Vivencias de un gay

viernes, 15 de agosto de 2014

43. Una tarde en las carreras

El viernes le quería proponer a Ángel irnos el fin de semana a algún lugar que le apeteciera pero en plan de hotel, con objetivos solamente turísticos y un poco por compensar el detalle tan bueno que tuvo llevándome a su casa de Ávila. Se lo comenté, pero todos mis planes se fueron a la mierda; resulta que él tenía un compromiso para el sábado y además tiene el trabajo para la facultad. Se dio cuenta de mi decepción y entonces me propuso algo que sin pensármelo mucho acepté. Y debería haberlo pensado más porque pasé un sábado complicado, con muchos momentos de tensión, pero al final la experiencia a toro pasado la califico de interesante.

Resulta que su padre es dueño de una cuadra de caballos entre los que tiene algunos dedicados a las carreras. El sábado en plena temporada de carreras en el hipódromo de La Zarzuela, dos de sus caballos corrían, siendo esto todo un acontecimiento en la vida de la familia de Ángel . Por tanto era impensable que no acudiese su hijo, pero este niño, que es un manipulador y le gusta enredar las cosas, me dijo que me esperaba en el hipódromo y así podernos ver entre carrera y carrera. Como nunca antes había estado en ese lugar me pareció buena idea y allí que me tienes con un día espléndido rodeado de gente pija y más perdido que un burro en Carrefour. Con la de gente que había pensé que no nos encontraríamos, pero olvidaba que el niño es un lince y se mueve en estos lugares con gran habilidad. Al momento me lo encontré junto a mí tirando de mi brazo hasta llevarme a una zona muy exclusiva (se llama paddock) donde solo están los propietarios de caballos y autoridades. Sin darme ni tiempo de protestar o al menos tratar de huir de ese lío, me encontré dándole la mano a un señor de esos que solo con verlos te sientes medio mareado de lo interesantes que son, un señor de unos 50 años, pero que estaba como un tren y que era, como ya habréis imaginado, el papá propietario. Me presentó como un compañero de facultad (cuando luego le reproché que me colocara como universitario con mi edad, me dijo que tenía muchos compañeros de mis años y algunos con bastante más) y a los pocos minutos me vi con un wiski en la mano y charlando con el papá de informática y de caballos. Como de ninguna de las dos cosas tengo ni idea lo pasé fatal. Afortunadamente, este guapísimo señor es un enamorado de la hípica y cuando le pedí que me enseñara cosas de caballos, el señor se convirtió en mi maestro particular. El problema es que como pijo y con dinero resulta un poco pedante, pero yo se lo perdono. Ya descubrí cúal es mi hombre ideal: uno que tenga el cuerpo del padre de Ángel y el carácter del propio Ángel. ¡Umm, como para soñar...!

Allí estaba dando saltos en la tribuna durante la carrera donde el caballo por el que aposté quedó en segundo lugar. En la otra apuesta que hice tuve peor suerte y quedó el último.

También me presentó a su mamá: una señora ridícula únicamente preocupada de que su sombrero estuviera bien colocado y de que su vaso estuviera siempre lleno. La hermana mayor de Ángel, sin embargo, es muy parecida al niño, simpática y muy llana; me invitó a que cualquier día fuera al picadero donde tienen sus caballos para enseñarme a montar. Le agradecí la invitación, pero es seguro de que nunca la aceptaré. Se ven demasiado altos los caballos vistos de cerca y seguro de que yo encima de uno de ellos no aguanto ni tres pasos que dé el pobre animal.

En general lo pasé bien, sobre todo después de pasar el sofocón de las presentaciones. Esos primeros momentos fueron durísimos. Al niño es al que menos vi en toda la tarde, siempre estaba de un lugar a otro, que si con el yoquey, que si apostando, que si saludaba a uno, que si corriendo a la cuadra a ver cómo había terminado el caballo. En realidad, a mi solo me prestó atención al principio y al final, entre medias, me tenía que conformar con un guiño de ojos cuando pasaba a mi lado o todo lo más con un apretón en el brazo mientras me preguntaba qué tal lo estaba pasando.

Al final me invitó a cenar a un restaurante con toda la familia para celebrar el segundo puesto de su caballo, pero yo me inventé una excusa para no ir. Eso hubiera sido demasiado y ya tenía bastante con toda la tarde en tensión y con la sensación de estar fuera de lugar.

El domingo me llamó por la tarde para decirme que después de cenar estuvieron en una discoteca hasta las cuatro de la madrugada y que se había levantado con una terrible jaqueca que seguro le fastidiaría a la hora de trabajar en su proyecto de la universidad.

Cuando llegué a mi casa el sábado me di cuenta de que estaba más caliente que un palomo cojo. Seguramente el papá de Ángel me había revolucionado la líbido y sin pensármelo mucho me metí en la Olimpo a ver qué pillaba. Y pillé la misma mierda de siempre, estaba abarrotada de gentuza, tan solo dos o tres tipos merecían la pena, pero claro lo de siempre: esos ni me miraban. En el vapor le metí mano a uno que parecía tener buen cuerpo y aceptó venir conmigo a la cabina, pero cuando me vio fuera a la luz no debí gustarle nada porque me dijo que le perdonara que se estaba haciendo tarde y que se marchaba ya a su casa. No me quedó otra opción que entrar al cuarto oscuro y descargar allí sin saber con quién. Cuando me estaba vistiendo para irme aún pude ver al tipo que tenía tanta prisa entrando de nuevo al vapor. Cada vez lo de las saunas me parece más inhumano y más asqueroso, pero al final es donde acudimos todos los que tenemos la necesidad de descargar y ya nos aburre nuestra mano, aunque el sábado al final también terminé con mi mano, con la diferencia de que en vez de estar en mi cama, estaba incómodamente en ese sucio cuarto oscuro y con la polla de un desconocido en la boca.

10 comentarios:

  1. Tío o te centras en el chaval o te dedicas a guarrear en la sauna pero las dos cosas son incompatibles
    Reconozco que me has defraudado al meterte en esa basura del cuarto oscuro y es que al final la cabra siempre tira al monte
    .

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  2. Osea q si su padre tiene cuadra le pesa la cartera. No te durara mucho porque estos chavales ricos son caprichosos y están acostumbrados a elegir lo mejor. Te usara y te quitara de en medio despues mejor no te ilusiones

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  3. Ja ja ja a mi ha pasado muchas veces lo del tío de la sauna en la oscuridad se calientan y luego cuando me ven a la luz de la cabina se echan atras. Tengo un trabajado cuerpo de 30 años pero tengo 64 ylo que tocan nada tiene que ver con lo que ven ja ja

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  4. Por cierto la sauna Olimpo esta en Madrid? Soy el de antes

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  5. ME GUSTAN MUCHO LOS CABALLOS Y LAS VACAS. MONTO MUY BIEN. NO GUSTAME LA SAUNA TU SIEMPRE SALES MAL. PERO SIEMPRE VAS. NO GUSTAME QUE VAS. ANGEL NO TE AYUDA. YO SERIA MEJOR AMIGO Y SE MUCHO DE CABALLOS
    ..

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  6. Podías haber descrito lo q hiciste en el cuarto oscuro con detalles. Mi pareja y yo lo hubiéramos repetido

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    1. a esta pareja siempre está con lo mismo creo que estáis aburridos el uno del otro habéis empezado la temporada ya de comenzar con los tríos buscaros un tercero

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    2. mal consejo este último que han dado yo tenía pareja y en un momento de bache hicimos trío ahora yo estoy solo y mi ex pareja está con el tercero en discordia

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    3. De trios nada. Mi hombre es mi hombre y de nadie mas. Bastante soporto que este con otros en la imaginación

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  7. ¡Jajajá! Una cita torcida. Eso sí cae mal, sobre todo cuando uno tiene tantas expectativas (aunque sean subconscientes y uno no las quiera reconocer). Pero bueno, con el tiempo uno aprende a tomarse las cosas con menos presión, pero no con menos seriedad. Eso sí, hay que siempre dar una buena imagen ante la familia de la persona con la que uno sale. De los amigos, es más difícil: a veces una encaja y a veces una queda como el villano de la peli. Y es que los amigos o son sobreprotectores o competitivos, o exageran con un "hacéis la pareja perfecta", o siemplemente son verdaderos amigos. ¡Qué fácil y complicado es conocer a alguien!

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