Vivencias de un gay

domingo, 27 de julio de 2014

37. El desenlace del párroco y el colombiano

Estoy un poco deprimido. El sábado me vi con Pablo y nada fue como yo esperaba. Estuvo muy atento, me agradeció mil veces que le sacara el lío del colombiano de encima, hablamos mucho de todo, pero... ya desde el principio me dejó señales de que entre él y yo no podría haber nada: que si está muy entregado a su trabajo, que si sus encuentros carnales los quiere sin nombres y sin rostros, que si lleva muchos años que no se involucra con nadie porque adora su ministerio sacerdotal y es lo que más le recompensa en la vida, que si su mayor sacrificio es vencer la tentación y cada vez lo consigue más fácilmente... En fin, que el guapo sacerdote solo me puso trabas para que no se me ocurriese ni siquiera pensar en rozarle la mano. Como todos los curas, habla muy bien y te envuelve de tal manera que casi le tuve que dar las gracias por no darme ni la más mínima oportunidad.

Con la moral por el suelo, lo acompañé a la estación de autobuses y no se me ocurrió ni siquiera entrar a los servicios a ver qué ambiente había. Me fui a casa y no he salido hasta hoy.

Hablé con Paquito. Él al menos está feliz. Se ha quitado al colombiano de en medio y me dice que ahora cuando está caliente se va a la sauna, alquila al chapero más guapo y por treinta euros le hace de todo y, como paga, les exige y no les queda más remedio que acceder a todas sus guarrerías. Me contó que el otro día después de estar un buen rato con un chico, como se negó a chuparle el ojete del culo, lo despidió y se ahorró los treinta euros. Otro día, como el chapero no logró mantener la erección para metérsela, tampoco le pagó. Y es que, con lo feo y repugnante que es Paquito, debo reconocer que hay que ser muy buen profesional para simular entusiasmo con él. Os aseguro que ni por todo el oro del mundo estaría sexualmente con un tipo con un físico como el suyo. No piensen que estoy hablando mal de mi amigo; esto mismo se lo he dicho a él miles de veces y él sabe que realmente es feo.

También hablé con otro amiguete que conozco hace muchos años y que está emparejado desde hace tres años. Me dijo que ya empiezan a tener problemas y para superarlos se marchan a pasar unos días a Tenerife. Me encantaría ir a esa isla, pero, claro, en compañía de alguien. En cuanto me lo dijo, me entró el mono de Tenerife.

6 comentarios:

  1. Te va mejor en los autobuses que con los curas. Y pon distancia de un tipo como ese Paquito que no creo te aporte nada en la vida. ¡Engaña hasta los chaperos! vaya asco de persona.

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  2. Vaya chafa yo creia que aqui con el parroco empezaba una gran historia jo

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  3. Me parece increible su obsesión dogmática en calificar lo bello y lo feo. Entiendo que en el mundo gay la estética forma parte importante pero según escribe muestra que es persona inteligente y debería cuidar esos juicios de valor que empobrecen la calidad evidenciada en todos sus escritos.

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    1. Joder tío qué raro escribes no hay quien te entienda eres filósofo o qué coño eres la gente es fea o es Bonita punto no hay dogmas ni hay rollos raros

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  4. Vaya par de amigos uno queriéndose follar a un cura y el otro jodiendo a los chaperos. Mejor nos cuentas tus experiencias cachondas como la del bus ya me la he leído tres veces

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  5. NO ME GUSTA PAKITO. MARCHE ANTES DE LA PLAYA PARA LEER PERO SE ACABO

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