Vivencias de un gay

sábado, 28 de noviembre de 2015

124. Carácter de cristal


Peligra la aventura del sábado. He vuelto a hablar con Jesús y tiene un buen disgusto, al parecer tuvo una complicada conversación con su madre que ya averiguó lo de su ruptura con Begoña. Está desmoralizado y dado su carácter de cristal, mucho me temo que las consecuencias afecten nuestros planes.

Para este viernes, la mamá de Jesús le propuso a su hijo que trajese a casa a su novia para cenar y mirar catálogos con el fin de que fueran eligiendo baldosas y pinturas para la casa que les están construyendo en una parte del jardín que sus padres han segregado. Cuando Jesús mintió a su madre diciéndole que ahora no era el momento de hablar de eso ni de quedar para cenar porque estaban enfadados por cualquier tontería, la elegante señora, como madre, al fin y al cabo, intuyó que algo pasaba; al parecer, esta excusa no era nueva. Como es amiga de la madre de Begoña, sin decirle nada a su hijo, la telefoneó y se puso al día con todas las noticias que no quería escuchar.

Tras la aclaratoria conversación entre madres, la de Jesús fue al cuarto de su hijo y a puerta cerrada lo obligó a que le contase lo que por boca de su amiga ya sabía.

―Sí, mamá, de momento Begoña y yo lo hemos dejado. Las cosas no nos van como queremos y amigablemente nos tomamos una tregua, al menos durante una temporada que nos permita pensar más despacio nuestro futuro.
―¡Pero, hijo, ―le decía su madre llorando― ¿no sabes que Begoña ya está saliendo con otro muchacho?!
―Bueno, saliendo, saliendo... es un amigo que los dos ya conocíamos y su presencia lo único que puede es ayudarnos para aclarar las cosas.
―¡Hijo, tú eres tonto! Ese muchacho no desperdiciará la ocasión para arrebatarte a la novia. ¿Qué vamos a hacer contigo? Cuanto más mayor te haces, peor solucionas tu vida. O te arreglas con Begoña o te encontrarás solo en esta vida y nosotros no vamos a estar siempre para ayudarte.

Según me contó Jesús, su madre, que pensaba tenerlo todo bien atado con respecto a él, se derrumbó como si aquello que acababa de saber fuese el fin del mundo. Entre gritos y sollozos no dejaba de hacerse esas típicas preguntas: «¿Qué hemos hecho mal tu padre y yo? ¿Qué va a ser de ti? ¿En qué manos caerás? A saber a quién eliges con tu poca cabeza para que sea la madre de mis nietos, ¡no pienses que vamos a dejar que nos metas en casa a cualquiera!». Y así una larga letanía de lamentos e inquietudes que acabaron por hacer mella en el ánimo de Jesús. Al menos logró de su madre la promesa de que mantendrían, por el momento, a su padre al margen de toda esta cuestión. Ambos reconocieron temer la reacción de un hombre cuyo carácter debía ser terrible.

No obstante, me aseguró que mañana nos veremos, incluso hemos quedado para vernos a las seis de la tarde en la salida del ICADE cuando termine su clase del máster.

―No me esperes en la misma puerta ―me advirtió― porque a este curso va gente de mi facultad que me conoce desde hace mucho tiempo.
―¿Y? ¿Sientes vergüenza de que te puedan ver conmigo? ―surgió mi pregunta de forma espontánea e inconsciente, entendiendo inmediatamente, después de haberla hecho, su inoportunidad―.
―No, no es eso, pero prefiero evitarme presentaciones y tener que dar explicaciones. No te sientas ofendido, pero así serán más fáciles las cosas para mí. Por favor, Rafa, sé comprensivo conmigo, no estoy pasando una buena racha y me toca tomar decisiones que no son nada sencillas para mí.

No quise echar más leña al fuego porque, en realidad, a mí me da lo mismo quedar en la misma puerta que treinta metros más abajo.

También hablé con Paquito que anda algo depresivo por la ausencia de su novio. Ha entrado en un estado de dependencia con este chico un tanto preocupante. Van a ser quince días muy duros para este amigo que, aunque tardíamente, se ha enamorado profundamente y sus reacciones parecen más propias de un adolescente, aunque, en realidad para él son nuevas ya que hasta ahora no conocía lo que es sufrir por enamoramiento súbito.

Este fin de semana Jesús llena todas mis expectativas y no tengo mente para pensar en otras cosas. Probablemente no pueda ver a Paquito. El próximo fin de semana lo llevará mejor porque un conocido lo ha invitado para que lo acompañe a Segovia para asistir a la boda de un primo de este. Será una boda gay y esto le da un cariz más atrayente. Seguro que, al menos ese día, se olvidará de su esquivo y amado novio.

7 comentarios:

  1. A JESUS COMPRENDO. TENER QUE MENTIR A SU MAMA DEBE SER TAN DURO COMO HACER DEBO YO CON MI PADRE. NO GUSTAME LO MAL QUE SE TIENE QUE PASAR CUANDO LOS SENTIMIENTOS SON DIFERENTES A LOS DE LA MAYORIA.

    ResponderEliminar
  2. Pero vos os vas a tirar a Jesús o no? Dejate de pavadas y cojetelo que a los dos os vendrá bien una buena sesion de sexo.

    ResponderEliminar
  3. Tienes razon joder con la intriga de que jesus y rafael follan o no. Se están haciendo mucho de rogar y vereis que al final no hacen nada y nos dejan con la miel en los labios

    ResponderEliminar
  4. Las divinas mamss, lo que las queremos y lo que joden durante todo la vida. La de este chaval parece aun más rejodida. Y además mandona cuando se entere de los nietos o los pare su hijo o se queda sin ejercer de abuela le va a dar un sincope

    ResponderEliminar
  5. Veo que mi ilusion del trio enntre tu y tus chicos se desvanece, como no le pongas mas ganas se te van a ir los dos, uno de chapero sin cobrar y el otro atadito por su mama

    ResponderEliminar
  6. Una madre que se niega a desenhebrar
    de su regazo al hijo querido.
    Hijo al que su sexualidad
    ha dejado herido
    en un perdido deambular.
    Dos veces hay que cortar
    el cordón umbilical
    al salir por primera vez
    y al abandonar el closed.
    Pero siempre nos condicionará
    la opinión de la mama
    para bien o para mal
    Ella nunca nos abandonará.

    ResponderEliminar
  7. HOY SUBIR TENGO QUE HACER A VER A MIS ABUELOS A LA MONTAÑA. LEERE EL ESCRITO MAÑANA. PERO CREO QUE SERA UN SEXO ENTRE JESUS Y RAFAEL PORQUE ES LO QUE ELLOS BUSCANDO ESTAN

    ResponderEliminar