Vivencias de un gay

jueves, 3 de julio de 2014

26. Una propuesta mal encaminada

El sábado ligué. Bueno, la cosa no es tan sencilla ni tan maravillosa. Os cuento:

Dos de la madrugada, a la salida de la discoteca veo venir de frente a un tipo realmente atractivo y que mantiene su mirada hacia mí descaradamente. Al pasar junto a mí me regala una sonrisa que me dejó medio mareado y sin pensármelo dos veces me doy media vuelta y lo alcanzo casi en la puerta del local donde yo pensé que se iba a meter. Tras los correspondientes saludos decidimos ir a otro lado a tomar algo porque de allí, ya le había dicho, acababa de salir y quería cambiar. Su acento me equivocó al principio, hablaba como argentino pero me aclaró que era uruguayo. El tío macho macho por los cuatro costados, sin nada de pluma, incluso con las uñas un poco sucias (ya sabes que eso es un síntoma inequívoco de heterosexualidad) y bebedor de ron a palo seco. Todo era estupendo hasta que me preguntó: «¿Yo te gusto?». Así tan directamente me dejó sorprendido y casi sin respuesta, pero al fin le dije que en principio sí. «¿Y estarías dispuesto a hacer sexo conmigo?». Ya vi que la cosa era muy directa, pero la verdad es que me apetecía meterme con semejante tipo en la cama. Le contesté afirmativamente. «¿Y te importaría que participara también mi mujer?».

En ese momento acabó la magia. Yo soy muy gay y no soporto a ninguna mujer ni en la cama conmigo, ni siquiera cerca; el solo pensamiento de que estaría desnuda, jadeante, y queriéndome tocar ya me producía un gran desasosiego. Con toda la gran pena del mundo le expliqué que yo no era el hombre que buscaba y que estaba perdiendo su tiempo conmigo. De todas formas nos terminamos la copa y hablamos algo más. Me dijo que eso lo hacía por su mujer que le aburría ya el sexo con él (¡imagínate la gilipollas aburriéndose con un hombretón tan fenomenal como aquel!) y que habían llegado al acuerdo de que fuera con un gay porque él por su parte no podía soportar la idea de ver a su mujer en brazos de otro hombre, pero que de cualquier forma solo una de las veces que lo habían intentado salió bien. Me enseñó una foto de su mujer y era una especie de Rocío Jurado con una pinta de come hombres que a mí me resultaría del todo imposible, casi ni mirar si se me pone en picardías.

Así, pues, a la decepción de la discoteca donde apenas nadie me miró (la gente o va en pareja o busca gente mayor o va simplemente a pasarlo tomando una copa o incluso bailar y nada más), pues se juntó la pena de tener que renunciar a este uruguayo que estaba como un camión de rico. Ya os imagináis como terminé la noche, en casa peli porno y pajita para poder dormir. ¿Os gustan los tríos?

4 comentarios:

  1. Que horror un trio con una tía bastante sufro cuando voy a comprar la merluza puagf

    ResponderEliminar
  2. Te recuerdo señor misogeno que viniste al mundo por la pescaderia

    ResponderEliminar
  3. Un poco de respeto para las mujeres

    ResponderEliminar
  4. NO ME GUSTA ESTAR CON MUJERES YA ESTUVE CON MI PRIMA Y NO ME GUSTO

    ResponderEliminar