Vivencias de un gay

sábado, 29 de agosto de 2015

110. Salir del armario


Ayer fue un día de llamadas inesperadas. Primero me llamó un taxista de Villalba que contacté a través de la red hace ya un tiempo. De primeras no lo reconocí porque hace mucho de aquel encuentro y porque no me dejó ninguna huella. Luego con las pistas que me dio lo recordé a él y también al diminuto tamaño de su pollita. Me invitó a repetir la experiencia. Se ha separado de su mujer y quiere aprovechar su nueva soltería. Me justifiqué alegando que a mí me había ocurrido todo lo contrario, yo estaba estrenando pareja y no estaba disponible.

Sin embargo los niños se han escondido; si hoy no me llaman, lo haré yo. De todas formas, no tengo ninguna esperanza de verlos este fin de semana. Sé que andan enfadados entre ellos aunque desconozco el motivo.

Mientras la imagen de Fabio y sus artes eróticas pueblan mi imaginación que a su vez alimenta mi recobrada afición onanista. En la cabeza me ronda insistentemente la idea de llamarlo el próximo martes que es el día que tiene libre, pero tampoco me hago ilusiones porque probablemente no seré el único que contribuya a «reforzar» la relación con su pareja.

Al fin el viernes quedé con Jesús. Este chico está pasando por un mal momento y mucha culpa la tiene su querido amigo que está resultando mucho más malo de lo que yo pensaba.

Le sugerí quedar en mi casa, pero me pidió expresamente que no fuese en ese lugar. No me explicó el porqué de esa petición, aunque resulta fácil imaginar las razones. No quiere que estemos de nuevo solos, la tentación hay que evitarla y, supongo, es mejor no provocar la situación. Tengo la impresión de que en esta actitud está influyendo la larga y poderosa mano del Opus. Esa semana de reclusión ha hecho mella en el cerebro del muchacho y nos va a privar de la emoción de una cercanía en condiciones favorables. No solo estoy pensando en el polvo que hubiéramos podido tener, es un cúmulo de cosas bonitas que en la soledad y la intimidad de mi casa quizás surgieran o quizás no. Quedamos en Moncloa y al final nos acomodamos en la cafetería del Corte Inglés.

―He roto con mi novia ―es lo primero que me soltó como un disparo nada más verme―.
― ¿Y eso es una mala o buena noticia?
―Las dos cosas. Por una parte, era algo que estaba buscando, pero la forma en que ha ocurrido me ha dejado fatal. ¿De verdad no te ha contado nada Ángel?
―No. Apenas hemos hablado últimamente.
―Ángel le dijo a Isa que yo era homosexual, que por eso estaba él en estos últimos tiempos metido en estos ambientes, que lo hacía por ayudarme y cosas así de falsas. Le hizo prometer a Isa que no le diría nada ni a Begoña, mi novia, ni a nadie, pero las mujeres son incapaces de guardar ningún secreto y al primer cabreo que han vuelto a tener, se lo contó a Bego.
―Y ¿de él no ha dicho nada? ―pregunté intuyendo la respuesta―.
―Que yo sepa, no. Él prefiere mantener el equívoco y sabe que no voy a decir nada. Me conoce y está seguro de que no le haría esa putada. Por una parte, pienso que a mí también me hubiera venido bien esperar un poco, pero reconozco que era algo que tarde o temprano tenía que ocurrir.
―¿Cómo se lo ha tomado tu novia?
―Primero se enfrentó a Isa porque pensaba que era mentira y pretendía hacerle daño. Luego me preguntó directamente. Cuando le confirmé que era verdad, se derrumbó; estuvimos mucho rato abrazados, llorando sin podernos decir ni una palabra. Cuando pudimos reaccionar, se acordó de ti e inmediatamente te culpó por «haberme pervertido». Luego empezó a albergar esperanzas de «curación», pensó que con su ayuda superaría esa «tendencia».
―Pobre chica. ¿Aún quedan personas tan ingenuas?
―Bueno, estuvimos charlando mucho tiempo. Poco apoco fue asumiendo las cosas, comprendió que tú no eras culpable de nada y que esto no se cura. En estos últimos días hemos hablado más que nunca y hemos llegado al acuerdo de seguir solo como amigos. Sé que ella no dirá nada a mis padres ni a los suyos. Hemos pensado una coartada para dar las explicaciones en nuestras casas sin que sepan la verdad y lo asuman con normalidad. A mi madre le va a parecer estupendo porque nunca ha considerado a Begoña como la mujer ideal para ser mi esposa; claro, que ni una miss mundo con un premio Nobel de medicina le parecería suficiente. Si supiera la verdad, se moriría de humillación.
― Quizás el día de mañana te cases con el príncipe azul que tu madre soñó para ti ―traté de relajar un poco su relato―.
― Eres muy bueno Rafa, me has hecho sonreír con esta salida y te puedo asegurar que hace mucho tiempo que no sonrío. Ya ves lo mal que se ha portado Ángel. No me explico por qué tuvo que decirle todo aquello a su novia ―continuó Jesús con sus explicaciones―. Isa es una chica muy emocional y nada equilibrada. Antes de contárselo, Ángel debió saber que no sería capaz de guardar ningún secreto. Siempre me ha parecido una mujer que antepone su interés a todo, desde que la conozco he sabido que hará todo lo posible por llevarse a Ángel al altar por encima de cualquier circunstancia o persona. Ahora tratará de separarlo de mí y probablemente utilizará lo que sabe para lograrlo. Temo lo que ella pueda decir en mi entorno familiar, aunque con mis padres apenas tiene ninguna relación.
―Ahora ya entiendo tu enfado con Ángel. Estoy de acuerdo con que esas cosas son muy personales y nadie debe manipularlas.
―Sí, de verdad que estoy muy enojado con él, aunque tampoco lo odio. Su novia es muy dominante y quizás le fue imposible guardar el secreto; él tampoco lo tiene nada fácil con una mujer así. De cualquier forma, Ángel y yo estamos condenados a entendernos. Nuestros padres ya se han puesto de acuerdo en la formalización e implantación de la sociedad en que trabajaremos los dos. A mí me interesa este asunto. Cuanto antes gane dinero como para independizarme, podré hacer con mi vida lo que me dé la gana.

Básicamente esta fue nuestra conversación del viernes. Antes de separarnos quedamos en vernos el sábado para ir a una exposición que el padre de un compañero suyo inaugura cerca de la calle Serrano.

En la noche me llamó Ángel. Para entonces ya sabía que su amigo había estado reunido conmigo. Habló con Jesús un poco antes de marcar mi teléfono. Ante mis reproches por no haber sabido guardar el secreto de Jesús y ser tan indiscreto con Isa apenas se defendió.

―Era la única manera de tranquilizarla. Empezaba a sospechar de mí. Si no le digo algo así, no sé qué hubiera sido capaz de hacer. Tú no la conoces, es muy lanzada a la hora de hacer averiguaciones. Le tuve que dar esa carnaza para que desviara de mí su atención. Lo que no pensé es que fuera tan poco íntegra y corriera a contarle a Begoña lo que acababa de saber. Reconozco que en eso me equivoqué, aunque al final casi le hice un favor a Jesús, él, al menos, ha solucionado parte de su salida del armario. Y Begoña se lo ha tomado muy bien; tampoco eran una pareja tan compenetrada y nunca hubieran llegado a ningún sitio. Como colegas creo que serán los dos más felices. Ambos son buenas personas y muy cándidos, sin ataduras con fines matrimoniales pueden ser grandes amigos.
―Pero tú no eres quién como para decidir sobre la vida de cada uno. Jesús tenía que haber manejado su situación con Begoña cuando él lo hubiese considerado oportuno, al igual que lo estás haciendo tú con Isa, a la que, en algún momento, también tendrás que aclararle muchas cosas.
―Bueno, en mi caso las cosas no son tan sencillas como para Jesús. Isa no es Begoña y te aseguro que no se conformaría de tan buena manera como lo ha hecho la novia de Jesús. Isa es de las que mueren matando.

Para el sábado, el niño tenía pensado vernos a primera hora de la tarde para marchar luego con su novia a una cena de amigos de Isa. Lo que no sabía, y lo sorprendió un poco, era que yo había quedado con Jesús. En la conversación que tuvieron ellos no salió ese tema, desconozco si intencionadamente o no, pero el caso es que Jesús se calló lo de nuestra cita.

Al despedirse, con un cierto tono malicioso, Ángel me dijo:
―Pues que lo paséis muy bien mañana los dos. Al final te va tocar espabilarlo como yo te predije en su momento.

El sábado, cinco minutos más tarde de lo concertado, vi salir del metro de Goya, lugar de la cita, a Jesús... con su novia. O lo que en estos momentos sea, su amiga, su colega o su carabina. No sé si será una impresión mía, pero estoy sospechando que este chico evita como sea estar conmigo a solas. O me ha cogido miedo después de lo que casi ocurre en mi cama aquel bendito sábado o algo raro le está pasando por la cabeza; sigo viendo la funesta sombra del Opus en todo esto.

Para mí fue muy violento tener que estar con esa chica cuya mirada me taladraba constantemente. El diálogo entre ella y yo era inexistente; no empatamos ni de coña, somos tan diferentes que ni sonreírnos por cortesía nos salía bien.

La exposición resultó una lata, tuvimos que soportar una serie de discursos del autor y de varios críticos de arte aburridísimos; al menos cuando comíamos los canapés (a la fuerza porque no tenía apetito en absoluto) me libraban de tener que inventar una conversación.

Lo que hubiera sido una bonita tarde estando Jesús y yo solos se convirtió en un coñazo inaguantable. Y conste que la tal Begoña no me parece mala persona, pero es de esa clase de mujeres que pasan a miles por tu lado en la vida y jamás ves a ninguna.

Tras la inauguración de la exposición propusieron acudir a un cine a Las Rozas para ver no sé qué película; yo los animé todo lo que pude pero me disculpé para no ir. Creo que a ellos también les pareció mejor que nos separáramos. Tan solo un apretón de manos más cálido de lo normal y un sugerente «te llamaré» por parte de Jesús me deja entreabierta la puerta de una vaga esperanza para poder seguir comunicándome con este extraño muchacho de cuerpo cada vez más atractivo.

8 comentarios:

  1. Ese chico no ha salido del armario, lo han sacado a mala hostia. Es como para matarlo al hijo de puta del amigo. Y lo peor es que encima se cree que le ha hecho un favor. Tenia ganas de retomar la historia pero leer esto de hoy me revuelve las tripas

    ResponderEliminar
  2. LEO COSAS QUE YA HABIA IMAGINADO.
    LA MALDAD DE ANGEL SABIDA ERA. CUANDO LAS PERSONAS BUENAS NO SON, ACTUAN SIEMPRE CON MALDAD. SI AHORA YA APRENDE DEL TODO RAFAEL ALGO BUENO TENEMOS YA. JESUS CAEME MEJOR PERO DISCULPAR NO DEBE A SU MAL AMIGO.
    TENGO QUE CONTAR UNA COSA. EN ALGARVE UN SEÑOR DESNUDO EN LA PLAYA DESNUDISTA SALUDOME. PUSEME NERVIOSO Y SOLO CONTESTE SU SALUDO. DIJO UN TELEFONO PARA QUE LO MEMORIZARA Y QUE LE MANDARA UN WASAP .
    HASTA AYER NO DECIDI ESCRIBIRLE Y SOLO LE DIJE HOLA. PREGUNTOME SI CONTINUABA EN EL ALGARVE. CUANDO DIJE NO ME RESPONDIO QUE ENTONCES NO LE ESCRIBIERA MAS.
    HAY MUCHOS HOMBRES RAROS Y ESO DISGUTAME MUCHO.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo una pregunta que hacerte: tu también estabas desnudo en la playa "desnudista"? Y otra: que hacias en una zona de ligue?. Creo que ya estas buscando un rabo que te folle.

      Eliminar
  3. Tan largo el escrito para decir que todos son equivocados. Uno que le malea la vida a su amigo para salvar su culo. Otro que de tan buena onda que quiere ir se le rompe su estatus y perdona. Y el narrador que no sabe que hacer con tanto fresa a su alrededor.

    ResponderEliminar
  4. Señor eres como todos los gais del mundo. No dejas una puntada sin guaracha. Ahora te ilusionas con Jesús como antes lo hiciste con el cobarde de Ángel y además llenas tus días con camareros,taxistas, argentinos y todo aquel punto que pasa por tu lado. Todos mis amigos y yo mismo somos asi. Nadie es de fiar nos mueve sobretodo el sexo y lo demas son circunloquios trazados al azar.

    ResponderEliminar
  5. TODO MENTIRA. ESTE SEÑOR QUE HA ESCRITO PARA MI MENTIROSO ES. MENTIRA QUE YO ESTABA DESNUDO
    MENTIRA QUE BUSCABA LIGUE PORQUE EL LUGAR DE MUJERES TAMBIES ES.
    MENTIRA QUE RABO YO QUIERA.
    YA LLEGARA CUANDO VAYA A MADRID.
    HACER CASO A ESTE SEÑOR NO DEBEN . MALA PERSONA ES.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que pena chaval que no estuvieras desnudo. Me daba mucho morbo imaginarte en bolas por la playa con el cimbel balanceandose de pierna a pierna aunque tus huevos serán pequeños porque erees muy joven y los cojones van agrandandose con la edad.

      Eliminar
    2. Cuanto tarado hay suelto.
      Lo digo por el comunicante anterior.
      Este blog parace entretenido pero una entrada a la semana parece poco

      Eliminar