Vivencias de un gay

sábado, 10 de diciembre de 2016

178. Anatomía de Greg


Voy muy pocas veces al gimnasio, lo reconozco, estoy perennemente apuntado, cada seis meses aparece el cargo en mi cuenta y yo lo dejo seguir con la auto promesa de que a partir de ese momento seré más constante. Pero, una vez más, todo queda en fallida intención. Luego soy experto en justificaciones, que si ya llega el verano y hay  viajes, que ya esta aquí la Navidad y de nada servirá mi asistencia porque comeré en exceso, que si….
Pero no solo es mi vagancia natural lo que me frena para ir con asiduidad al gimnasio, hay otros factores que influyen. Uno de ellos es la variada “fauna “con la que toca compartir ese espacio. 
Algunos no me molestan, los obsesionados por sus músculos me resultan hasta graciosos, sonrío cuando los veo mirarse al espejo inmediatamente después de hacer cada una de las tablas de ejercicios para comprobar si su volumen se agrandó.
Me llevo peor con los que simplemente acuden cada tarde al gimnasio para poder hablar con alguien, los imagino muy solos en sus casas y en sus vidas, son expertos en buscar cualquier excusa para iniciar una conversación y ya te resulta imposible deshacerte de su compañía, tienen una exquisita habilidad en no dejarte ni un resquicio para que puedas decir algo, cuando mucho menos darte la oportunidad de poner una excusa para largarte. Si son mayores, su conversación suele tener el interés de escuchar esas hazañas que los hombres de aquellas generaciones pudieron realizar por las circunstancias extremas que les tocó vivir. Aunque en estos casos el riesgo es tener que escuchar la misma historia cada vez que caen a tu lado y llega un momento que ya te las sabes de memoria.  En los hombres más jóvenes, los temas son tan banales y aburridos que no te queda más remedio que desconectar mentalmente aunque debes asentir automáticamente con la cabeza de vez en cuando.
Pero donde la cuestión se complica es con los que viven en las duchas como su hábitat natural. Como quieras aprovechar la comodidad de ducharte sin esperar fila, tienes que calcular ir antes de que terminen las clases de la práctica colectiva que esté funcionando en ese momento. Elijas la ducha que sea, siempre el inquilino habitual se situará en la que está frente a la que tu elegiste. Allí hará un repaso detenido de tu anatomía, anatomía que vigilará constantemente para observar si hay algún cambio visible provocado por su presencia delante de ti. Se enjabonará por enésima vez, lentamente, acariciando, supuestamente con gran sensualidad, sus partes íntimas, que de íntimas no tienen nada puesto que ya se encargará él de mostrarlas lo máximo posible, facilitando la posibilidad de que tu las veas y “disfrutes” con tal visión. Si se percata de que con su parte delantera no atrajo tu admiración, automáticamente cambia de posición dándose la vuelta y ofreciendo las latitudes traseras, seguro de que con esas vistas, generosamente mostradas con todo detalle, caerás preso de una sublimación extasiada ante “tanta belleza” a la vista. Imagino que dependerá de la reacción que uno tenga y que es intensamente observada por el aseado narcisista, lo que pueda ocurrir al finalizar la ducha, pero,excepto una vez, nunca ven reacción en mí y cuando termino, rápidamente el duchado perenne ya suele tener localizada otra presa y se cambia de cabina para colocarse ante el recién llegado, con lo que nunca sé si su exhibición tiene consecuencias alguna vez.
La excepción que mencionaba antes ocurrió una mañana, cuando un espléndido muchacho se colocó en la ducha de enfrente, mostrando un impresionante cuerpo digno de ser observado. En una hora, donde los asistentes siempre suelen ser los jubilados, más necesitados de conversación que de ejercicio, la presencia de este efebo resultaba muy llamativa. Reconozco que miré aquella bonita anatomía con cierto deleite aunque sin ninguna otra intención.
Cuando terminaba de arreglarme en el vestuario, vi como el bello muchacho, ya vestido, avanzaba hacia la puerta de salida, no sin antes dejar una pequeña tarjeta encima de mi bolsa de aseo. Tras cerrarse la puerta, tomé la tarjeta donde pude leer:
“Me llamo Gregorio, Greg para ti, si quieres disfrutar de lo que acabas de ver llama al teléfono 6…., Horario: tardes de 6 a 12 de la noche. Solo te costará 120 euros la hora. Espero tu llamada

9 comentarios:

  1. Has calcado el ambiente del gimnasio al que voy en Madrid, creo que somos compañeros de gyn y de penalidades. A mi me pasa igual aunque debo tener cara de pobre, nunca me dejaron tarjeta

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  2. Llamaste? Yo le llamo fijo, pero a mi nunca me ha pasado. Algunos voyeurs ya veo en el polideportivo, pero no pasan de enseñar la pinga.

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  3. FUIME A VER A MI ABUELO Y HABLAME DE FORMA COMO SI CONOCIERAME MAS QUE NADIE. DIJOME QUE TENDRE QUE IRME DEL PUEBLO PARA ENCONTRAR MI FELICIDAD. DIJOME TAMBIÉN QUE YO NO ERA COMO MI PADRE Y QUE NO HARE SUFRIR A NINGUNA MUJER Y ENTONCES PUSEME NERVIOSO Y ROJA LA CARA. CREO QUE HOY PODER DORMIR NO PODRE.
    RAFA CAMBIAR DE GIMMNASIO DEBERÍA O IR AL MONTE DE MADRID A CORRER

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  4. ¿tan insignificante era ese Greg que lo pones en minúscula?

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  5. No entiendo la moda de los gimnasios,es para sacar dinero a los incautos, si quieres hacer deporte Siempre hay un parque y aire libré. Los que van a esos sitios son gente con alguna Tara

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    1. El tarao serás tú cabron, si no respetas no mereces ser respetado hijo de puta

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  6. Conozco un chico que su mayor afición es las duchas de los gimnasios nada hay que le ponga más cachondo y que le dé más morbo todos los días está allí y todos los días viene caliente perdido de las duchas de su gimnasio

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  7. Conozco un chico que su mayor afición es las duchas de los gimnasios nada hay que le ponga más cachondo y que le dé más morbo todos los días está allí y todos los días viene caliente perdido de las duchas de su gimnasio

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  8. Sigo hablando porque creía que no admitía mensajes tan largos bueno como os decía este amigo todos los días va a las duchas y se lo pasa pipa viendo todo lo que pasa por allí pero nunca se va con nadie eso dice que le da mucho miedo o vergüenza no lo sé muy bien lo que es pero con esa visión luego llega a su casa y se hace una manola a cinco dedos todos los días y así soluciona sus necesidades sexuales

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