casi ni existen. Ya sé que por diferencia de edad y por distancias sociales no serán unas amistades que me duren toda la vida, eso ya lo tengo asumido, pero mientras pueda estar en su mundo, no veo por qué no lo pueda disfrutar. Os aseguro que cuando esta relación con ellos se termine, los echaré de menos y siempre recordaré a los niños como una etapa en mi vida menos golfa de lo normal, como un retorno a una adolescencia mucho más sana que la que en realidad me tocó vivir.

Y en cuanto a Fabio, no veo tan mal que me desahogue sexualmente con un tipo que está por encima de mis posibilidades habituales, pocas veces tengo suerte a la hora de encontrar un amante que me deje satisfecho. Antes, sobre todo, siempre me tocaba lidiar con gente fea, rara, y muchas veces, mala. Y Fabio es guapo, generoso follando y no parece mala persona. Creo que si un día Jesús y yo llegáramos a algo, este chico venezolano no tendría la mala hostia de meterse de por medio.

Sé que hay personas en el mundo que tienen la suerte o habilidad para encontrar un buen tipo que les dé su amor y su cobijo hasta tal punto que desconectan de la vida real y no saben que la mayoría de los gais estamos en una constante depresión... ahora se folla más que nunca y somos más infelices que nunca. Antes echar un polvo era todo un reto y cuando lo conseguíamos nos dábamos por satisfechos. Ahora agarrar una polla es lo más sencillo del mundo, basta con conectarte a las redes sexuales e ir quedando con todo el que este libre en ese momento. O si tienes ganas, te puedes pasar un día entero en una sauna pringándote con la leche de veinte tíos diferentes, pero cuando sales, te sientes la peor piltrafa de la tierra. Y este es el vivir de casi todos nosotros los gais, cuya única satisfacción real es poder comprarnos los modelitos que nos dé la gana, esconder nuestra miseria existencial tras ropa de marca y dormir cada noche emborrachados de soledad y tristeza.

Porque una cosa es estar solo cuando eres joven (con putear eligiendo a los tíos que babean tras de ti ya es suficiente para pasarlo medio bien) y otra muy diferente es estar solo pasados los treinta.

Seguro que algunos pensáis que soy una marioneta en manos de Ángel, pero, o eso, o ser carne de cañón en saunas y antros de mala muerte. Y repito que no puedo meter presión a Jesús, mientras dure la ilusión de que podemos montar algo tan difícil como bonito, déjenme que lo disfrute porque, todos sabemos, que lo más fácil es verlo desmoronarse por su propio peso.

Y lo de Fabio solo es un buen polvo. Por desgracia, yo no puedo disfrutar del amor y el sexo a la vez, como sería lo perfecto. De momento, en mi vida ambas cosas las tengo que buscar o gozar por separado, pero que no sea lo ideal no quiere decir que tenga que renunciar a alguna de las dos.

Quizás hoy estoy más sensible e irritado que otras veces, quizás tenga un acceso de envidia ante la visión de Paquito con su chico: verlos tan felices, asumir que hasta mi amigo, que nunca ha buscado más que sexo sin mayores objetivos, ha encontrado el bienestar y la felicidad que yo siempre ansié me hace estar tan susceptible.

4 comentarios:

  1. CUANTAS ENTRADAS DE REPENTE. GUSTAME LAS COSAS QUE EL HOMBRE DE LA ENTRADA ANTERIOR HA DICHO. FUERTES O DELGADOS ES DE POCA IMPORTANCIA. PIENSO QUE LOS HOMBRES GAYS DEBEN UNIRSE ENTRE TODOS PERO QUE MAS DA SI SE ES CON UN FISICO TRABAJADO O NO, PARECEME QUE RAFAEL Y EL SEÑOR SE OLVIDARON DE LOS SENTIMIENTOS. PARECE QUE EN MADRID NADIE QUIERE A NADIE.
    POR LA ULTIMA ENTRADA VEO A RAFAEL TAN PERDIDO COMO SIEMPRE ENTRE NIÑOS QUE NO CORRESPONDERLE NI EN TRATO NI EN CARIÑO. YO SI QUIERO BUSCAR SEXO Y AMOR A LA VEZ.
    EN TODOS LOS PUEBLOS PEQUEÑOS SE ZOOFILA CON ANIMALES DE GRANJA CUANDO SE ES PEQUEÑO O SE ES SOLO MUCHAS HORAS DEL DIA. EN MADRID NUNCA SE ESTA SOLO Y SABER DE ESTAS COSAS NO PODEIS.

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  2. mira picha tiene un lio de adolessentes a tu años ya deberias tenerlo mas clarito, y orvidate de juntar lo del amor con el sexo eso no esite eso es solo pa las novelas de romero y julieta. Entre los julais solo vale lo del sexo y cuanto mas mejor lo del amor se termina a los 16 años te enamora de tu profe o de un compañero de clase y no te hasen ni puñetero caso y con eso te queda pa siempre

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  3. No entiendo la depresion del prota del blog. Yo sueño con sus Fabios, fantaseo con sus Jesuses e incluso me gustaria sufrir en mi vida las trastadas de sus Angeles. ¡Como recuerdo ese dicho: La suerte de la fea, la guapa la desea

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  4. Disfrutar del sexo y del amor a la vez se puede. Pero siempre es algo muy efímero. Solo ocurre cuando nos recién nos enamoramos. Luego poco a poco el sexo se vuelve rutina y el amor se transforma en cariño.

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